Exilio, guerra, silencio. Marta Carnicero habla del trauma de la violencia bélica en "Matrioskas"
La autora barcelonesa charla con Página Dos y denuncia la violencia que las guerras ejercen sobre las mujeres
- Las dos protagonistas, Hana y Sara, viven existencias muy diferentes, hasta que sus vidas un día confluyen
- Matrioskas habla de cómo en los conflictos bélicos conviven el trauma y la esperanza, la brutalidad y la humanidad
Nadie sale ileso de una guerra. El nuevo libro de Marta Carnicero, Matrioskas (Acantilado/Quaderns Crema) trata de la necesidad de hablar, de compartir el propio dolor, de la luz de la esperanza. La trama gira en torno a dos protagonistas. Hana vive un doble exilio: uno estrictamente geográfico, lejos de la tierra que la vio nacer y que debió abandonar, y otro íntimo, que la mantiene apartada del mundo que la rodea por miedo a que la lastimen. A dos mil kilómetros de distancia, en un entorno privilegiado, Sara acaba de cumplir dieciocho años y está ansiosa por ser libre. Ambas harán descubrimientos tan amargos como sorprendentes mientras acortan la distancia que las separa.
La novela divide en cada capítulo la voz de una y otra. Hana: «Insistirán en que fue una época difícil y hay que ser tolerante; en que hay que convivir, en que todos perdieron. Y quizá les comprarías el discurso, del lado del vencido, si no fuera tan claro que es siempre el ganador quien propone avanzar, dejar atrás el pasado y no volverse. El silencio es negación.» La joven Sara: «Los padres de Dària matarían por tener una hija como yo, que no dice mentiras, consigue notazas y aparece puntual a la hora absurda que le fijan. Ni fumo ni bebo, y ocasiones tengo las que quiera, pero eso a mis padres les parece normalísimo, porque suponen que será mérito suyo. 'Nuestra Sara es difícil', dicen siempre. Así, en formato de verdad absoluta. Y no miran más allá: ahí sí se ponen de acuerdo, y enseguida.»
Marta Carnicero (Barcelona, 1974) es escritora e ingeniera industrial. Se graduó en el Máster de Creación Literaria de la Universitat Pompeu Fabra. Es autora de varios libros de cocina y de las novelas El cielo según Google y Coníferas, y ha colaborado en programas de radio y televisión. Sus personajes son contradictorios, obsesivos, intensos; en sus obras se reflexiona sobre la identidad y la lealtad.
Svetlana Alexiévich («En la guerra, el alma del ser humano envejece»), Liza Mundy, Caroline Moorehead, Alex Rosenberg o Sonia Purnell han escrito sobre la específica violencia bélica sobre las mujeres. Óscar López pregunta a Marta Carnicero sobre el conflicto de los Balcanes. «No estamos hablando de una lengua concreta, de una religión concreta, en todos los bandos hubo violencia contra las mujeres. Ocurre en todas las guerras. Es un problema de derechos humanos.» La vida de los dos protagonistas transcurre en paralelo, hasta que en un momento coinciden. Una sufrió una violación hace veinte años y la herida no está cerrada. La otra es una joven privilegiada. La novela también habla de esos niños estigmatizados, hijos de la violencia. «Son nacidos culpables, rechazados desde el primer momento, siempre hay alguien que se lo recuerda, los ven como la semilla del enemigo. Hana reniega de su identidad e intenta crear una nueva vida, una piel sobre otra piel, de ahí las matrioskas.»