'El Bígamo', de Ida Lupino: la directora que hubiese desbancado a Hitchcock
- Más conocida por sus papeles como actriz, la británica despuntó en la dirección
- También fue guionista, productora, escritora y una cineasta pionera
- Su película El Bígamo (1953), disponible gratis en RTVE Play
Para una mujer que comienza en el cine en los años 30, Hollywood solo tenía un espacio que ofrecer: ser un objeto de deseo en la gran pantalla. Pero incluso en sus primeros papeles como actriz, Ida Lupino ya poseía un carácter poco convencional al que se agarró a lo largo de toda su carrera para salirse, primero, de los estereotipos de los personajes femeninos de aquella época y, después, para ser ella quien se sentase en la silla del director. Sin embargo, tuvo que hacerlo de forma independiente, al margen de los grandes estudios.
En 1948, cansada de repetir personajes y que el estudio la suspendiese de sueldo por rechazar papeles que no la interesaban. No quiso firmar un suculento contrato con Warner y junto a su marido, el también actor y director Elmer Cliffton, fundó la productora The Filmakers, cuyo objetivo era retratar personajes más cercanos a la realidad e historias que combinasen el entretenimiento con la mirada social.
Su debut como directora parecía fruto de la casualidad, el director contratado por The Filmakers sufrió un ataque de corazón y Ida tomo su lugar de forma natural en la dirección de Not Wanted (1949). Por deferencia, o un entonces no conocido síndrome de la impostora, Lupino no quiso firmar la película, pero aquel título rebosa la mirada propia y personal que, después, salpicaría el resto de su filmografía. Entre 1949 y 1953, dirigió seis películas que demostraron su talento y su valentía a la hora de elegir los temas de los que quería hablar. Asuntos provocadores incluso hoy día que ningún otro cineasta hombre hubiese abordado con aquella precisión.
La violación, la bígamia, la maternidad no deseada… fueron algunos de los temas planteados. Una de sus películas más celebradas fue El Bígamo (1953), una película que puede verse en RTVE Play hasta el 19 de abril, la única vez que se dirigió a sí misma. Una narración contenida, que no juzga, llevada a la pantalla con gran sensibilidad por su directora y por los tres intérpretes principales. La historia cuenta el triángulo sentimental que pivota entorno a Harry Graham (Edmond O Brien) que comparte vida con su esposa Eve (Joan Fontaine). Por motivos laborales Harry debe viajar constantemente a Los Ángeles, donde conocerá a Phyllis Martin (Ida Lupino), iniciando una relación extra matrimonial con ella que acabará materializándose en un segundo matrimonio.
A falta de presupuesto, ingenio
Pero Lupino también se atrevió con el cine de género y está considerada la única mujer de la época clásica del cine de Hollywood que dirigió una película de cine negro, The Hitch-Hiker, sobre un asesino en serie, uno de sus títulos más reconocidos, estrenado en 1953. Sus personajes estaban muy lejos de los que ella solía interpretar en sus primeros años en el cine. Los suyos eran personas de clase media, con vidas normales, cuyas tramas les revelaba tremendamente vulnerables y llenos de imperfecciones.
Su predilección por el cine noir, tan afamado entonces por cineastas como Alfred Hitchcock, no contaba con el presupuesto, ni los medios de los grandes estudios que, desde luego, tenían más que recelos por contratar a una mujer como directora. Desde The Filmakers, sin embargo, Lupino supo convertir aquella pobreza de recursos en una virtud. Por ejemplo, era muy concienzuda con las estimaciones presupuestarias, planificando escenas de pre-producción para evitar errores técnicos y repeticiones, y rodando en lugares públicos como MacArthur Park y Chinatown para evitar costos de alquiler.
La directora es la estrella
Sin embargo, todo aquello no fue suficiente para mantener una productora independiente, ni tampoco para continuar haciendo cine negro o de suspense. La productora The Filmakers dejó de operar en 1955, y Lupino salto a la televisión, dirigiendo episodios de más de treinta series de televisión estadounidenses desde 1956 hasta 1968. Sin embargo su carrera como realizadora se esfumó, dirigiendo solo una película más en 1966, una historia convencional sobre unas internadas en un colegio de monjas, The Trouble With Angels, a la que supo darle su particular frescura.
Aunque Ida Lupino fue la segunda mujer admitida en la Asociación de Directores de Hollywood, la carrera de esta cineasta ha sido ignorada durante demasiado tiempo, primando siempre su faceta como actriz. Es ahora, en los últimos años, que su figura comienza a cobrar protagonismo y a ocupar el lugar que le corresponde.