3 claves para entender el asco
- Mara Jiménez -Croquetamente- habla con Enrique Aparicio y Sandra Ortonobes sobre el asco
- En este capítulo, la emoción pasa a ser diseccionadas desde la ciencia, la comunicación y la sociología
- La serie documental es una coproducción original de RTVE Play y FECYT
Las personas desarrollamos estrategias para huir de aquello que nos provoca emociones incómodas, como es el caso del asco. Nos desagrada el olor a sudor o encontrarnos algo repugnante en nuestra comida, una sensación diaria como también lo son la alegría, el miedo o la tristeza. En este capítulo de El año de las emociones, Mara Jiménez -Croquetamente-, se sienta junto al comunicador Enrique Aparicio y a la divulgadora científica Sandra Ortonobes -La Hiperactina- para diseccionar el asco desde la neurociencia, la psicología o la historia, entre otras vertientes. Una emoción determinante para nuestra supervivencia, pero que nos molesta en nuestra cotidianidad. ¡Descúbrela en RTVE Play y Spotify!
¿Qué es y cómo se comporta?
"El asco es la emoción más fácil de identificar, está presente todos los días y es imposible de darle esquinazo", confirma Mara Jiménez, a lo que añade que "es lo que sientes cuando algo te desagrada", por ejemplo, cuando hueles comida en descomposición. Y no solo te provoca rechazo verla, sino que "también cuando piensas en ello, es una emoción que te da reacciones muy viscerales como náuseas o sudores fríos", dice Ortonobes.
En este sentido, Aparicio recalca que esta emoción es muy concreta "y tiene unos mecanismos que solo se disparan con el asco". El científico Paul Rozín, explica que hay dos comportamiento que se provocan con esta sensación: "el componente de ideación, es decir, lo que parece, es. Si te ponen un excremento de mentira, pero muy realista, en tu plato de comida, aunque sepas que no es real, te va a dar asco igual". "También está "el componente de transferencia, es decir, si una cosa que te da asco toca otra cosa que no te daba asco, se transfiere".
¿El asco se aprende?
Parece ser que sí. Es una realidad que, en la vida cotidiana, "están los niños en el parque y de repente se meten caca de perro en la boca", dice Mara Jiménez. Este hecho nos lleva a pensar que los pequeños "no tienen tan desarrollado el sentido del asco, sino que es algo cultural", dice la invitada: "tus padres, la sociedad, te van inculcando el lavarte las manos o no comer ciertas cosas".
Desde el punto de vista biomédico, "es vital ese contacto con microorganismos para el desarrollo del sistema inmune", confirma la divulgadora científica, a lo que Aparicio añade que "según estudios, los niños que tienen perros, generan menos probabilidades de parecer asma". Una exposición a lo que nos rodea que parece tener sentido científico.
Los gérmenes en casa
Según Aparicio, "hay orgía de gérmenes en esas partes de tu hogar que se tocan mucho, como los pomos de las puertas", a lo que Ortonobes añade también "los interruptores, es decir, esas partes que están sucias, pero que nunca limpias porque no caes que están sucias". Otro ejemplo es, "el teclado del ordenador, puede haber más gérmenes ahí que en la taza del váter", ya que esta superficie tendemos a limpiarla y la computadora no.
En esta línea, hay estudios que afirman que "el objeto más sucio de una casa es el trapo de cocina", dice Croquetamente. Esto se debe, según los invitados, a que es empleado para limpiar muchas superficies diferentes, y porque "las bacterias viven felices" en este utensilio que suele estar húmedo la mayor parte del tiempo.