La historia real detrás del crimen más sórdido de Reino Unido, ¿quiénes eran los Bamber?
- ¿Quiénes eran las cinco personas que aparecieron muertas?
- ¿Qué llevó al asesino a cometer el crimen?
- El escalofriante true crime sobre el asesinato que estremeció a Reino Unido llega a RTVE Play
"La policía de Essex investiga un extraño tiroteo en el que se cree que una mujer de 27 años disparó a sus hijos gemelos, a sus padres y luego a sí misma", así anunciaban los medios la noticia más escalofriante que estremeció a todo un país. La prensa siguió el caso, que terminó dando un giro inesperado hasta encerrar al que la policía señaló como verdadero culpable. Errores en la investigación, pruebas que desaparecieron, testimonios contradictorios... Solo una persona conoce la verdad y a día de hoy está entre rejas, aunque él siempre negó haber cometido tales asesinatos. Se trata de Jeremy Bamber, hermano de la mujer a la que acusaron en un primer momento.
Él mismo fue el que la delató, con su testimonio y las pruebas que encontraron, la policía tenía una teoría que parecía totalmente veraz. Tanto es así, que hasta los medios narraban en caso como un hecho y no como una investigación en proceso. Sin embargo, un objeto escondido y la confesión de otra persona muy cercana a Jeremy cambiaron el rumbo de la investigación. Esto fue lo que realmente ocurrió en casa de los Bamber la noche del 6 al 7 de agosto de 1985. Si lo prefieres, puedes ver el documental Los Bamber: asesinato en la granja, gratis en RTVE Play.
El asesinato de los Bamber
Los crímenes de la familia Bamber ocurrieron en su granja White House, situada en Essex, Inglaterra. Cinco personas fueron asesinadas a tiros aquella noche: Nevill y June Bamber, junto a su hija Sheila Caffell, de 18 años, y los hijos gemelos de seis años de esta, Daniel y Nicholas Caffell, de seis años. Los pequeños aparecieron muertos en sus camas, mientras que a Nevill lo encontraron en la cocina, en la planta de abajo, su cuerpo, además de los disparos, tenía otras lesiones propias de un forcejeo. June y Sheila estaban en el dormitorio principal, esta última sostenía el arma en sus manos, apuntándose a sí misma.
25 disparos en total, dos de ellos en el cuerpo de Sheila, una de las balas en la garganta. Esta fue la dantesca escena del crimen que se encontró la policía después de que Jeremy Bamber, que entonces tenía 24 años, les advirtiera de que algo estaba ocurriendo en casa de sus padres. Él vivía a solo cinco kilómetros de distancia.
Sheila Caffell, la sospechosa principal
Sheila y Jeremy Bamber fueron adoptados por Nevill y June Bamber cuando se dieron cuenta de que no podrían tener hijos de manera natural. No había buena relación entre ellos. Padres tradicionales que no aprobaban la vida moderna de sus primogénitos, a quienes les gustaba mucho la ciudad de Londres y su ambiente festivo. Sheila conoció allí a su marido y padre de sus gemelos. Se quedó embarazada al poco tiempo de empezar su relación, al no estar casados, su madre la convenció para que abortara. Se resignó cuando se volvió a quedar embarazada, así que le pidió que se casase. Lo hizo, aunque su matrimonio no duró ni siquiera los nueve meses de espera. Colin Caffell le era infiel y decidieron separarse.
Sheila no estaba bien mentalmente, su psiquiatra le diagnosticó esquizofrenia paranoide. Estuvo internada en un hospital psiquiátrico, igual que su madre, esto sumado al deseo de sus padres de que otra persona se hiciera cargo de sus hijos, la convertía en el perfil que más encajaba en el papel de asesina en esta terrible historia. La teoría inicial de la policía mantenía que ella había matado a su familia y que, posteriormente, se había suicidado. Sobre todo, después de que escucharan el testimonio de su hermano Jeremy Bamber, que supuestamente no estaba en la escena del crimen, pero que recibió la llamada de su padre, atemorizado, asegurando que Sheila estaba armada y que se había vuelto loca.
Con el fin de argumentar aún más su versión de la historia, Jeremy comentó en su testimonio que tanto él como su hermana habían estado fumando marihuana días antes de los asesinatos. Esto, sumado a su enfermedad, podría haber empeorado su estado. Además, describió varios episodios violentos de Sheila que, supuestamente, había presenciado.
