Jaume Plensa, escultor: ¿Por qué hace cabezas gigantes? ¿De qué están hechas? ¿Qué significan?

• Sus obras son muy famosas y están presentes en distintas partes del mundo
• Jaume Plensa dice que sus esculturas a gran escala invitan a la reflexión

Jaume Plensa en la exposición "Cada rostro es un lugar" del Museo de Arte Moderno de Céret

Entrar en el taller de Jaume Plensa es entrar en un lugar donde se fabrica la belleza. Un lugar donde las ideas toman forma material, donde esos pensamientos que pasan por la cabeza del artista se materializan en cabezas. Rostros llenos de sensibilidad que invitan al silencio y a la reflexión. Una belleza que se convierte en materia en forma de grandes esculturas de bustos que toman ciudades alrededor de todo el mundo.

El artista habla en un tono tranquilo que invita a la calma. A parar y escuchar atentamente porque más que hablar de arte está hablando de la vida y de conceptos sencillos a los que es muy difícil de llegar en la vorágine que envuelve a la sociedad. Le gusta dibujar disfruta de la soledad, “es el momento en el que la cabeza y la mano van a la vez”.

¿De qué están hechas?

Otra vez repetimos la palabra ‘cabeza’. Esa es la gran protagonista: la cabeza del artista. Afirma que las ideas son un estado de ánimo, como respirar. Su cabeza está en constante búsqueda de la perfección. Con cada obra que realiza trata de corregir los fallos hechos en la anterior: “Una perfección que yo llamo conocimiento”.

Un conocimiento que toma forma en gigantes cabezas hechas en resina de poliéster y polvo de mármol que contemplan en silencio el ritmo de las ciudades, y siempre cerca del agua. La búsqueda del artista por esa perfección le lleva a una constante inspiración: “La mejor obra es la que aún no he hecho. La mejor escultura es la que tengo que empezar”.

Su espacio de trabajo es un lugar lleno de esculturas sin destino porque las ideas no tienen espera, “mi taller es donde hago físicos mis sueños. Vamos produciendo y luego ya se verán algún día en mis exposiciones”.

'Awilda', instalada en 2012 en Río de Janeiro (Brasil) GTRES / AP PHOTO

Fascinación por la cabeza del ser humano

Jaume Plensa iba para médico. Su amor y admiración por el cuerpo humano le hicieron pensar que la medicina sería su destino. Pero de médico a artista hay un gran paso, y hoy en día es uno de los escultores más reconocidos internacionalmente: “El arte en su voluntad de belleza habla de los más frágil”.

Su concepto de la belleza la encuentra en la oscuridad del cerebro donde existe un mundo desconocido donde se encuentran las ideas. Un lugar extraordinario que fascina al artista y donde encuentra todas las formas de proyectar todo lo que ha pasado por su cabeza: “La cabeza es la parte más importante del cuerpo. Es el gran palacio del conocimiento”.

El artista nos invita a descubrir cómo el arte puede transformar nuestra manera de ver, vivir y estar en el mundo. Las cabezas le fascinan. Su otra gran obsesión artística es el agua.

El artista recibe a Carlos del Amor en su taller de Sant Feliù de Llobregat RTVE

Cabezas reales que hacen pensar alrededor de todo el mundo

De la Plaza de Colón al Rockefeller Center. Suecia, Niza, Montreal, Nueva York, Tokio. La escena de miles de personas fotografiando las gigantes cabezas de Jaume Plensa se sucede a miles de kilómetros de distancia cada día. Algunas se tapan los ojos. Otras Piden silencio con un dedo en los labios. Otras simplemente están, y alguna ocupa un lugar destacado en la serie Quedate a mi lado de Netflix.

Todas son cabezas de personas reales: “El azar hace que conozca a una persona y le pida si me deja escanear su cabeza”. Información que guarda en su ordenador para convertir en obras de arte. Personas que le regalan su rostro en un momento determinado y con las que luego no vuelve a tener relación, ya que ha sido capturado en un momento preciso que luego cambia y evoluciona.

El espejo del alma

Plensa siente admiración por el rostro humano “es la única parte del cuerpo que no podemos vernos a nosotros mismos. Es el espejo del alma, lo que le regalamos a los otros. Al mirarnos en el espejo siempre somos nosotros, aunque lo de dentro va cambiando. El alma es algo invisible”.

Sus cabezas son un gran atractivo cultural en las ciudades. Le cuesta desprenderse de ellas y confiese que las tiene envidia porque siempre están situadas en lugares espectaculares. Y la cabeza del artista es un verdadero tempo de reflexiones que invitan a parar y reflexionar. Entrevista completa en La Matemática del Espejo en RTVE Play.