Gregorio, el nuevo mayordomo de 'La Promesa: ¿villano o perro ladrador poco mordedor?

El miedo se ha apoderado del servicio en el palacio de los Luján. Desde la llegada del nuevo mayordomo a La Promesa, las normas han cambiado mucho, pues ha impuesto su propia dictadura. Ya no se puede hablar mientras se trabaja, ni tener tiempos de descanso. Tampoco escuchar cajas de música, por no hablar de don Rómulo, que lo único que puede hacer es pasear por las instalaciones. Gregorio parece un ogro a ojos de todos, pero ¿es tan villano como parece? ¡Os contamos quién es el señor Castillo!

Gregorio siembra el miedo en el servicio

Su llegada a La Promesa no ha pasado desapercibida. Tras descubrir el engaño de todo el servicio metiendo a Lope en las cocinas, el marqués mandó llamar a un nuevo mayordomo que impusiera "orden" entre ellos. Gregorio Castillo, antiguo mayordomo de los duques de Castellanos, llega al palacio sembrando el miedo entre María Fernández, Teresa y compañía. También poniendo al límite a la señora Adarre, que ya le conocía, y don Rómulo, contra el que parece tener una especial ojeriza.

Al fin se abre a Pía

Si con Rómulo es todo maldad, el señor Castillo cambia de actitud cuando tiene a la señora Adarre delante. Como hemos dicho, ambos ya se conocían de cuando sirvieron a los duques de Castellanos, y de una posterior visita del ama de llaves. Doña Pía cuenta de esos momentos que recuerda a un Gregorio muy diferente. Tanto como el que se muestra cuando habla ahora con ella. El mayordomo suaviza su carácter, incluso, acepta los consejos que le da sobre cómo tratar al servicio y conseguir que no se rebelen. Es más, ¡hasta le ha contado cosas de su pasado! ¿Por qué será?