La carrera de caballos de 'Ben Hur', así se rodó la escena más famosa del cine
- La carrera de cuádrigas tardó en rodarse tres meses y contó con 15 000 extras
- Fue tan complicada que el productor murió sin haber visto el resultado
Los años dorados del Hollywood de los 50 dieron al cine algunas de las escenas más impresionantes de su historia. Empeñada en hacer frente a la naciente televisión, la industria del cine no escatimó en recursos. Con los estudios de Cinecittà como sede, las majors invirtieron enormes sumas de dinero en crear decorados descomunales con los que levantarían hasta el mismísimo Imperio romano.
Batallas épicas, luchas de gladiadores, crucifixiones multitudinarias o la recreación de grandes ciudades. Todo cabía en la gran pantalla de aquel momento, incluida la espectacular carrera de cuadrigas romanas de Ben-Hur (1959). Un rodaje que se prolongó durante más de tres meses, contó con más de 15 000 extras y se convirtió en el más difícil de la historia del cine.
¿Qué necesitaron para su recreación?
Con Charlton Heston como protagonista y maestro de ceremonias, el director de Ben-Hur, William Wyler, estaba dispuesto a convertir los estudios de Cinecittà en el mayor circo romano del momento. Inspirado en el circo de Antioquía, Wyler mandó construir una pista oval de 73.000 metros cuadrados, el mayor decorado jamás construido hasta el momento. Para levantarlo hizo falta el trabajo de varios miles de obreros durante un año entero que cavaron el óvalo en una cantera.
Debía tener un soporte lo suficientemente fuerte como para soportar el peso de los carros pasabdo a toda velocidad y, al mismo tiempo, lo suficientemente suave para que los caballos no sufrieran daño alguno tras miles de tomas del rodaje.
Un circo de arena... ¡del Mediterráneo!
La pista medía 460 metros de longitud y las gradas se alzaban hasta una altura de cinco pisos. Para cubrir la pista de carreras que se ve finalmente en el cine se emplearon 36.000 toneladas de arena traída de diferentes playas del Mediterráneo. La planificación del rodaje de la carrera también duró más de un año. Se emplearon cuatro meses para entrenar a los 72 caballos que participaron y a los conductores de las cuádrigas.
Pura raza española
Los caballos de la cuádriga de Ben-Hur eran de pura raza española. De los 2.500 caballos que se usaron durante el rodaje de toda la película, aquí solo fueron seleccionados 72, de entre los que destacan los cuatro hermosos caballos blancos que fueron confiados a Heston: Antares, Rigel, Altair y Aldebarán.
Todos ellos, cuyos nombres están sacados de cuatro constelaciones de estrellas, eran de pura raza española. Un valor añadido que se cuido con mimo. Especialistas, veterinarios y criadores que llevaron a cabo su propio método de doma, muy diferente a como se hacía hace 2000 años (sin látigo) y utilizando solamente sus manos.
El método Yakima Cannyutt
La coordinación de la carrera de cuádrigas estuvo a cargo de Yakima Cannutt, considerado el más grande especialista en doma y entrenamiento de caballos de Hollywood. Obsesivo con la seguridad de los animales, desarrolló avanzadas técnicas de seguridad para filmación de escenas con caballos; de hecho, muchos de sus recursos se usan hasta el día de hoy.
Tuvo una modesta carrera de actor, especialmente junto a su gran amigo, el legendario actor y fantástico jinete John Wayne, quien le enseñó a cabalgar. En 1958, Cannutt es convocado por el director -William Wyler- para planificar la famosa escena de la carrera de cuádrigas. Fue el encargado de seleccionar y domar a los 72 caballos.
Los animales aprendieran a correr en grupo y a soportar los choques sin que salieran heridos o lastimados. De hecho, y si bien algunos de los actores, extras y dobles sufrieron algún que otro raspón, es de suma importancia remarcar que ningún caballo sufrió daño alguno en la peligrosa y espectacular escena, que aún hoy, a más de 60 años de su rodaje, pone la piel de gallina.
El manejo de Charlton Heston
Además, se construyeron 18 carros romanos; la mitad de ellos fueron destinados a Charlton Heston y Stephen Boyd, quienes debieron someterse a un duro entrenamiento -guiados por Cannutt-, ya que, con la excepción de un par de escenas muy peligrosas, ellos mismos realizaron todas sus tomas, sin especialistas.
Heston, más hábil y que había tenido que hacer de jinete en otras ocasiones, logró pillarle el truco con más rapidez a Boyd, pero ambos tuvieron que aprender a conducir los carros y son ellos realmente los que aparecen en los planos medios.
El rodaje de la carrera en sí se rodó en cinco semanas -sin contar el año de puesta en marcha del decorado-, pero necesitó tres meses para dar forma a los más de 60.000 metros de película que se grabaron y que en el montaje final se quedaron en 228 metros y 32 trepidantes minutos de duración.
El proceso se extendió tanto en el tiempo y el espacio que el productor Sam Zimbalist -responsable de otras grandes películas del momento como Las minas del rey Salomón (1950) y Quo Vadis? (1951)- no pudo ver la obra finalizada. Murió de un ataque repentino al corazón.
Coincidiendo con la programación especial de Semana Santa, La 1 emite este jueves Ben-Hur (1959), una oportunidad única de revivir la mítica escena y una de las películas más famosas de la historia del cine. Ganadora de 11 Oscar, entre ellos los de mejor película, director (William Wyler) y actor (Charlton Heston). Un récord solo igualado por Titanic (38 años más tarde) y El señor de los anillos: El retorno del rey.