El primer caso de Imma Tataranni: final explicado de los primeros capítulos
- La fiscal sustituta de Matera descubre quién es el asesino de la mujer que aparece desmembrada en diversos puntos de la zona
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Imma Tataranni se relaja en la playa, recostada en un flotador, cuando de pronto aparece un dedo cortado flotando a su lado. Así comienza el primer caso de la serie que protagoniza esta astuta fiscal italiana, que no descansa ni en vacaciones. Ese primer hallazgo pone en alerta a Imma Tataranni, que comienza a buscar a la dueña del dedo seccionado junto al joven sargento Ippazio Calogiuri, pero ese no es el único descubrimiento macabro con que se topan durante la investigación: diversos restos humanos aparecen en distintos puntos de la zona. ¿A quién pertenecen? ¿Está todo relacionado? Te explicamos el final de los dos primeros capítulos de Imma Tataranni, que puedes ver en RTVE Play.
Final explicado de El verano del dedo
Los restos aparecidos pertenecen a dos mujeres distintas: el dedo es de Nunzia Campanile, mientras que los restos dispersados por la zona son de Aida Bashir. Ambos eventos están conectados más allá del tatuaje de henna que se veía tanto en el dedo como en un brazo, el primer miembro de Aida que encuentran. Aquel brazo aparece en un parque acuático. Más tarde hallan una pierna en una quesería y, por último, el resto del cuerpo (a excepción de la pelvis), descubierto en una granja.
Gracias a las huellas logran identificar a la víctima: se trata de Aida Bashir, una joven marroquí que ejercía la prostitución. Sus restos aparecen en tres puntos muy concretos con un apellido en común: Romaniello. Resulta que el parque acuático y la quesería habían sido adquiridos recientemente en una subasta judicial con el juez Eugenio Romaniello al frente. Su hermano, Saverio Romaniello, es el presidente de la ONG a la que pertenece la granja.
En esa granja, recogiendo tomates, trabajaba Nunzia Campanile. Aunque al principio les había dicho a Imma Tataranni y Calogiuri que se había cortado el dedo mientras cocinaba, resulta que lo perdió en la granja, donde sufría los abusos del capataz, el expresidiario Tommaso Staffieri. Un día, Nunzia le amenazó con el dedo, diciéndole que tenía que parar. Él le cortó aquel dedo. Lo tiró al canal y de ahí llegó a la playa, donde lo vio Imma Tataranni.
Nunzia conoció en aquella granja a Leila, artífice del tatuaje de henna que tenía en el brazo Aida, que era amiga suya. Leila se ocultaba en la casa de Nunzia, pero cuando esta recibe la visita de Saverio Romaniello por lo ocurrido en la granja, Leila se asusta y echa a correr, con la mala fortuna de que la atropella un coche. En el hospital, gravemente herida, Leila cuenta a Tataranni lo que le pasó a Aida Bashir.
Leila y Aida habían ido a ver a Saverio Romaniello, a quien Aida ya conocía de otras veces. Aunque se suponía que Leila solo tenía que mirar mientras Aida y Romaniello tenían relaciones sexuales, Romaniello intentó que Leila participase. Aida intentó protegerla, pero Romaniello la asesinó. Leila, que había logrado escapar de la escena del crimen y se había escondido desde entonces, acaba muriendo por el atropello accidental que sufre tratando de huir nuevamente del asesino de su amiga.
Sin la firma de Leila en el acta, Tataranni busca otra forma de llevar a Romaniello ante la justicia: descubren que Vaccaro, dueño del Lido de la Sirena (donde la familia de Tataranni pasa el día de vacaciones) y protector de Aida y Leila, es quien se encargó de descuartizar a Aida. Colocó sus restos en distintos puntos para mandarle un mensaje a Saverio Romaniello, todos menos la pelvis, con restos de semen del asesino, para así poder chantajearle. Vaccaro, sin embargo, desaparece. Mientras la fiscal intenta dar con él, ella y Calogiuri encuentran en su barco el último resto del cuerpo de Aida Bashir. La pelvis les permite resolver el caso. Puedes ver la serie en RTVE Play.