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Consumía pornografía y un día se encontró el vídeo de su hija: Empezó el infierno

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'PornoXplotación': Pablo, padre de víctima
Pablo cuenta en 'PornoXplotación' cómo se encontró el vídeo de su hija

Fin de semana, en un estadio de fútbol. Pablo estaba disfrutando del partido con algunos amigos cuando su móvil empezó a sonar. Era su mujer. ¿Por qué le llamaba? Sabía que estaba viendo el partido. Pablo colgó, pero volvió a sonar otra vez. Al otro lado de la línea se encontraba llorando su mujer. Dijo que estaba circulando un vídeo de su hija en redes sociales. "Le quité algo de importancia. Le dije que debía de ser alguna broma de alguna amiga o del noviete que tenía en ese momento", asegura. Al rato volvió a llamarle: "Pablo, esto parece que no es una broma". Mientras salía del estadio, recibió un WhastApp: "Me llegó el vídeo de mi hija". Así empezó la pesadilla, que ya dura cinco años.

"Me sentí frustrado. Una mezcla de todo: impotencia, desconocimiento de lo que estaba ocurriendo, dónde estaba mi hija metida para haber llegado a este tema", explica en PornoXplotación, serie documental de Mabel Lozano que está disponible en RTVE Play. Él, que ya había recibido en su móvil vídeos de otras chicas antes, de repente veía que era su hija quien se encontraba en la misma situación. Fueron a denunciarlo el día siguiente. Al ser menor de edad, les recibió el Grupo de Menores de la Policía Nacional y, tras hablar durante dos horas con su hija Paula, la inspectora salió a darle la noticia a Pablo: "Mi hija había sido captada por un productor porno".

Chantajeada por unas fotos

Ocurrió en un pub. "Había conocido a una chica que le dijo que era monísima, que si quería trabajar de modelo… Carne de cañón, lo que querían estos: guapa, inocentona, ingenua, encima con muchas ganas de vivir la vida, hacerme 'más mayor de lo que soy'… Es el cóctel perfecto para este tipo de gente", cuenta ahora su padre. Pero para trabajar como modelo, primero tenía que enviar algunas fotos. Ella accedió. "La empezaron a extorsionar. Llegaron a amenazarla, chantajearla, a decirle que como no accediera a hacer ese vídeo sexy, se pondrían en contacto con nosotros, que lo mismo nos iban a extorsionar a todos nosotros. Ella pensó que iba a poder manejar la situación ocultándonoslo y que nosotros no sabríamos nada", explica Pablo.

"Yo estaba metido en grupos de estos que nos llegaban vídeos de chicas, digamos, con un contenido sexy. Pueden ser chicas esclavizadas, pueden ser chicas que lo hayan compartido con alguien conocido y ahora se haya viralizado, y que circula por todo el mundo", dice ahora. "Esas chicas tienen unos padres. Compañeros míos, que me conocen a mí pero no conocen a mi familia, cómo hablaban de mi hija Paula... Al final actuaban como yo actuaba antes de que mi hija estuviera involucrada en toda esta historia", asegura.

Se metió en páginas web de porno y en casi todas aparecía alguna imagen de su hija. Trató de que desaparecieran, pero sin éxito. Solicitaba su retirada, dado que eran imágenes de una menor, aunque no recibía la respuesta esperada: "La mayoría no me hacían caso". Además, hay que tener en cuenta que, si un vídeo ha sido capturado, pueden volver a subirlo más tarde, aunque lo retiren. "El vídeo se viralizó tanto que se hicieron eco las cadenas de televisión y se llegaron incluso a poner en contacto con nosotros", recuerda. Nadie era consciente del daño que les estaban haciendo, ni a Paula ni a sus padres, "una familia normal, trabajadora" que se acabó viendo arrastrada al ojo del huracán.

Su hija dejó los estudios

La situación dejó secuelas a Pablo y su mujer, pero sobre todo a Paula. La joven dejó el instituto y se puso a trabajar, pero acabó desistiendo. "Iba a algún centro comercial y tenía, yo creo, tanta obsesión, que cualquiera que la miraba ella llegaba a casa diciendo que la habían reconocido", cuenta su padre. Se hizo un cambio de imagen para evitar precisamente que la reconocieran en su nuevo instituto, pero no lo logró. Aunque al principio estuvo bien, contenta, sus compañeros se dieron cuenta de que era quien salía en el vídeo, que seguía siendo viral.

Fueron momentos muy duros para la familia, en plena crisis: "Lo bueno es que siempre hemos estado muy unidos y nunca hemos flaqueado. Hay veces que te daban ganas de retirar la denuncia, pero no. Este tío lo tenía que pagar". Paula se convirtió en testigo protegido, aumentando la alarma de su padre. "Estuve muy obsesionado. Todas las noches bajaba al portal a buscar a mi hija si venía de dar una vuelta. Controlaba los coches que pasaban por mi calle. Desconfiaba de todo, de todo el mundo", asegura. Confiesa que hubo un momento en el que culpabilizó a Paula de lo que ocurrió. "Si no os falta de nada. Tenéis 30 euros para salir a tomar una hamburguesa, ir al cine, lo que sea", pensaba. Pero se dio cuenta de su error: "Me sentí jodido porque dije, pero qué coño, si ha sido ella la víctima".

"Tiene que pagarlo"

De eso hace ya años. El juicio no se ha celebrado aún y tampoco saben cuándo será, para frustración de la familia. En este tiempo han visto cómo han llegado incluso a intentar que se echaran atrás: "Quiso llegar a un acuerdo para que retiráramos la denuncia por una cantidad de dinero. Para mí eso era inviable ya. Lo único que se me pasaba por la cabeza era el dolor que nos había hecho pasar y que lo tenía que pasar". Sin embargo, sospecha que con otras víctimas sí lo han conseguido. "Cuatro o cinco chicas estaban en la misma situación que mi hija, pero se han ido cayendo de la denuncia. Imagino que habrán llegado a un acuerdo con los personajes estos, les habrán dado una indemnización bajo cuerda y adiós muy buenas", explica.

Ellos no piensan dejarlo pasar. "Tiene que pagarlo, y no lo digo económicamente. Llegaré a donde pueda. Si la justicia dice que no hay nada, nada, pero lo he intentado", asegura. "Sobre todo, para que las niñas no pasen por lo que ha pasado Paula y que los padres no pasen lo que hemos pasado nosotros".