Alejandro G. Calvo elige una película para cada momento de tu vida
- El escritor y crítico barcelonés publica una guía sentimental de films con mensajes útiles para cada momento vital
- De media, una persona ve unas 5.000 películas a lo largo de su vida. Este ensayo es una carta de amor al cine
- Alejandro G. Calvo creció yendo al videoclub y disfrutando de Lang, Huston, Lynch, Spielberg, Coppola, Scorsese…
«El encargo no parecía difícil: escribir un libro en el que recomendar una película para cada año de la vida de un ser humano. Mi abuela Gorgonia vivió hasta los cien años, así que cien me pareció un número redondo de títulos. Suelo ver de media al año entre 350 y 400 películas, así que elegir solo una por año me ha costado una barbaridad. (...) Encapsular films en franjas concretas de edad ha hecho, de forma inevitable, que tuviera que recordar quién era yo en ese momento concreto de la vida.»
El periodista y crítico cinematográfico Alejandro G. Calvo (Barcelona, 1978) acaba de publicar Una película para cada año de tu vida (Temas de hoy). En su canal de Youtube de SensaCine comparte reseñas con sus 400.000 seguidores. También ha colaborado en medios como El Cultural, Rockdelux y Dirigido por. «Las películas hablan de cómo nos relacionamos unos con los otros, de cómo nos rompemos y cómo tratamos de arreglarnos. Hay textos de este libro que me ha dolido escribir, y que espero poder releer algún día y sonreír.»
Cinco películas que no entraron en la lista final (y Calvo pide ‘perdón’ por ello al lector): El último refugio (Raoul Walsh, 1941), Hana-Bi (Takeshi Kitano, 1997), Saló o los 120 días de Sodoma (Pasolini, 1975), El dulce porvenir (Atom Egoyan, 1997) o El espíritu de la colmena (Víctor Erice, 1973).
Y cinco películas que sí forman parte de la lista de Alejandro G. Calvo:
El manantial de la doncella (Ingmar Bergman, 1959)
La venganza de una familia de la Suecia medieval —magnífico Max von Sydow— tras el asesinato de su hija. Poesía, moral, metáforas religiosas, simbología y belleza.
El hombre que mató a Liberty Valance (John Ford, 1962)
Transgresión de los antiguos códigos del western. Reflexiva, elegíaca, espontánea. Habla de códigos de honor, injusticias, héroes y de cómo se dan forma a las leyendas.
Taxi Driver (Martin Scorsese, 1976)
Para sobrellevar el insomnio crónico que sufre desde su regreso de Vietnam, Travis (Robert De Niro) trabaja como taxista nocturno en Nueva York. Una radiografía de la sordidez urbana.
La cosa (John Carpenter, 1982)
Una bestia de origen desconocido toma la forma de su víctima. Suspense a la antigua usanza con una puesta en escena y unos efectos especiales oscuros, elegantes y efectivos.
Toy Story III (Lee Unkrich, 2010)
Pixar en estado de gracia: capas de significado para niños y para adultos, ritmo frenético pero no agotador, animación sin un solo fallo formal y una mezcla perfecta de aventura, comedia y amistad.