Josu Rekalde, artista multidisciplinar por excelencia, en Metrópolis
- El programa repasa la trayectoria del artista vasco desde sus inicios en el videoarte hasta sus proyectos interactivos más recientes
- Tema recurrente en su obra es la confrontación entre la realidad y su representación en los medios audiovisuales
- Josu Rekalde, se emite el miércoles 7 de junio, a las 00.55h en La 2
Metrópolis dedica un programa monográfico a Josu Rekalde (Amorebieta/Bizkaia, 1959), artista cuya carrera ha oscilado siempre entre la teoría y la práctica, donde es conocido, sobre todo, por instalaciones en las que combina video, sonido, elementos escultóricos y nuevas tecnologías. Hasta 2020 compaginó la creación artística con su labor docente como catedrático en la especialidad de Arte y Tecnología en la Universidad del País Vasco.
Su primer contacto con el videoarte se produjo en los Festivales de Video de San Sebastián celebrados entre 1982 y 1984, y en la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), cuya Facultad de Bellas Arte fue la primera de España en contar con la especialidad de Audiovisuales. En sus videos y proyectos interactivos, Josu Rekalde propone reflexiones sobre la identidad personal y colectiva, la violencia, los conflictos étnicos y políticos, y el papel dominante de los mass media en la representación de la realidad, con el objetivo de incidir sobre la conciencia social del espectador. En 2019 obtuvo la beca Multiverso para realizar la pieza audiovisual Esther Ferrer: Hilos de tiempo, premiada, en 2021,como mejor documental nacional en el Dart Festival.
Videoarte (I): la búsqueda de otros modos de contar historias
Josu Rekalde emplea la tecnología para crear nuevas experiencias, generar nuevos significados y esbozar modelos alternativos de comprensión del mundo. Empezó a experimentar con el video en 1982, abordando temas tanto personales como universales. Ya en la década de los 90, crea tres piezas emblemáticas de su obra videográfica: en Antropozulo (1993) expresa, mediante los movimientos coreografiados de tres personajes en una habitación, los conflictos interiores y el dolor causados por la colisión de los mecanismos de autoprotección del ser humano frente al mundo exterior y al Otro, con el impulso y la necesidad de relacionarse con el entorno; al año siguiente crea, como reacción a la cobertura televisiva de la guerra en la Ex-Yugoslavia, Sin imágenes (1994), un poema visual mudo elaborado, exclusivamente, con textos del autor, en los que critica la depurada representación mediática de los conflictos armados, sospechosa de más bien ocultar su realidad; el dilema resultante de la imposibilidad de representar la realidad sustituyéndola con imágenes y palabras, y la falta de un medio de expresión alternativo, es expuesto en el video Contando con los dedos de una mano (1996), un relato autobiográfico, en el que la voz del artista es acompañada solamente de primeros planos de sus manos, que van creando figuras y entornos ambiguos que remiten a la historia lejana y reciente, local y global.
Instalaciones multimedia: la creación de nuevas experiencias espacio-temporales
En paralelo a su trabajo en video, el artista también exploraba otras formas de compartir sus reflexiones con el público: en el festival Bideoaldía de 1990 participó con Publicidad (en)cubierta (1990), una de cinco intervenciones artísticas en el diario EGIN; en el mismo año presentó, en Arteleku, la serie de instalaciones escultóricas Diálogo para muros (1990), en una de las cuales incorporó un circuito cerrado de video, que permitió al visitante verse de espaldas a través de una mirilla en una puerta cegada.
En la instalación Habitación con hábitos (1995), presentada en el Museo de Bellas Artes de Bilbao, el visitante era testigo de escenas de violencia doméstica reveladas, al final, como ficticias para incidir, una vez más, sobre al carácter intrínsecamente ficticio de las imágenes que consumimos, mientras la violencia real ocurre en otro lugar; este aviso se encuentra también en uno de sus proyectos más recientes, la instalación Non ote dago oraina? /¿Dónde está el ahora? (2019), concebida para el espacio cilíndrico del Horno de la Ciudadela de Pamplona, donde una pieza giratoria central va grabando la sala y proyectando la imagen con un desfase temporal de 60”, de modo que el espectador se ve confrontado con su imagen en el mismo lugar, pero no en el ahora.
Proyectos interactivos: la activación del espectador en el espacio público
La primeras incursiones de Josu Rekalde en el espacio público se produjeron en las ediciones de 2016 y 2018 del festival Proyector: en Parlamento en el tiempo (2016) jugó también con distintas temporalidades mezclando imágenes en tiempo real de declaraciones del público ante un micrófono instalado en el huerto urbano de la calle Dr. Fourquet con imágenes y declaraciones anteriores; dos años más tarde se proyectó, en la fachada de Medialab Prado, el video interactivo No es verdad (2018), una combinación de frases y elementos gráficos generada en tiempo real a partir de las manifestaciones sonoras y los movimientos del público asistente, que conformó un espejo del ambiente reinante en la plaza.
Ipurtargi Txalaparteria/ Luciérnaga Txalapartari (2019), realizada en colaboración con Enrique Hurtado, fue una intervención del edificio Bizkaia Aretoa en la Noche Blanca de Bilbao, en la que público podía activar el encendido y apagado de las luces en dos de las plantas del edificio tocando una Txalaparta. La pieza interactiva más reciente, presentada durante el festival MEM en la Biblioteca de San Francisco, es la escultura La sombra del plagio (2022) compuesta por una torre de paralelepípedos cuya manipulación por parte del visitante genera una nueva forma escultórica que altera tanto el sonido como la falsa imagen-sombra proyectada en la pared. La pieza fue concebida como homenaje al escultor Ramón Carrera, acusado de plagio por Eduardo Chillida en los Encuentros de Pamplona de 1972.
Videoarte (2): dialogar y pensar a través del video
Después de más de dos décadas de escasa producción videográfica, Josu Rekalde vuelve a trabajar en video con un proyecto que revisita la trayectoria de Esther Ferrer centrándose en su trabajo pionero en la performance, y, sobre todo, en las acciones relacionadas con las matemáticas y la geometría. Esther Ferrer: Hilos de tiempo (2020) es un híbrido entre documental y performance, entre registro y creación, que parte de la acción El hilo del tiempo, una intervención en los vagones de un tren realizada en 1978 en Bolonia.
Cuarenta años después, la reactivación de esta pieza en un tren del Museo del Tren de Azpeitia, se convierte en hilo conductor de una travesía en compañía de la artista planteada, en palabras del artista, como “un juego de diálogos entre presente y pasado, entre arte y ciencia, entre arte y sociedad, entre el arte y su tiempo”. En el año 2020 empieza a trabajar en el ensayo audiovisual Video Tractatus (2022), inspirado en la obra homónima de Ludwig Wittgenstein, que propone “una mirada poéticamente crítica a la episteme del arte (...) introduciéndose en la tensión propia de la pulsión creadora y su relación con la belleza, con la representación, con la idea de autor y con la comunicación de todo aquello que muestran y ocultan las palabras”.