Día Mundial de los Cereales 2023: Sorgo, el cereal sin gluten y resistente al cambio climático

• El 7 de marzo se celebra el Día Mundial de los Cereales para destacar su importancia en el consumo humano
• Aprendemos cómo cosechar el sorgo en tu huerto y de qué formas se puede cocinar
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Sorgo, el cereal sin gluten y resistente al cambio climático

¡Hola, amigos hortelanos¡ Seguro que a muchos ni os suena, pero el sorgo es uno de los cereales más cultivados del mundo y uno de los que más usos tiene en la actualidad, como alimento, forraje, base para bebidas, espesante en multitud de productos alimenticios y hasta como biocarburante. ¡Te lo contamos en Aquí la Tierra!

Aquí la Tierra - Sorgo, el cereal sin gluten y resistente al cambio climático

Sus orígenes y peculiaridades

Efectivamente, el Sorghum spp. es el quinto cereal más cultivado del mundo y es de la familia de las gramíneas como sus primos el trigo, la cebada o el maíz. Es una planta originaria de regiones tropicales ye en muchas zonas de Africa y Asia es un cultivo tradicional y uno de los alimento básicos para la mayoría de la población.

Pero ¿qué es lo que hace al sorgo tan especial?. Pues sobre todo su capacidad de resistir a la sequía y a las altas temperaturas, lo que le hace el cereal ideal para adaptarse al cambio climático. Es capaz de sobrevivir prácticamente sin agua (aunque lógicamente crece más y da mayor producción si se riega). Esto lo consigue gracias a su potente raíz que además de extenderse mucho, puede llegar hasta los dos metros de profundidad. Su temperatura óptima de desarrollo es de unos 32°, pero aguanta temperaturas aún más elevadas. Y no sólo resiste la falta de agua, sino también su exceso, por ejemplo en caso de lluvias torrenciales o inundaciones. Y a todas estas magníficas cualidades añade su capacidad para crecer en suelos pobres y alcalinos.

¿Cómo se cultiva?

Su cultivo es muy sencillo, empezando por siembra directa a finales de primavera o cuando las temperaturas sean ya superiores a 15° en suelos humedecidos e hidratando previamente las semillas para facilitar su germinación. Se hace una zanja lieneal, somera, de 2 dedos de profundidad y se siembra a voleo tapando después. Una vez despuntadas las plántulas se hace un aclareo ( o sea, se quitan una parte de las plántulas nacidas) para dejar unos 8 cm entre plantas.

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Conviene mantener algo de humedad hasta que el tallo alcance 5 o 10 cm de altura y después riegos poco frecuentes evitando que el sustrato quede demasiado seco. El cultivo dura entre 3 y 4 meses dependiendo de la variedad y las condiciones, así que cosecharemos a lo largo del otoño, una vez que las panochas con los granos hayan adquirido un color marrón oscuro o rojizo, lo cual indica que ya han llegado a su maduración.

Una vez cosechado conviene dejar que termine de secarse, manteniéndolo en un lugar seco y ventilado durante una o dos semanas. Después se separa el grano de su cascarilla y ya está listo para consumir o guardar.

El sorgo en la cocina

Podemos cocinarlo como si fuera arroz, hirviéndolo previamente hasta que quede blando (es más duro que el arroz y requiere algo más de tiempo de cocción). Después podemos acompañarlo o mezclarlo con multitud de productos para hacer todo tipo de platos ricos y nutritivos, con verdura, carnes o pescados, tipo cus-cus, sopas, purés o también en ensalada. Además tiene una enorme ventaja sobre otros cereales : no contiene gluten, lo cual lo convierte en una opción rica y nutritiva para personas celíacas o con intolerancias.

Seguro que si os animáis a cultivar unas plantas de sorgo (por cierto muy llamativas y vistosas una vez que generan las panochas en la punta de sus tallos) sorprenderéis a propios y extraños con “el cereal del cambio climático”.

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