Jesús Carroza, el actor que esquivó la 'maldición' de los Goya
- El actor sevillano debutó en la gran pantalla con 7 vírgenes (2005), de Alberto Rodríguez
- Una oportunidad que le permitió salir de un programa de garantía social
- La película, que se incorpora al catálogo de RTVE Play, le hizo ganar el Goya a Mejor actor revelación
A Jesús Carroza le conocimos en la gran pantalla cuando apenas era un adolescente. Su desparpajo conquistó al cineasta andaluz Alberto Rodríguez desde el primer momento en que pisó el casting de 7 vírgenes (2005), la película que acabaría protagonizando junto a Juan José Ballesta y por la que lograría su primer Goya. Aquella oportunidad dio un giro completo a su vida. En aquel momento, el sevillano de orígenes extremeños estaba en un programa de garantía social y poco o nada había pensado en su futuro. Ni mucho menos imaginaba, entonces, que su vida entera iba a estar ligada al cine.
El personaje de Richi fue su debut y también el inicio de uno de los tándem actor-director más sólidos del cine español. Desde 7 vírgenes, el actor se ha convertido en marca autoral de la filmografía de Rodríguez. Desde 2005, Jesús ha trabajado, con diferentes papeles de mayor o menor peso, en prácticamente todas las producciones del sevillano desde que se conocieran, incluyendo la serie La peste.
Si no fuera actor, tiene un plan B
A pesar del éxito y reconocimiento que obtuvo con su papel en 7 vírgenes, el actor, que ahora tiene 35 años, ha mantenido siempre los pies en la tierra. De familia humilde, sabe que en la vida no regalan nada y aunque tras trabajar en la película le había picado el gusanillo de la interpretación, decidió terminar el módulo de electricidad que estaba estudiando por aquel momento. De hecho, en alguna entrevista, ha contado que, si todo le fuese mal en el cine, siempre podía volver a trabajar de eso.
Tampoco tuvo reparos en trabajar de todo lo que podía, mientras trató de hacerse un hueco en la industria. Con un Goya en el salón de su casa y un futuro por delante aún sin resolver, Carroza tuvo que ganarse la vida como camarero, mozo de mudanzas o repartidor de publicidad. El sueldo que logró con todo aquello le valió para costearse sus estudios en interpretación y demostrar que su talento no era solo un golpe de suerte. Entre su filmografía destacan otros títulos como Celda 211 y El niño, ambas dirigidas por Daniel Monzón; Miel de naranjas, de Imanol Uribe o Grupo 7 y La isla mínima, de nuevo con Alberto Rodríguez. Su última nominación al Goya fue de la mano de Rodriguez, en 2022, por su papel en Modelo 77, en la que volvía a convertirse -tras Celda 211- en un preso, en este caso de cárcel modelo de Barcelona, durante la Transición española.
Su padre, siempre en su recuerdo
Cuando era muy pequeño, el actor sufrió una de las pérdidas más duras en su vida: la muerte de su padre. Tenía solo 11 años, fue durante un temporal que aconteció en Sevilla en 1998. Una pared se desplomó por el viento y murieron 5 personas, uno de ellos era su padre. Desde entonces, su figura está muy presente en la vida del actor, por Carrazo dedicó a su padre unas palabras cuando recogió su Goya.
Mala pata en los rodajes: alergias
Delante de las cámaras, el actor disfruta siempre, salvo cuando ocurren cosas inesperadas como el los rodajes de Celda 211 o El niño. El intérprete contó en una entrevista para la Fundación AISGE que en una de sus escenas de 'Celda 211', junto a Luis Tosar, sufrió alergia comiendo gambas, y que mientras grababa ‘El niño’ sufrió un percance con una medusa.