Guía práctica para hibernar, explicada por los hámsteres a los humanos
- Se están desarrollando los primeros pasos para estudiar la hibernación en humanos, pero aún es ciencia ficción
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“La hibernación es una habilidad que se da en muchos mamíferos, incluidos algunos primates. Aunque puede sonar como ciencia ficción, no existen barreras biológicas claras que nos impidan a los humanos hibernar. La verdad es que, creo firmemente, la hibernación humana es posible. Eso sí, el estudio exhaustivo del sueño es un pilar fundamental para conseguirlo.” Estas sorprendentes palabras son del neurocientífico de la Universidad de Oxford Vladyslav Vyazovskiy, experto en el estudio del sueño y de su relación con la hibernación. En el capÍtulo de El Cazador de Cerebros “¿Por qué dormimos?” hemos querido saber más sobre esta fascinante investigación viajando hasta Oxford y visitando el laboratorio del Prof. Vyazovskiy, situado en el Instituto de Neurociencias Circadianas y del Sueño.
Vyazovskiy y su equipo son parte de un grupo de expertos internacionales que colabora con la Agencia Espacial Europea para averiguar si los humanos pueden hibernar. Esta habilidad podría ser clave en los viajes espaciales de larga duración, como por ejemplo hacia Marte. Para conseguirlo, el primer paso es estudiarla en los animales. “Aún no está claro cómo lo hacen, no sabemos cómo empieza el proceso de hibernación. De alguna forma, su organismo sabe cómo ralentizar el metabolismo de forma espontánea y segura.”
Los hámsteres siberianos, maestros de hibernación
Para acceder al laboratorio de hibernación del Prof. Vyazovskiy hay que prepararse adecuadamente. Somos el primer equipo de grabación al que permiten entrar aquí, y el proceso es muy riguroso. Tenemos que vestirnos con batas, guantes, gorros y cubre zapatos. No se pueden hacer ruidos fuertes. Todas estas medidas sirven para evitar contaminaciones y asegurar el bienestar de los pequeños habitantes del laboratorio: una colonia de más de cien hámsteres siberianos, que nos observan con curiosidad desde sus cajitas mientras nos acercamos con nuestras cámaras. El laboratorio está dividido en dos partes, el cuarto de verano y el cuarto de invierno. “Cambiando la duración del ciclo de luz, podemos simular que sea invierno o verano en cada uno de los cuartos y hacer que los animales hibernen cuando queramos” explica Vyazovzkiy.
““Una de las preguntas a la que intentamos responder es, ¿qué se siente al estar en hibernación? ¿Qué pasa en el cerebro durante este estado tan peculiar?”“
Los hámsteres del cuarto de verano son de un color gris oscuro, mientras que los del cuarto de invierno son casi completamente blancos. En su ambiente natural estos animales cambian de pelaje en los meses invernales para camuflarse en medio de la nieve. Pero lo que más les interesa a los científicos es medir todo lo que ocurre en su organismo a la hora de hibernar. “Una de las preguntas a la que intentamos responder es, ¿qué se siente al estar en hibernación? ¿Qué pasa en el cerebro durante este estado tan peculiar?”
Las aplicaciones prácticas de estos estudios no se limitan a los viajes espaciales, sino que también se extienden a la medicina. Por ejemplo, en el caso de personas que sufren accidentes graves o infarto. Si se pudiera ralentizar su metabolismo mientras que los médicos intervienen, se ganaría tiempo valiosísimo. Otra posible aplicación es la conservación de órganos para trasplantes.
Sueño e hibernación: relacionados, pero diferentes
Una percepción común, pero errónea, es concebir la hibernación como un sueño prolongado. No obstante, la realidad es más compleja y fascinante. La hibernación se define como un estado de torpor, un lapso de metabolismo reducido durante el cual el animal sigue consciente. Pero este estado no es continuo; el animal oscila entre hibernación y no hibernación durante un día invernal. Lo intrigante es que en los intervalos en los que sale del letargo, el animal pasa su tiempo en un sueño muy profundo. Y durante estos episodios, las ondas cerebrales son comparables a las de una persona privada de sueño. Así que el estado de torpor, aunque parecido, realmente inhibe el sueño genuino, obligando al animal a despertar periódicamente para compensar con un sueño profundo y verdadero. Eso sí, dormir parece ser fundamental para poder iniciar el proceso de hibernación.
Según Vyazovskiy, entender esta compleja relación entre sueño e hibernación es de vital importancia para poder hibernar humanos. Y, según nos cuenta, otro aspecto intrigante que requiere más investigación es la interacción entre la hibernación y la memoria. “Parece ser que, durante el torpor, el cerebro fortalece algunos recuerdos más que otros. Por ejemplo, estudios en colonias de murciélagos revelan que, durante la hibernación, el cerebro tiende a retener especialmente los recuerdos de los familiares cercanos. Esto tiene sentido, cuando te despiertas, después de varios meses en hibernación, es importante que puedas reconocer enseguida a tus familiares dentro de la colonia”.
A pesar de estos descubrimientos fascinantes, la ciencia aún está lejos de poder hibernar humanos de manera segura. Se ha logrado inducir y manipular el sueño, pero hacer lo mismo con la hibernación requiere una comprensión más profunda del cerebro, tanto en animales como en humanos. Lo que es cierto es que la hibernación ya ha salido del reino de la ciencia ficción y se ha convertido en una posibilidad real. “La investigación está aún en su comienzo, pero creo que lo conseguiremos” asegura Vyazovskiy.
*El Cazador de Cerebros se emite en La 2 de TVE cada lunes a las 19:45h. Todos los programas siempre disponibles -gratis y online- en el catálogo de videos de RTVE Play.