'La Tribuna': La novela con "conciencia feminista" de Emilia Pardo Bazán
- La protagonista es una mujer culta y con conciencia de clase que apuesta por la igualdad de género
- RNE y Acción Cultural Española adaptan al sonido una de las primeras obras de la escritora gallega
- Escucha el estreno de la ficción sonora este lunes 3 de abril en El ojo crítico a las 15
“Una mujer inteligente, culta, con conciencia de clase y política; habla de la libertad, de la república”, así es Amparo, la protagonista de una de las primeras novelas de Emilia Pardo Bazán, La Tribuna. Toma la palabra y apuesta por una sociedad sin clases y en la que haya igualdad “entre ricos y pobres”. Aunque, por otra parte, es “ingenua, se siente atraída por un oficial del ejército que le ronda, le declara sus intenciones”.
Lo cuenta José Manuel González Herrán, Profesor Emérito de Literatura Española de la Universidade de Santiago de Compostela. Es el asesor literario de la adaptación radiofónica de esta obra que se estrena este lunes 3 de abril en El ojo crítico a las 15h. Los otros tres capítulos se podrán escuchar los próximos días 10, 17 y 24 de este mismo mes y cuando finalice su emisión en RTVE Play Radio.
Esta producción es una colaboración con Acción Cultural Española. La autora del guion es Lidia Fraga. La realización está a cargo de Mayca Aguilera y la dirección de Benigno Moreno.
“Nueva conciencia de libertades”
La novela se desarrolla en uno de los momentos más críticos de la historia de España en el siglo XIX: la caída de la monarquía de Isabel II en 1878, el reinado de Amadeo de Saboya que fracasa y la proclamación de la Primera República. Todo ello se cuenta “a través del eco que hay en la fábrica donde hay problemas de pagos y atrasos que no se cobran, situaciones de rebeldía”.
Refleja “la nueva conciencia de libertades” de su tiempo y también “la conciencia feminista de la autora”. Por lo que podemos considerarla una novela “muy moderna e innovadora”, según el profesor. Explica que Pardo Bazán “no es una revolucionaria, pero es mucho más avanzada que las mujeres y los hombres de la época”. González Herrán añade que ya desde 1883, cuando esta se publica, “ya está en ella arraigado el asunto de los derechos de la mujer, que sea protagonista de su destino o de su autonomía personal”.
Uno de los episodios que destaca es la asamblea que se produce en Marineda, la ciudad en la que se desarrolla la historia y que corresponde a A Coruña. Allí se reúnen “delegados republicanos de distintas regiones del norte de España, hay una especie de mitin al que Amparo asiste”, donde recibe el sobrenombre de “Tribuna”, que quiere decir “oradora”, y “es capaz de pronunciar en público un discurso como si fuera una diputada”.
Leer para politizarse
Las inquietudes sociales y políticas de Amparo le llevan a leer “fragmentos de escritos políticos, textos aparecidos en los periódicos, lo que hoy en día serían editoriales” a sus compañeras cigarreras, que son analfabetas. Hablan sobre “la revolución que se aproxima, la república, los derechos, las clases sociales”.
Esta conciencia social es “probablemente por lo que ha leído”, señala González Herrán. “Puede que la novela intente mostrar que la lectura y la cultura van unidas y que una obrera que lea desde joven, puede despertarse en ella la inquietud política, social e incluso hoy diríamos sindical, porque es la líder de sus compañeras en una huelga y promueve la rebelión”.
Manual de instrucciones
El proceso de documentación fue clave para la escritura de La Tribuna. Pardo Bazán entró en una fábrica con el beneplácito de su director y allí habló con las obreras. Para poder “relacionarse mejor” con ellas, ya que la escritora es una familia clase alta, “acudió con uno de sus hijos en brazos”. “Pudo saber cómo eran, cómo hablaban o cómo se trataban”. Algunos capítulos son como “un manual de instrucciones” de cómo se fabricaban los cigarrillos y los puros: “Cómo se enrollaban las hojas, cómo se secaban, cómo se picaban las hojas para hacer cigarrillos”.
Coincidencias y diferencias
Tanto Amparo como Emilia Pardo Bazán coinciden en algunos aspectos, como por ejemplo el interés por la lectura precozmente, el hecho de "conocer el amor pronto" o que tienen hijos jóvenes. Pero también hay “diferencias fundamentales” como que la protagonista es “una obrera” que trabaja en una fábrica de cigarros; su padre es un barquillero, que se dedica a vender barquillos en los parques a los niños; y la madre está impedida y se encuentra retirada después de trabajar en la fábrica. La escritora es “hija de una familia acomodada, aristocrática y con propiedades”.