Las pruebas que delataron a Jeremy Bamber
La investigación dio un giro cuando uno de los primos de Sheila y Jeremy, ni siquiera la policía, encontró un silenciador escondido en el armario donde se guardaban las armas. Tenía restos de sangre. No era posible que Sheila se hubiera disparado a sí misma y se hubiera levantado a guardar el silenciador. Tampoco cuadraban la falta de indicios en el cuerpo de la que fuera principal sospechosa: no tenía restos de plomo en las manos, algo que llamó la atención de los investigadores, ya que para disparar en 25 ocasiones habría tenido que recargar varias veces munición. Además, vestía un camisón, ¿dónde llevaba los cartuchos? Para colmo, su cuerpo no presentaba signos de violencia más allá de los disparos, ¿por qué el de su padre sí? ¿Contra quién había forcejeado entonces? Eso suponiendo que Sheila, mucho más pequeña y débil que su padre, fuera capaz de enfrentarse a él y salir ilesa.
La propia familia de Jeremy Bamber fue la primera en sospechar de él. Primero, por su actitud tras la muerte de su familia. No parecía muy afectado por lo sucedido. "Es cierto que no estaba actuando completamente racional en lo que se refiere a manejar la pérdida de mi familia. Sé que en compañía de mis amigos estaba invitando a unas comidas y bebidas de más, pero era porque deseaba sentirme querido", se excusó en la entrevista que ofreció a David James Smith, periodista de Sunday Times. Lo cierto es que, poco después del funeral, Jeremy empezó a vender todo lo que tenía algún valor de la casa de sus padres. Además, mintió en su declaración a las autoridades, a quienes contó que tenía una buena relación con su familia.
La persona que atendió el teléfono cuando Jeremy Bamber llamó a las 3:30 de la madrugada para alertar de lo que estaba ocurriendo en casa de sus padres aseguró que parecía demasiado tranquilo, sosegado. La policía acabó arrestando a Jeremy Bamber, que tenía un móvil: enriquecerse con el dinero de su familia. Él era el único heredero, por lo que recibiría casi medio millón de libras. Sin duda, la pista más importante y que acabó reforzando la teoría de que fue Jeremy quien realmente cometió el crimen, fue el testimonio de Julie Mugford, la entonces pareja de Jeremy Bamber. Un mes después de los asesinatos, decidió hablar con la policía para contar su versión de los hechos.
Julie Mugford, pieza clave en la detención de Jeremy Bamber
¿Por qué tardó un mes en hablar Julie Mugford? Muchos dicen que estaba muy enamorada de Jeremy, aunque él tonteaba y era infiel con otras mujeres. Fue ella la que puso el foco en el hermano de Sheila. Contó a la policía que Jeremy había estado planeando el asesinato durante más de un año. Contó también el robo que tanto ella como Jeremy cometieron semanas antes del crimen, en el que se llevaron 970 libras. No se sospechó de ellos hasta que Julie sacó a la luz la verdad. Esto le salpicaba directamente a ella, pero las autoridades le prometieron a Mugford no tener en cuenta sus delitos con tal de que hablara.
Además de declarar ante la policía, Julie Mugford aceptó la cuantiosa oferta de dinero que el periódico News of the word puso encima de la mesa por su entrevista, era una de las personas más solicitadas entonces. También desveló su historia: 25 000 libras por contar su versión de los hechos y por posar de manera provocativa en sus páginas.
Los errores que cometió la policía en la investigación
Jeremy Bamber, que siempre ha mantenido su inocencia, no ha dejado de recurrir su sentencia a cadena perpetua, basándose, sobre todo, en los errores que la policía había cometido en la investigación. Intentó apelar por primera vez en 1989 y después en 1994, ambas denegadas. En 2002 volvió a hacerlo y consiguió que se revisaran algunas pruebas, como el silenciador, que contenía sangre. En la época en la que se cometió el crimen no era posible llevar a cabo una prueba de ADN, más de una década después, los investigadores pudieron probar que la sangre que estaba dentro del silenciador era de June, el ADN de Sheila pudo haber estado en el silenciador y había evidencia de ADN de al menos un hombre. El resultado no fue nada concluyente para los jueces, que no pudieron dictaminar si Julie se había podido disparar a sí misma después de quitar el silenciador de su arma.
¿Cuáles fueron los errores de la policía? Según Jeremy Bambe y su defensa, le habían acusado con el único fin de encubrir sus propios fallos. Lo cierto es que los investigadores estaban tan seguros de su teoría inicial, la de que Sheila era la asesina, que entregaron los cuerpos una semana después del crimen, perdiendo así cualquier prueba forense. La defensa también argumentó que los primeros oficiales que entraron a la casa de campo habían alterado inadvertidamente la escena del crimen y luego la habían reconstruido, las imágenes no correspondían.