Cuando la muerte no es el final: esta novela superventas del escritor británico Max Porter dibuja un duelo esperanzado
- El duelo es esa cosa con alas (Random House) fue el primer superventas del británico Max Porter
- Tras la muerte de su mujer, un padre queda a la deriva con dos niños pequeños. Recibirán una visita inesperada
- Antes de dedicarse a escribir, Porter fue editor de la revista literaria independiente Granta
La esperanza se presenta a veces disfrazada de maneras insólitas. Por ejemplo, en forma de cuervo. El duelo es esa cosa con alas, del británico Max Porter, se publicó en 2015, y se convirtió en un superventas que se tradujo a 27 idiomas. Una prueba de que los libros inclasificables, sin un género clarísimo, también encuentran un boca oreja apasionado. Este híbrido entre la prosa y la poesía cuenta la historia de una familia que pierde a la madre. Los dos niños y el padre, completamente desorientados, reciben entonces una inesperada visita.
Este 2023 la editorial Random House recupera esta obra, con el título inspirado en el poema de Emily Dickinson, Hope is a thing with feathers (Porter ha citado a Dylan Thomas como otra de sus inspiraciones). Un libro del que la crítica y los lectores halagan su humor negro, su agilidad, su ternura y empatía y su corazón abierto.
Preguntamos al autor por un resumen de El duelo es esa cosa con alas: «Trata de unas personas a las que les ocurre una de las cosas más terribles: el amor de su vida muere de repente». ¿Y quién es ese cuervo misterioso que se presenta en su casa a continuación? «Se presenta como un amigo; es una sátira, una broma, una metáfora, alguien con quien hablar. Me inventé la estructura sobre la marcha, y salió un collage, un mixtape musical.»
Antes de escribir, Max Porter era editor de la revista literaria independiente Granta. Su primer libro se adaptó al teatro, con Cillian Murphy de protagonista. Sus siguientes novelas (Lanny, The Death of Francis Bacon, Shy), también han conocido el éxito.
Este fragmento en la voz del padre es especialmente conmovedor: «Llenaremos esta casa de libros y la llenaremos de juguetes y lloraremos como niños abandonados en el parque. (...) Acepté la ayuda que me ofrecían. Mi hermano se portó de fábula con los niños, con el banco, con la oficina de Correos, la escuela, los médicos y nuestros padres. Los padres de ella se mostraron amables con el servicio fúnebre, con el dinero, con su propia gente, dadme espacio, dadme tiempo, dadme una percepción de ella, dejad que me disculpe, dejad que encuentre un camino más allá de la simple furia.»
Estamos, pues, ante un libro de duelo, y sus consuelos: el amor, la cultura, la naturaleza. Pone de manifiesto la dificultad de escribir sobre el dolor sin caer en los tópicos ni el sentimentalismo. Solo hay un camino, y es ir haciendo —ir volviendo a la vida— como cada uno pueda. La historia se divide en tres puntos de vista (el padre, los hijos, el cuervo), cada una con su carácter, música y ritmo. Lo cotidiano nunca queda lejos. Un libro breve con una idea sencilla, que se puede leer casi como un cuento infantil, y donde el lector se siente transportado entre plumas.