Julia Roberts hizo historia en 2001, logrando dos premios a la vez: uno fue el Oscar y el otro....
- La actriz sabía que el 25 de marzo de 2001 podría ser el gran día de su vida, y se preparó
- Julia Roberts ganó el Oscar a mejor actriz por Erin Brockovich, e hizo historia por otro motivo
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25 de marzo de 2001, una fecha para recordar. Ese día, Julia Roberts pisó con fuerza la alfombra roja. Era su noche. La chica de las películas románticas, al estilo de Pretty Woman, sonaba como favorita para llevarse el Oscar. Pero, en Hollywood, puede pasar de todo. La actriz había convencido a la Academia y la crítica con su interpretación en Erin Brockovich, pero competía con pesos pesados como Juliette Binoche, Joan Allen, Laura Linney y la veterana Ellen Burstyn.
Para Roberts, la nominación ya era un triunfo y se sentía en la cresta de la ola por varios motivos, entre ellos por convertirse en la actriz mejor pagada: fue la primera mujer en cobrar 20 millones de dólares por película. Interpretar a Erin Brockovich fue hacer realidad su sueño y logró el Globo de Oro, el Bafta, el SAG y.... el Oscar. Algo dentro de ella le decía que sería su gran noche y quiso apostar fuerte por su vestido. En esos años se llevaban los diseños brillantes, las transparencias - en algunos casos demasiado generosas- y los escotes pronunciados, pero la actriz quiso romper con las tendencias y apostar por lo diferente, por algo único y especial. Y lo logró.
Despertar a la bella durmiente
Julia Roberts pisó con fuerza la alfombra roja del brazo de su novio, Benjamin Bratt, y luciendo su icónica sonrisa. Pero lo que llamó poderosamente la atención fue su vestido, un diseño de costura de la casa Valentino.
Pero no se trataba de un diseño de pasarela, de los que se habían mostrado unas semanas antes en París y Milán. El suyo era una joya, era lo que se llama una 'bella durmiente', un vestido presentado en julio de 1992 y que llevaba casi dos décadas guardado en los almacenes de la casa italiana, junto con otras piezas de archivo. Con esta elección, la actriz logró dos cosas: ocupar el primer puesto en las listas de las mejor vestidas y poner de moda el vintage.
Un vestido ganador
Nadie cuestionó, y eso que se critica todo, su look y todos los medios alabaron tanto su buen gusto como las características del vestido. Se trata de un diseño de la colección de alta costura para el otoño y el invierno de 1992 y 1993. Está inspirado en el look femme fatale de los años 40, y tiene todo para ser perfecto, ya que mantiene un perfecto equilibrio entre clasicismo, sofisticación, glamur y sensualidad. Está realizado en terciopelo negro y tul del mismo color, y se decora con un potente juego de cintas de raso blanco: en la parte delantera forman la V de Valentino, en el escote y en la espalda se unen y separan hasta caer al suelo creando una cola de tul y raso bicolor.
Las joyas eran muy sencillas y casi pasan desapercibidas. Y el pelo largo, tan característico de la actriz, iba recogido. Así todo el protagonismo se lo llevaba el rostro, los brazos y el vestido. ¡Un acierto total! ¡Un look para ganar! ¡Un vestido que hizo historia! Julia Roberts tiene un estilo muy peculiar, adora la moda masculina, sobre todo ponerse esmóquines y corbatas, pero en otras ocasiones saca su lado más femenino y apuesta fuerte. Su lema es 'menos es más' y funciona.
Furor por el vintage
Desde entonces han sido muchas las actrices que han llevado vestidos vintage a los Oscar (y a otras alfombras rojas). Margott Robbie y Penélope Cruz también han desempolvado piezas de archivo de la casa Chanel. La actriz española es una enamorada de la moda de décadas pasadas. En 2009 ganó el Oscar, por Vicky Cristina Barcelona, llevó un vestido de la casa Balmain, una fantasía fabulosa hecha en gasa de seda que iba bordada con hilo de plata. Lo hizo Pierre Balmain en 1949 y ella lo resucitó 60 años después.
En 2001 lo vio en Lily et Cie, la famosa tienda del 9044 Burton Way de Beverly Hills, en California (EEUU). Nada más tocarlo supo que iba a ser suyo y que se lo pondría solo en una ocasión especial. Y así fue. Lo tuvo guardado con mimo durante años y el día que se lo puso logró lo mismo que Julia Roberts, ganar el Oscar y ser la más elegante de la noche.