Las dos caras de Carmen Sevilla: Católica, apostólica y romana, pero también pícara y sexi
- "Es la Mae West española", dijo Terenci Moix de esta gran estrella del cine y la música
- Sólo 2 personas pudieron visitarla durante los años que estuvo enferma de álzheimer
- Muere Carmen Sevilla, la novia de España, a los 92 años
La cultura española llora la muerte de Carmen Sevilla a los 92 años. La enfermedad hizo que su estrella se fuera alejando poco a poco, pero nunca ha dejado de brillar. Es una de las grandes de la canción, el cine y la televisión y tuvo una extensa cuajada de éxitos, llegando incluso a trabajar en Hollywood. Por derecho propio se ganó un capítulo del libro de la historia de España. "Es Carmen de España, de Merimée, la novia de España, pero en realidad Carmen es única", decía Lola Flores. Con la faraona mantenía una excelente relación. En 1962 rodaron juntas El Balcón de la luna, y con ellas, Paquita Rico. Desde entonces estuvieron muy unidas. Carmen fue la madrina en el bautizo de Rosario Flores. A sus brazos se lanzó una desconsolada Rosario cuando la vio llegar a la capilla ardiente de Lola, hace ahora 25 años.
Todos querían a Carmen
Sumando penas y dolor fue dejando atrás una etapa a la vez que se despedía de familiares, compañeros y amigos. Lola, Rocío Jurado, Paco Rabal... Por eso agradecía tanto que el teléfono siguiera sonando, ya fuera para trabajar o para ir de invitada a un programa. Pasó de actriz y diva a presentadora campechana, pero sin perder su glamur; más bien, adaptándolo a los nuevos tiempos. Siempre contó con el cariño de la profesión y el público, a quien aprendió a respetar desde el primer momento que pisó un escenario. Por eso es y será un personaje inolvidable, aunque ella ya se hubiera olvidado de lo que fue.
En 2003 llegó a Cine de Barrio, de TVE, para sustituir, con cierto escándalo mediático, a Manuel Parada. Allí revivió la gloria pasada con los invitados que iban al programa. Las anécdotas, los recuerdos y la revisión de imágenes de archivo le dieron alas para volver a volar lejos del plató, lejos de las imposiciones terribles de la edad y de una enfermedad que ya empezada a robarle trocitos de su pasado.
Su primer sueldo:
Pero siguió luchando y desafiando a la adversidad. Sacando fuerzas siempre del cariño del público. Entre 2005 y 2006 participó en 'Mira quién baila', de TVE. Carmen arrasó y se despidió emocionada y emocionando a todo el equipo. "Me habéis dado vida, me habéis dado ilusión para vivir", les dijo.
Un sueldo de 6 duros
Le diagnosticaron de alzhéimer en 2009 y estuvo recluida en su casa de la calle Pintor Rosales de Madrid durante algunos años. Pero terminó, por recomendación médica, en la residencia Sanyres, en Aravaca. Un ingreso que fue también un encierro. Carmen, tan solo atendida por los sanitarios y su hijo Augusto, no podía recibir visitas. “Los suyo es un problema de cabeza, pero de salud física está estupenda”, decía Augusto, el gran amor de Carmen. Lo fue siempre, desde que nació, como le contó en 1993 a Diego Galán en 'Queridos cómicos', un programa que repasó su trayectoria profesional y personal.
"Empecé a trabajar muy jovencita, con trece años, y no es que yo ayudara mucho en casa con muy sueldo, porque con Estrellita Castro como bailarina, ganaba 6 duros, ¡y me lo gastaba todo en milhojas!. Ella fue mi madrina artística, fue la que me enseñó a querer y respetar al público. Ella poco a poco me fue destacando, hasta que me hizo cantar por primera vez. Fue en el teatro cómico de Barcelona y me dijo que tenía que cantar y no bailar, porque cantando ganaría dinero y bailando, no". Era menor de edad y contó que tuvo que mentir para poder trabajar. "Para ser profesional tenía que sacarme obligatoriamente el carné del Sindicato Nacional del Espectáculo y como no tenía la edad mínima exigible para que me lo facilitaran tuve que ponerme un año más".
Carmen se lanzó a comerse la gran pantalla. Hizo dos pequeños papeles y en 1948 cambió su suerte con una llamada de teléfono. "Me hicieron las pruebas para la película Jalisco canta en Sevilla, de Fernando de Fuerte. Pensé que me darían un papelito y me dieron la protagonista, Araceli, y al lado de Jorge Negrete, que se estrenaba en el cine. ¡Yo la estrellita la tuve desde el primer momento!", dice recordando ese trabajo en el que daba su primer beso cinematográfico. "Me dio mucho corte, pero fue con la boca cerrada", recordaba.
