Así fue la fiebre del crucigrama: el juego que se convirtió en Best Seller
- ¿A quién se le ocurrió la invención del crucigrama? ¿Cuándo llegó a España? ¡Descubre la historia de este juego!
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El 22 de junio de 1871 nació Arthur Wynne, el creador de los crucigramas. Este periodista publicó el 21 de diciembre de 1913 el primer crucigrama en el suplemento de pasatiempos para el que trabajaba conocido como Fun, del periódico New York World. Pero, ¿cómo se le ocurrió la idea? Desvelan esto y más en Ahora o Nunca, el espacio de La 1 presentado por Mónica López.
¿Cómo se creó el crucigrama?
Wynne tuvo una infancia en la que los pasatiempos estuvieron muy presentes. Además, cuando creó este juego, le venían a la mente grandes recuerdos que tenía con su abuela jugando al Cuadrado Mágico, que consistía en ubicar un grupo de palabras vertical y horizontalmente de forma que se pudiesen leer de ambas maneras. Un pasatiempo muy similar al del crucigrama y que, por ese motivo, se le considera el antecedente
La influencia está clara, pero, ¿por qué lo creó? No fue más que una petición del jefe del periódico para el que trabajaba, quien le pidió que inventara un nuevo pasatiempo para añadir como complemento. De esta forma, Wynne lo que hizo fue incluir algunas novedades a su recuerdo de infancia (por ejemplo, añadió espacios en negro y definiciones).
Los primeros crucigramas fueron muy sencillos, lo que provocó que cosecharan un gran éxito. En los años 20 todos los periódicos ofrecían este pasatiempo y, en 1924, se publicó el primer libro de crucigramas, el cual tuvo tanto éxito que se convirtió en un auténtico Best-Sellers. Además, generaron un aumento de las ventas de los diccionarios e, incluso, invadieron la moda en forma de estampados. Todo este fenómeno fue descrito por algunos sociólogos como la “crucigramanía”.
La llegada del crucigrama a España
Fue en 1925 cuando los crucigramas saltaron de Inglaterra hacia el resto de Europa, y poco después ya había crucigramas en todos aquellos idiomas que lo permitían (menos en chino y japonés cuyo alfabeto no lo permite), e incluso se utilizaban en educación. Ese mismo año se publicó el primer crucigrama en España de la mano de la revista Blanco y Negro.
A día de hoy, podemos encontrar diferentes tipos de crucigramas, desde silábicos (se completan con una sílaba por casilla, no con una letra), los crucigramas con personaje (que van acompañados de la foto de un personaje y hay que completarlos con su nombre y apellido), e incluso en blanco (estos no incluyen casillas negras, por lo que se debe averiguar dónde están los espacios).
En definitiva y, aunque pueda parecer lo contrario, hoy en día los crucigramas continúan siendo todo un éxito. Y es que, con el tiempo, han evolucionado y se han ido adaptando a las nuevas tecnologías (se pueden jugar en tabletas, móviles u otros dispositivos digitales). Además, siguen cumpliendo a la perfección su cometido: “hacer pasar (bien) el tiempo”.