La (r)evolución de la escena artística vasca de finales del siglo XX, en la exposición Los nuevos 90
- La muestra reescribe la historia de una década que vio nacer nuevos modos de hacer arte impulsados por las prácticas colaborativas y las nuevas tecnologías
- El proyecto se puede ver, hasta el 4 de junio, en el Museo San Telmo
- Los nuevos 90 se emite en Metrópolis el miércoles 31 de mayo, a las 00.55h en La 2
Metrópolis ofrece un recorrido por Los nuevos 90, un ensayo expositivo sobre el singular ecosistema cultural que se produjo en la última década del siglo XX orientado desde el País Vasco y otros puntos de España con una perspectiva internacional.
Resultado de una larga investigación de la historiadora del arte Nekane Aramburu, el proyecto presentado en el Museo de San Telmo se centra en las energías alternativas fraguadas desde finales de los 80 a los 2000, yuxtaponiendo documentación sobre talleres compartidos, colectivos y comunidades de artistas autogestionadas, y obras producidas en ese contexto. Refleja, además, el impacto de las nuevas tecnologías en el ámbito del arte, que se manifestó en trabajos cuya circulación fue impulsada desde los propios artistas. Los dos fenómenos tienen en común la búsqueda de modos alternativos de hacer y compartir cultura de manera social y políticamente comprometida, hecho que los convierte en claros precedentes del arte relacional.
La evolución trazada en la muestra arranca en el complejo contexto sociopolítico de finales de los años 80 y principios de los 90 marcado por el paro, el SIDA y el terrorismo. Contexto en el que se involucraron también muchos artistas colaborando con los movimientos sociales y de protesta.
En el ámbito de las políticas culturales tuvieron suma relevancia Arteleku (San Sebastián, 1987-2014), creado a instancias de la Diputación Foral de Gipuzkoa como centró de producción y formación y por cuyos talleres pasaron la mayoría de los artistas vascos consagrados en la década de los 2000, así como nombres destacados de la escena artística internacional; y el Museo Guggenheim Bilbao, un proyecto contestado por muchos artistas por el enorme gasto que supuso para las arcas públicas.
Autogestión, talleres compartidos y prácticas colaborativas
Muchas de las iniciativas colectivas emblemáticas de la década surgieron de la necesidad de encontrar un lugar de trabajo asequible. Uniendo esfuerzos, se buscó la cesión o un alquiler de bajo coste de edificios industriales en desuso que reunieran las condiciones mínimas de habitabilidad. Más allá de su función como lugares de producción artística alternativos, estos espacios se convirtieron en importantes puntos de reunión e intercambio, en los que se desarrollaron prácticas interdisciplinares, performativas y de interacción con el contexto que prefiguraron las posteriores prácticas relacionales.
La exposición rinde homenaje a varias de aquellas iniciativas, destacando Trintxerpe/Redería (San Sebastián, 1990-2000), Zelai Azpi (Zumaia, 1997-2003), El Gallinero (San Sebastián, 1991-2007), Zapatari (San Sebastián, 1988-2010) o Las Chamas (Bilbao, 1992-1994).
Nuevas tecnologías – nuevos medios de expresión y comunicación
La primera manifestación de la aplicación al arte de las entonces llamadas “Nuevas Tecnologías”, el videoarte, aterrizó en el contexto artístico del País Vasco de la mano del Festival de Video de San Sebastián (1982-1984).
Poco después surgió, en Tolosa, Bosgarren Kolektiboa (1986-1990), una iniciativa dedicada a la exploración de las posibilidades del video en cuanto herramienta alternativa de expresión tanto artística como política y de mediación con el público. Entre numerosos otros proyectos produjeron cuatro ediciones del festival Bideoaldía, cuya última edición de 1990, celebrada en el Museo San Telmo, es conmemorada en Los nuevos 90.
Nuevas tecnologías – nuevas redes
Otro tipo de tecnologías, como el fax, también estaban siendo explorados por los artistas, dando lugar, con el Fax-art, a un nuevo tipo de producción artística coral que, además, no conocía fronteras. Lo mismo ocurría con Internet, donde, a lo largo de la década se fueron desarrollando propuestas participativas e interactivas que luego serían subsumidas bajo el nombre de net.art. Pero internet también facilitó el intercambio online de la comunidad artística con iniciativas pioneras como las listas de correo de pensamiento crítico w3art y aleph impulsadas por José Luis Brea.
En 1994 surgió, de unos encuentros celebrados en Vitoria-Gasteiz, la Red Arte de Espacios colectivos independientes de toda España y, en años sucesivos, las asociaciones de artistas dedicados a la defensa y la profesionalización del sector.
Arte relacional
El término arte relacional fue acuñado en 1995 por Nicolas Bourriaud para referirse a la manera de crear y relacionarse con su contexto desarrollada por varios artistas en los años 90. En el País Vasco estas prácticas, que tuvieron sus antecedentes en los colectivos de artistas comprometidos con su entorno social, se consolidaron a finales de la década con proyectos como COOP (1997) de Peio Agirre que consistió en una serie de exposiciones en espacios privados de San Sebastián y Bilbao, o el Salón Bioko (1999) de Asier Pérez González & Consonni S.L. , un experimento sobre la viabilidad del proyecto fundado por Franck Larcade en 1996 a partir de procedimientos empresariales.
El programa incluye una entrevista con Nekane Aramburu y los testimonios de Florentino Detritus Aramburu Egizabal, Miren Arenzana, Mariví Ibarrola, Josu Rekalde, Estíbaliz Sádaba, Marisa González y Begoña Muñoz.
El día 2 de junio, a las 19.00h tendrá lugar una mesa de diálogo entre Peio Agirre, Begoña Muñoz, Asier Pérez y Nekane Aramburu.