El éxito con Luis Mariano
Si Jorge Negrete le reportó fama, con Luis Mariano alcanzó el éxito. Juntos rodaron tres comedias, entre ellas la famosa Violetas imperiales, y la prensa quiso que fueran más que compañeros. "Él se quiso casar conmigo, pero yo no quise. No estaba en mi mente. No es que fuera amanerado, era muy dicharachero y muy expresivo, me asustaba en aquella época. Le decía, ¡no chilles, eso no es de hombres!", le confesó a Diego Galán.
Rodó con Florian Rey, Juan de Orduña, Antonio Román, Javier Setó... Todos la querían. Era, para distintas generaciones, la novia de España. "Yo era el prototipo de la mujer española normal, sencilla, espontánea, sincera, alegre, divertida pícara, tenía un poquito de todo". Y luego hizo Gitana tenías que ser. Se rodó en México con Pedro Infante y la novia de España pasó a ser Carmen de España. "¿Qué si me gustaba? ¡Me entusiasmaba!".
La década de los 50 fue su etapa más cinematográfica. En 1955 llegó a rodar cuatro películas; entre ellas, La fierecilla domada. Poco a poco fue ampliando su registro y aceptó guiones más comprometidos, como La venganza, de Juan Antonio Bardem, rodada en 1957, una cinta con tintes políticos que sufrió la censura porque abogaba por la reconciliación nacional. No sería la primera vez que vio la tijera, aunque por motivos muy diferentes.
Animando a las tropas
Ese mismo año viajó con Miguel Gila, el trío Las Vegas, Elder Barber, y Eva Frometta a Sidi Ifni para animar a los miles de soldados que desplegados allí. Ella fue la gran estrella y por unos momentos hizo que aquellos hombres se olvidaran de la guerra. 43 años después lo hizo Marta Sánchez en la Guerra del Golfo, lo que sirve para explicar la fama y popularidad que tenía Carmen Sevilla.
Pegó el salto a Hollywood y entre sus trabajos destaca Rey de reyes de Nicholas Ray, rodada en España; y trabajó también con otros galanes del cine como Raf Vallone y Vittorio de Sica. Camen era una mujer de rompe y rasga, "la Mae West española", dijo Terenci Moix. Pero solo en el cine. Rodó Pan, amor y Andalucía con Vitorio de Sica, Vicente Parra, el bailarín Antonio. Sica se empeñó en que la española enseñara mucho las piernas. "Estaba empeñado en verme todo, lo de arriba y lo de abajo, me ponía muy exuberante y me hacía hacer las cosas que hacían Gina Lollobrigida y Sofía Loren. ¡Pero yo quería estar muy recatada porque tenía novio!".
Católica, apostólica y romana
Su fama llegó lejos e hizo apariciones en lps programas más vistos de la televisión norteamericana, como 'El show de Ed Sullivan'. No le faltaron los admiradores que le suspiraron al oído en distintos idiomas, desde el torero mexicano Carlos Arruza a los actores Jorge Mistral, Frank Sinatra, Mario Moreno 'Cantinflas' y Yul Brynner, entre otros.
Pero solo uno logró que se pusiera el vestido de novia, y era de Pertegaz. "Me casé con Augusto Algueró en la Basílica del Pilar porque en Zaragoza tenía a mi padre espiritual y me quise casar allí. Soy católica, apostólica y romana", decía. Pero no pudo escapar a la moda del destape. O no quiso. "Pero fue un pequeño destape, un hombrito, un poco de busto, mis películas son vírgenes y castas".
No todas fueron tan castas para la censura y Carmen tuvo que ver cómo la tijera se llevaba escenas picantes como el célebre 'Tango del morrongo' de La guerrillera de villa, de Miguel Morayta. Se rodó en 1969 y en ella la actriz saca su lado más pícaro para jugar con un gatito: ¡Arza y toma! yo tengo un minino de cola muy larga, de pelo muy fino.
Dicen que tengo mucho sexi
Con Augusto Algueró cosechó grandes éxitos. Juntos rodaron el especial de TVE 'Esta noche con...' presentado por Conchita Bautista. Era 1970. Algueró era una estrella (llegó a registrar en la SGAE más de mil quinientas canciones) y Carmen pudo demostrar ante millones de espectadores sus dotes musicales, su dominio escénico y su versatilidad, saltando de estilo con géneros distintos.
Dos años más tarde, en 1972, volvió a cambiar de registro y aceptó las locuras geniales de Valerio Lazarov. Rodaron juntos '360 grados en torno a ... Carmen Sevilla. El programa comienza con ella en la plaza de Cibeles, en Madrid. “He nacido en Sevilla, un día con mucha suerte. Casada, ¡muy casada! Perezosa y a menudo salvaje. Enamorada de la ciudad y viciosa de los teléfonos. No colecciono nada y no creo en los platillos volantes. Y no hago canción protesta. Dicen que tengo mucho sexi, ¡cualquiera sabe! Me encantan los horóscopos y lo que más temo es… ¡que me lean la mano!”.
