El niño de oro, la momia llena de amuletos
- Tiene unos 2.300 años de antigüedad y un TAC ha permitido ver que su cuerpo alberga 49 piezas en su interior
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El Antiguo Egipto sigue provocando fascinación a muchas personas, entre ellas al equipo de guionistas de ‘Saber y ganar’ que no pierde oportunidad de preparar alguna pregunta que tenga que ver con esta civilización llena de misterios por descubrir. Uno de los personajes de los que hablamos es del niño de oro, una momia que se encontró hace más de 100 años, en 1916, y cuya importancia no se ha calibrado hasta enero de este 2023. Y es que gracias a un TAC se ha descubierto que posee en el interior de su cuerpo nada menos que 49 amuletos, algo que la convierte en un hallazgo único.
¿Quién era el niño de oro?
En un cementerio ubicado en Nag el-Hassay, al sur de Egipto, que se estima se usaba como necrópolis entre los años 332 y 30 a.C., se descubrió en el año 1916 la momia de un joven. El cuerpo, que databa de hace 2.300 años, estaba depositado en dos ataúdes: uno exterior que llevaba una inscripción griega y otro interior hecho con madera. Lo que más sorprendió a quienes lo encontraron fue la máscara de oro que le tapaba la cabeza, algo que sirvió para bautizarla como “el niño de oro”.
Los investigadores se dieron cuenta de que los órganos le habían sido extraídos en el proceso de embalsamamiento a través de una incisión en la ingle. En el caso del cerebro, este fue retirado por las fosas nasales para ser sustituido por resina. Al examinar su dentadura y comprobar que aún no le habían salido las muelas del juicio, se estimó que este joven, que medía 128 cm, era un chaval de unos 14-15 años. A pesar de su juventud, no se hallaron señales de una muerte violenta con lo que cabe entender que falleció por causas naturales.
Otro de los datos que están claros sobre el niño de oro es que pertenecía a una familia de clase alta del Antiguo Egipto, a juzgar por la sepultura que se le había dado y por el buen estado de sus dientes, libres de caries.
Sorpresa: la momia llena de amuletos
La momia de este chico permaneció años en los sótanos del Museo Egipcio del Cairo hasta que gracias a una prueba mediante escáner se descubrió que en el interior de su cuerpo se le depositaron nada menos que 49 amuletos. "El cuerpo de esta momia estaba decorado con 49 amuletos, en una disposición única de tres columnas entre los pliegues de las envolturas y dentro de la cavidad corporal. Entre ellos figuran el ojo de Horus, el escarabajo, el amuleto akhet, el nudo de Isis y otros. Muchos eran de oro, otros de piedras semipreciosas, arcilla cocida o loza”, explica Sahar Saleem, primera autora del estudio y profesora de la Facultad de Medicina de la Universidad de El Cairo, quien también explica que “su finalidad era proteger el cuerpo y darle vitalidad en la otra vida".
El TAC mostró que el difunto llevaba una lámina dorada en la lengua para poder hablar una vez llegase al inframundo donde, según las creencias egipcias, sería sometido a un juicio ante un tribunal por su comportamiento en la Tierra. Los penachos dobles de halcón y avestruz representan la dualidad entre lo material y el espíritu, el nudo de Isis era una invocación a dicha diosa para proteger el cuerpo.
Otro de los amuletos más reconocibles es el del escarabajo dorado, colocado en la cavidad torácica de la momia y que servía para silenciar “el corazón en el Día del Juicio, para que no diera testimonio contra el difunto. Se colocaba dentro de la cavidad del torso durante la momificación para sustituir al corazón si el cuerpo se quedaba sin este órgano", comentó la investigadora.
También se pueden encontrar unas sandalias blancas para que pudiese salir del ataúd, una guirnalda de helechos para que los poderes sagrados de flores y plantas hiciesen efecto, o un amuleto de ángulo recto cuya finalidad era aportar equilibrio al niño de oro. Sin duda, todo un hallazgo sorprendente más de 100 años después de haber sido desenterrado.