El parque de María Luisa de Sevilla: agua, luz, olor de azahar y azulejos, en un hermoso jardín mediterráneo
- Exploramos el parque de María Luisa, en Sevilla, un lugar para admirar las fuentes, los azulejos de sus bancos, árboles y parterres
- En Jardines con Historia descubrimos rincones creados por paisajistas, escultores y arquitectos a lo largo del tiempo
El Parque de María Luisa es el mayor parque público de Sevilla, con una superficie de 34 hectáreas, y representa un auténtico pulmón de oxígeno para la ciudad. En 1983 fue declarado Bien de Interés cultural como jardín histórico. Lleno de esculturas y glorietas, dedicadas a escritores como Bécquer, Rubén Darío, Quevedo, los hermanos Álvarez Quintero o Cervantes, entre otros, está lleno de anaqueles, en los que se encuentran libros para poder disfrutar de la lectura en un lugar tranquilo.
¿Por qué se llama Parque de María Luisa?
Originalmente, los jardines de María Luisa son los que rodeaban el Palacio de San Telmo, residencia de los duques de Montpansier, Antonio de Orleans (1824-1890) y su esposa, hermana de Isabel II, la infanta María Luisa de Borbón (1832-1897). El duque encargó el diseño de los primeros jardines al francés André Lecolant. Los diseñó en estilo paisajista inglés y francés. Y cuando murió, su viuda donó los jardines a la ciudad en 1893. Sevilla, en agradecimiento, les puso su nombre.
San Telmo, un palacio rodeado de jardín
Cabe recordar que, antes de ser casa de los duques, el Palacio de San Telmo, fue Universidad de Mareantes, es decir, sede del Gremio de Marinos creado en Sevilla en 1556. Posteriormente, en el siglo XX, fue seminario, y ahora acoge la Presidencia de la Junta de Andalucía.
Pero volvamos al jardín: en 1929, con motivo de la Exposición Universal de Sevilla, fue renovado, y para ello se contrató al paisajista francés Jean-Claude Nicolas Forestier (1861-1930). Fortestier tenía una gran experiencia, puesto que era el conservador del bosque de Boulogne, en París. Empezó los trabajos en el parque de María Luisa de Sevilla en agosto de 1911.
De jardines palaciegos a gran espacio ciudadano
Jean-Claude Nicolas Forestier transformó los jardines palaciegos del San Telmo, que ya contaban con algunas estructuras ornamentales, en un remozado parque público con espacios monumentales y de esparcimiento para los ciudadanos. No impuso el estilo clasicista francés, si no que adaptó su obra al clima y al paisaje de la ciudad. Se inspiró en los viajes que había realizado por España e introdujo en el parque elementos de la Alhambra de Granada, del Generalife, del Retiro, en Madrid, de los Reales Alcázares en la propia ciudad de Sevilla y de algunas casas nobles sevillanas. Además, mantuvo el arbolado de gran porte y los senderos secundarios.
Un estilo paisajístico propio: el neosevillano
El Parque de María Luisa es considerado entre los más románticos de la ciudad, y desde luego, es un espacio de encuentro entre sevillanos y visitantes. Lo que sin duda inspiró a Forestier fue lo que llamó 'el jardín del clima del naranjo', donde los sonidos del agua de los estanques y fuentes, la luz, los colores y azulejos, los aromas de azahar e incluso la fauna, se reúnen para conservar la tradición del jardín mediterráneo.
A Forestier se le considera el artífice del resurgir del jardín español a través del estilo neosevillano, que se popularizó en la primera mitad del siglo XX y del que nuestro parque es el mejor exponente.
En el mismo parque, tras el Pabellón Mudéjar y junto al Monte Gurugú, se encuentra una estatua de Jean-Claude Nicolas Forestier sobre el tronco de un ciprés centenario, levantada en su honor por el legado magnífico que todos disfrutamos hoy.
Jardines con Historia es un programa presentado por Mónica Luengo Añón y dirigido por Sonia Tercero.
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