Las canciones se intercalan con diálogos a modo de entrevista, siempre con ese toque surrealista propio de Lazarov, en los que Carmen habla con el gran actor Antonio Garisa. “El cine me ha hecho muy feliz, Antonio, ha sido mi única felicidad sin nubecillas; el cine y mi hijo”, le decía al actor Antonio Garisa. "Sé que le gustaría estirar la vida, vivir más. ¡Le gusta tanto vivir!", le dice Garisa. "¡Y a quién no!", responde Carmen.
Parole, parole
Se notaba, en sus ganas de trabajar, de hacer cosas distintas, aprender. Con Paco Rabal grabó con Belter una deliciosa versión del tema 'Parole, Parole', popularizado un año antes por Mina y Alberto Lupo. En esa década, los setenta, completó su currículo con trabajos notables, rodando con Rafael Gil, José María Forqué, Pedro Olea, Gonzalo Suárez, Eloy de la Iglesia, Mariano Ozores. En 1972 trabajó con Charlton Heston en Marco Antonio y Cleopatra
En 1975 tuvo como compañero de reparto a José María Iñigo en Terapia al desnudo, de Pedro Lazaga. "El papel me gusta. El dinero, también. Además, con Carmen Sevilla de compañera. ¡Dije que sí!", contaba Iñigo a la revista Lecturas. Era una película erótica, bastante mediocre, que tuvo malas críticas. Esto hizo que la actriz pensara en dejar el cine.
Tres años después rodó por última vez. Rostros, junto a Bárbara Rey y Juan Pardo, en la que su hermano trabajaba de cámara, no funcionó en taquilla y se la catalogó como un título maldito. Del sonado fracaso, Carmen, con 65 películas a sus espaldas, prefirió olvidarse. "Estoy en un stop en el cine", decía
Segunda boda, Vicente Patuel
Tras la separación de Augusto Algueró ("corramos un tupido velo", decía), volvió a casarse. Fue en 1985 con Vicente Patuel. Fue empresario de salas de cine hasta finales de los 70 y después se dedicó a la agricultura y ganadería desde su finca de Extremadura. Allí se fue a vivir Carmen. Enamorada pero no convencida. "Estoy feliz con mi Vicente. Lo que me está pasando me tenía que pasar. Me conformo con todo en esta vida".
Carmen no se olvidaba de su profesión, de los aplausos, del contacto con el público. No quitaba el ojo a las fotografías colocadas sobre la cómoda del salón, y por las noches... "Cuando apagaba la luz me ponía a llorar, podré estar aquí, podré resistir aquí... Dice Vicente que le gustaría morirse aquí, y a mí también, pero me inclino más por Madrid". Se lo decía al equipo de TVE. "Ojalá vengáis muchas veces. La soledad es linda pero a veces es un poquito triste. Las lágrimas se me han secado ya, pero de felicidad". Palabras contradictorias, como los sentimientos de Carmen ante esa nueva situación.
Regreso a televisión
Vicente Patuel murió en el año 2000 y Carmen volvió a refugiarse en la televisión trabajando en canales autonómicos hasta que regresó a Televisión Española para hacerse cargo de Cine de Barrio. De 2003 a 2010 estuvo entregada a la televisión pública y en la nochevieja de 2003 tuvo otro momento de gloria. Presentó las campanadas con Ramón García y protagonizó el primer anuncio del 2004, el de Coca Cola. Fue un guiño al que hizo en la década de los 60.
En 1956 la televisión llegó a España y los actores y cantantes hacían los anuncios. Carmen vendió burbujas para beber y para asearse, como el jabón Lux, el jabón de las estrellas. Pero los más famosos fueron los que hizo para la casa Philips. Además, escribió varios libros, la mayoría autobiográficos. Y destaca uno: Aquella España dulce y amargada. En él Carmen y Paco Rabal hacen un retrato a dos de la postguerra española.
Éxito y reconocimiento
El cariño del público y los compañeros se ha materializado en calles que llevan su nombre y en premios. Entre ellos, la Copa de la Fama en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián (1955), el Premio del Sindicato Nacional del Espectáculo (1956) por La fierecilla domada, el TP de Oro (1993) a su trayectoria, la Medalla de Andalucía (1999), la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo (2001), la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes (2003), la Antena de Oro por trayectoria profesional (2006), el Micrófono de oro (2009) o la Estrella en el Paseo de la Fama de Madrid (2011).
Tuvo gracia y salero para salir airosa de muchas situaciones y para caer bien. Se lo pasó en grande e hizo espectáculo con sus despistes en televisión, y se tomó con humor las imitaciones y parodias, con las ovejitas y las fajas. Pero nunca permitió que la tomaran por tonta. Nadie olvida el rapapolvo que le dio a Karmele Marchante en el programa Tómbola. Ni rastro de la fierecilla domada que fue en el cine. Ese día Carmen Sevilla sacó las garras para defender lo más sagrado, su honor.