Las mujeres, la ciencia y el mar

• La cantidad de mujeres oceanógrafas aumenta considerablemente cada año.
• Aunque el número de mujeres matriculadas en la Universidad en España es del 56% solo el 33% estudia grados del ámbito STEM.

Mujeres pasado, presente y futuro en la playa de Castelldefels

La ciencia ya es cosa de mujeres. Al menos en lo que a número de estudiantes se refiere. Durante años, la cantidad de hombres en las carreras de ciencias era considerablemente superior a la de mujeres, una tendencia que se ha dado la vuelta. Ahora, en grados como Biología, Química o Geología podemos decir que nos acercamos mucho a la paridad. No sucede lo mismo según avanzamos en el tiempo. Unos años después vemos como las mujeres van “desapareciendo”. Cada vez son menos doctorandas, menos aún con becas postdoctorales; pocas profesoras titulares y las catedráticas o profesoras de investigación son muchas menos de la mitad de las que comenzaron con esa idea.

“Las mujeres suelen recibir becas más bajas que los hombres“

Las mujeres suelen recibir becas más bajas que los hombres, y según la ONU tienen carreras más cortas y peor pagadas que sus compañeros. Quizá por eso, aunque el número de investigadoras jóvenes es prácticamente igual que el de sus compañeros chicos, son ellas las que más abandonan esta carrera profesional.

Mujeres científicas

No obstante, la sociedad está cambiando y para dar fe de ello hemos hablado con tres mujeres científicas, oceanógrafas, de tres generaciones distintas.

Marta Estrada, científica RTVE

Marta Estrada es una de las científicas más importantes de nuestro país, fue una pionera al ser una de las dos primeras mujeres en llegar a la Antártida para investigar hace 37 años. Ahora sigue trabajando en Barcelona en la sede del Instituto de Ciencias del Mar del CSIC dedicando su vida a la investigación. Es soltera, de 76 años y no tiene hijos.

María Gómez, científica RTVE

María Gómez es geóloga marina y la única mujer directiva en su equipo del Instituto Español de Oceanografía del CSIC en Madrid. Le apasiona el trabajo de campo, aunque ahora parte de su tiempo lo dedica a temas más burocráticos, tiene pareja, 48 años y 4 hijos.

Paula del Rio, científica RTVE

Paula del Río está en su último año de carrera y le gustaría dedicar su vida a la investigación. Tiene 22 años y por el momento no quiere tener hijos.

Tres mujeres con los mismos intereses y pasión en el campo de la ciencia y del mar.

Marta nos cuenta que hace 50 años, cuando ella empezaba a estudiar, los amigos de sus padres les cuestionaban por incitarla a hacerlo. Le decían que era una perdida de tiempo y dinero si al fin y al cabo se casaría y lo dejaría… Incluso aseguraban que sería un inconveniente para poder encontrar novio y casarse. Afortunadamente, sus padres no pensaron así, y Marta ha sido, y es, una de las mayores expertas en fitoplancton en nuestro país. Al escuchar esto, Paula reconoce la labor que Marta y sus colegas de otras generaciones hicieron para llegar al punto donde estamos. En su facultad y su carrera nadie le cuestiona por su género, al menos hasta ahora, sin embargo, sí le cuestionan por la elección de grado cuando “podía haber estudiado otra cosa donde ganar más dinero” dicen.

María está en el punto intermedio… Tampoco le cuestionaron por ser mujer cuando decidió estudiar geología o cuando fue a la Antártida con el Hespérides; pero sí cuando tomó la decisión de ser madre de cuatro hijos. Una elección voluntaria en la que tiene mucho que ver su pareja, que es el 50% del núcleo familiar. La ayuda de su marido a la hora de cuidar a los hijos ha permitido que María desarrolle su carrera y sea la única mujer directiva de su área (todo su equipo técnico son mujeres). Pero ¿habría podido hacer lo mismo si ella hubiera asumido la mayor parte del cuidado de los hijos? ¿Qué habría sido de la carrera de Marta si hubiera decidido tener hijos y dedicar el tiempo necesario a atenderlos? ¿Qué ocurrirá cuando Paula se encuentre con el famoso techo de cristal?

Muchas cuestiones que, gracias a referentes femeninos como Marta, María y Paula, al menos, ya se plantean en el diálogo social.