Carla Subirana, una cineasta catalana fascinada con Galicia
- Galicia, una geografía que alimenta la trama de lo nuevo de Carla Subirana
- La cineasta catalana presenta Sica (2023), estreno en cines el 19 de mayo
- Una coproducción catalana y gallega, participada por RTVE, rodada en Costa da Morte
Algo pasa con Galicia en el cine español. En los últimos años, son muchos los cineastas que han decidido acercarse a los confines de sus costas y geografías: las naturales y las personales. Desde, As bestas, el thriller rural con el que Rodrigo Sorogoyen arrasó en los Goya de este año, a Matria, la aclamada cinta de Alvaro Gago que reflexiona sobre el mito del matriarcado gallego. “Galicias hay muchas”, dice la directora Carla Subirana (Barcelona, 1972) que este 19 de mayo estrena Sica (2023), su primer largometraje de ficción empapado del resuello gallego.
La cinta nos cuenta, a través de los ojos de una adolescente a la que da vida Thais García, las injusticias burocráticas que se esconden tras el naufragio de un pesquero. Rodada íntegramente en la Costa da Morte, la historia nace de la fascinación que la directora sintió por el lenguaje tan poderoso que la naturaleza gallega. “En 2016 llegué a Costa da Morte caminando por el Camino dos Faros que recorre desde Malpica hasta Fisterra, y surgió un flechazo con ese paisaje y ese mar tan brutal que tiene la costa me enamoró. Y ahí nació la semilla de Sica”. Subirana también descubrió una realidad no demasiado conocida de esta parte del mundo: la Costa da Morte (de ahí el nombre) es una de las costas más peligrosas del mundo, con más de 600 naufragios documentados. Un dato que no pasó desapercibido para esta curtida documentalista catalana.
Empaparse de Galicia, profundo trabajo de campo
Tras aquella primera toma de contacto, Subirana decidió pasar tres veranos más en Galicia, haciendo un amplio trabajo de investigación, empapándose del lugar, su realidad y sus gentes. “Conocí el trabajo de las percebeiras, conocí a un cazatormentas, leí sobre naufragios, aprendí sobre historia local, me empapé de las localizaciones y de su manera de hablar, de ese ritmo que tienen al hablar y la poesía de la que echan mano en su lenguaje común. Mucha gente de Costa da Morte que vive del mar, habla de la mar como si fuera una mujer y de los diferentes estados de ánimo de la naturaleza de una forma que, como cineasta, era un reto que quería reflejar en la gran pantalla”, explica.
Para una catalana que se considera urbanita, adentrarse en las raíces gallegas, en un ámbito en el que la naturaleza tiene su razón de ser en que para ella es como trata de conectar con un vínculo perdido que, sin duda, se vive más intensamente en lugares como la Costa da Morte. Pero para contarlo, trata de aportar una mirada como foránea que es y para ello introduce dos elementos clave: uno de los personajes habla en su lengua materna, el catalán; además la producción y el equipo también es galego-catalán.
Mezcla natural de lenguas: catalán y gallego
Con diálogos construidos de forma natural en lengua galega y catalana, Subirana deja su impronta a través de la madre, a la que interpreta Nuria Prim, una catalana foránea en Galicia, muy distinta a su hija Sica, nacida allí y profundamente enraizada con Costa da Morte. “Como cineasta es muy importante tener un respeto hacia el territorio donde ruedo, hacia la lengua y el vocabulario con el que voy a trabajar y tenía clarísimo que tenía que hacer una película en galego”, cuenta. Hicieron un casting de más de 600 chicos y chicas con el acento de la zona hasta dar con Sica y Suso, otro de los jóvenes que aparecen en la historia, un cazatormentas atemporal. “Pero también me pareció interesante que la madre de chica, Núria Prims, fuera catalana, porque de alguna manera yo al ser catalana y ser foránea en ese territorio, me era más fácil escribirla”, añade.
Historias que parten de lo local, en este caso tomando forma desde la idiosincrasia gallega, que se elevan para reflexionar sobre cuestiones universal, como aquí ocurre con el paso a la edad adulta. Subirana buscó contagiarse de la fuerza primigenia y orgánica que late en su geografía y paisajes. No es la única que ha posado su mirada en esta tierra del fin del mundo. Allí también acudirá a rodar su próxima película otra catalana, Carla Simón, y desde allí también hemos visto nacer títulos como O corpo aberto y las ya citadas As bestas o Matria.
Hasta allí también se trasladó el equipo de Pedro Almodóvar. El cineasta ambientó Julieta en Redes, un pueblo costero enclavado en la ría de Ares que imprimía en pantalla la psicología de la protagonista, interpretada por Ariadna Ugarte, en su viaje al pasado en los años 80. También se trasladó a las costas gallegas Isabel Coixet con Elisa y Marcela, una película que permitió redescubrir la ciudad vieja coruñesa. Además, este año también llegarán otros estrenos de producción gallega como Cando toco un animal, de Ángel Filgueira; Un pasado por delante, de Olga Osório; Honeymoon, de Enrique Otero; y La manzana de oro, de Jaime Chávarri, entre otras.