Eneko es el ganador de MasterChef 11 y deja a los jueces sin palabras: así lo ha conseguido
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Nunca es tarde para cumplir ese sueño que has dejado apartado, esa sería la moraleja de la undécima edición de MasterChef. Solo necesitas trabajo, esfuerzo y mucha constancia, algo que nunca le faltó a Eneko. Llegó al programa con las ideas claras y una meta: a sus 38 años y toda una vida dedicada al deporte profesional, quería dar un giro a su vida. Contaba con el apoyo de su familia, su mujer y sus dos hijas. Eso fue lo que le motivó para seguir adelante de una manera incansable. No fue un camino de rosas, estar lejos de casa mientras su esposa estaba embarazada y malas valoraciones de los jueces, que cada vez le exigían más porque conocían su potencial. A pesar de todo, superó la mayor parte de los retos que se le ponían por delante, fue uno de los grandes favoritos desde el principio del concurso, sus propios compañeros apostaban por él. Brilló en muchas pruebas, también en las más difíciles, como cuando le tocó ser el capitán de dos equipos al mismo tiempo. Esto le sirvió para conseguir una plaza final. Llegó al duelo gracias, además de a su buena mano en la cocina, a su actitud que los jueces alabaron desde el principio, aceptando las críticas y evolucionando a pasos agigantados. Con esa misma humildad, Eneko se convirtió en el ganador de MasterChef 11.
Eneko, primer duelista de MasterChef 11
Los jueces fueron de lo más exigentes en la gran final. Eneko, Pilu, Álex y Lluís tuvieron que enfrentarse a un clásico del concurso la prueba "seguir al chef". Sin embargo, había una novedad que los finalistas no esperaban: tuvieron que seguir a Toño Pérez, pero de espaldas, solo escuchando sus indicaciones. Eso descolocó a los concursantes, que tuvieron que dar su mejor versión para sacar adelante el plato, que ya de por sí era bastante complicado.
Lluís se adelantó al propio chef, lo que le llevó a cometer muchos errores. Álex no dejó de preguntarle dudas a su compañera Pilu, una de las aspirantes más concentradas junto a Eneko. El resultado, un tirón de orejas para Lluís y una ovación para Eneko, que presentó un plato muy parecido al del chef Toño Pérez. De esta manera, se convirtió en el primer duelista. Feliz, se puso la chaquetilla y celebró su victoria haciendo "el gusano".
Así se coronó como ganador en el duelo
Álex fue el otro aspirante que le acompañó en el duelo final, después de brillar en la última prueba de exteriores de la edición, que tuvo lugar en un entorno privilegiado, uno de los restaurantes de Martín Berasategui. Los duelistas pudieron reencontrarse con sus familias, uno de los momentos más emotivos de la noche. Eneko pudo abrazar a su mujer y a sus dos hijas, mientas que Álex recibió la visita de sus padres y también la de su hermano. Ambos tenían preparado un menú de alto nivel para demostrar todo lo que habían aprendido durante su paso por el programa.
Eneko consiguió sorprender a los jueces, incluso Jordi Cruz reconoció que no conocía una de las texturas que el aspirante a chef había introducido en su postre. No tuvo ni una sola crítica: originalidad, sabor, estética, modernidad, riesgo... Sus platos cumplían todos los requisitos necesarios para convertirse en ganador, tanto que no pudieron encontrarle ningún defecto a sus elaboraciones. El chef argentino Mauro Colagreco, invitado que también pudo catar los menús de los duelistas, tampoco dejó de elogiarle en ningún momento, asegurando que sus platos podían estar perfectamente en cualquier restaurante de alto nivel.
"Nos habéis regalado uno de los duelos más reñidos que recordamos", confesó Samantha antes de comunicar la decisión del jurado. Ambos sienten auténtica pasión por la cocina y eso se notó desde el principio. Finalmente, fue Eneko el que se coronó como el ganador y se llevó a casa: el trofeo que le acredita como ganador de MasterChef 11, la posibilidad de publicar su propio libro de cocina y el Máster en Cocina, Técnica y Producto del Basque Culinary Center y 100 000 euros en metálico.