Lorenzo Caprile, tajante sobre la moda: "Si pudiera volver atrás, no estaría en esto". Este es el motivo
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Un miércoles más se vuelven a abrir ‘Las Tres Puertas’ con María Casado y tres rostros conocidos para el público: el modisto Lorenzo Caprile, la cantante Sole Giménez y el escritor Luis García Montero. En sus charlas se muestran sinceros sobre diversos aspectos de su vida y, en algunos casos, llegan a sorprender con sus declaraciones, como es el caso del diseñador italiano quien asegura que, de poder volver atrás, no volvería al mundo de la moda. ¿Los motivos? Él mismo los desvela.
La cara oculta de la moda
Lorenzo Caprile da el pistoletazo de salida de su entrevista con unas palabras que sorprenden a María Casado, quien al preguntarle por el origen de su pasión por la moda, escucha un “eso me pregunto yo todos los días. ¿De dónde me viene la pasión por el trapo?”. Entre risas, el italiano asegura tajante que “si pudiera volver atrás no estaría en esto”. Esta reflexión no es baladí y más si se tiene en cuenta que Caprile ha tenido “muchísimas” crisis de vocación, tal y como explica, “pero aquí estoy”.
El modisto, que fue uno de los rostros destacados del programa de RTVE ‘Maestros de la costura’, asegura que “la moda es una industria muy tramposa que además juega con materiales humanos muy delicados que son tu humanidad, tus pequeños complejos, tus ganas de aparentar o de no aparentar” y sentencia que “es un mundo muy perverso”.
No obstante, Lorenzo Caprile admite que “la esencia del oficio es lo que realmente me gusta” y que rehúye de todo lo que tiene que ver con grandes desfiles. “Mi libertad no tiene precio y en ese sentido, los peajes muy caros y altos que están pagando otros compañeros, yo me los ahorro”.
No se compra ropa y no va a bodas
Contrariamente a lo que se pueda creer, el invitado no es un amante de comprarse ropa, más bien al contrario y admite su “amor por la segunda mano”. “Conozco la industria tan bien… Empecé de becario, en Italia, que era la capital. Tenía 13 o 14 años. Tras 40 años en la industria, la conozco bien y todos sus trucos y todas sus trampas. Para que yo me gaste un dinero en una prenda nueva a estrenar, tiene que ser algo muy especial”, confiesa.
Lorenzo Caprile tampoco es aficionado a ir a las bodas, ni a las de las novias a las que viste ni a las que le invitan de forma personal. “La última a la que fui, que vestí yo a la novia, la hija de un compañero de colegio, dije ‘ya pasaré, ya pasaré’, y fui a la última copa, que están todos pedo, y a casa”, comenta entre risas. También admite que vestir a una novia es muy complicado y no solo por ella sino por “el séquito de 10 o 12 personas que empiezan a opinar, te empiezan a corregir la prueba”, algo que él no soporta. “Primero intentas ser un poco psicólogo, pero cuando te fallan las técnicas das un golpe en la mesa y dices ‘señora, por favor, si quiere coja las tijeras y hace el traje de su hija. Yo feliz’”.