¿Conoces los rascacielos medievales de Cuenca?
La ciudad de Cuenca fue edificada usando los acantilados como murallas naturales frente al enemigo. Se levantó como un campamento musulmán entre las hoces, entre el Júcar y el Huécar. El río Huécar, afluente del Júcar, erosionó a su paso las dos imponentes paredes rocosas de piedra caliza y formó, hace millones de años, la hoz en la que se enclavan las Casas Colgadas.
La estampa más conocida de Cuenca, son sus famosas Casas Colgadas, fueron durante medio milenio habitadas por varias familias nobles. Unas construcciones en voladizo sobre la pared vertical del Río Huécar que llegan a nuestros días como auténticos rascacielos del siglo XV.
1ª noticia documental de las Casas Colgadas, siglo XV
Las Casas Colgadas de Cuenca han pasado de ser un elemento representativo de la arquitectura tradicional a convertirse en el icono de la ciudad, resultando curioso que sus famosos balcones se construyeran mucho después que la casa en sí. La primera noticia documental de estas casas es del siglo XV, pero posiblemente surgieron a lo largo del siglo XII, a partir de la conquista de Cuenca por Alfonso VIII.
Actualmente, del conjunto inicial de Casas Colgadas sólo se conservan tres: las Casas del Rey, ocupadas por el Museo de Arte Abstracto Español y la Casa de la Sirena, que aloja un restaurante. La arquitectura tradicional supo adaptarse a los escarpes. Esto, junto con la topografía conquense han propiciado la impresionante estampa de esta ciudad y que su conjunto haya sido declarado Patrimonio de la Humanidad.
Las casas colgadas están incrustadas en la cornisa del barrio de San Martín. En el nivel más bajo, el sistema de vigas se inserta en la roca y permite sostener la estructura de cuatro plantas del edificio. La humildad de las fachadas contrastaba con la relevancia social que se escondía tras sus paredes.
Casi todas las edificaciones de la cornisa de San Martín fueron demolidas durante los primeros años del siglo XX, cuando se las empieza a conocer como casas “colgadas”.
La Casa del Corregidor, ejemplo de “rascacielos” conquense
Si las Casas Colgadas vuelan sobre el precipicio, la Casa del Corregidor se vuelca sobre la ladera creciendo hacia el cauce del río. La Casa del Corregidor era la vivienda del delegado del Rey en la ciudad y funcionó como cárcel durante siglos. Es uno de los mejores ejemplos de los “rascacielos” conquenses.
Un edificio de ocho plantas al que se accede, a pie de calle, por su sexta planta, debido al desnivel de la ciudad. Está situada en el casco histórico de Cuenca, a 400 metros de las Casas Colgadas. Se construyó a mediados del siglo XVI con espacios, en sus plantas inferiores destinados a cárcel real. Y, en las superiores, se hallaban las dependencias del corregidor, una de las máximas autoridades de la ciudad en su tiempo.
Incrustado en la roca, una proeza arquitectónica
La casa ha ido adaptándose a la orografía de la hoz. Su verticalidad ha perdurado durante siglos y muestra el valor arquitectónico de los artesanos que supieron integrarlas con el paisaje, dándole al casco histórico de Cuenca su identidad de ciudad construida en el precipicio.
Vértigo: desafío a la gravedad
Gracias al scáner 3D y los planos aéreos del programa Los pilares del tiempo, descubrimos edificios que desafían a las alturas, diseños audaces que parecen estar suspendidos o flotar en la ingravidez: la Catedral de Albarracín, algunas de cuyas estancias están literalmente construidas sobre el vacío, la fortaleza de la Casa del Rey Moro en Ronda, las famosas Casas Colgadas y la Casa del Corregidor de Cuenca y el Hipódromo de la Zarzuela en Madrid, con su ya célebre enorme tribuna en voladizo.
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