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Esther Williams: luces y sombras de la sirena más famosa de Hollywood

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Esther Williams posando para la cámara dentro de la piscina
Esther Williams, la sirena de Hollywood

Si alguien tiene alguna duda de que el destino es caprichoso, que eche un vistazo a la vida de Esther Williams. La protagonista de La primera sirena, estrenada en 1952, no tenía en mente ser una estrella de Hollywood cuando la productora Metro-Goldwyn-Mayer la fichó, ni mucho menos dar vida a papeles relacionados con una de sus pasiones: nadar. Esther James Williams nació el 8 de agosto de 1921 en Los Ángeles, California, desde muy joven quiso dedicarse a la natación. Con tan solo ocho años se inició en este deporte, y a los 16 ya estaba representando al equipo de natación Los Ángeles Athletic Club. Ganó tres campeonatos nacionales en dos modalidades, braza y estilo libre, lo que le dio la oportunidad de introducirse en el equipo olímpico de 1940.

Esther Williams haciendo lo que más le gusta, nadar Bettmann Archive

Williams no viajó a Tokio porque los Juegos Olímpicos no se celebraron: la Segunda Guerra Mundial se había interpuesto en el sueño de la deportista. Sin embargo, los medios de comunicación deportivos sirvieron de altavoz para que peces gordos del entretenimiento, como Billy Rose, quisieran que la joven pasase a formar parte de la industria.

El salto olímpico a la gran pantalla

La actriz tuvo sus pinitos en el musical acuático Aquacade de Broadway, donde compartió escenario con el actor Johnny Weissmüller, reconocido por protagonizar las películas de Tarzán. Allí fue fichada por Metro-Goldwyn-Mayer (MGM), uno de los estudios más importantes de Hollywood, donde consiguió uno de los papeles protagonistas del filme Andy Hardy’s Double Life (1942).

Pero la verdadera fama le llegó dos años más tarde, con Escuela de sirenas. Esta tan solo fue la primera de numerosas películas musicales cuyos bailes acuáticos encandilaron al público. Entre ellas destacamos Ziegfeld Follies, premiada en la categoría Mejor Comedia Musical del Festival de Cannes en 1947, o La hija de Neptuno, con un Óscar por su canción “Baby, it’s cold outside’.

Apodada ‘La sirena de Hollywood’, Williams había inventado, junto con MGM, un nuevo subgénero que encajaba con su sueño de ser nadadora, o no.

A punto de perder la vida

Los impresionantes números acuáticos pasaron factura a la actriz: Esther Williams se rompió hasta en siete ocasiones los tímpanos, por no mencionar la fractura de tres vértebras ocasionadas al saltar a la piscina. Uno de los episodios más asfixiantes ocurrió cuando la actriz se vio atrapada en la piscina, sin ser capaz de encontrar la trampilla de salida. Estas son algunas de las razones por las que la actriz pidió dejar de lado su papel de nadadora, participando en películas como La Amada de Júpiter (1955).

Para la sorpresa de muchos, el fracaso de este filme precipitó el fin de los años dorados de la actriz, despedida por la misma productora que un día apostó por ella.

Exitosa en el cine, no tanto en el amor

Su vida sentimental fue casi tan intensa como su vida profesional. La actriz no tuvo ni uno, ni dos, sino cuatro enlaces a lo largo de su vida. El primer matrimonio fue a la pronta edad de 17 años con Leonard Kovner, el cual no llegó ni a un lustro. Después apareció Ben Gage, quien no dudó en aprovecharse de la fama de la actriz.

El tercero fue con Fernando Lamas, su relación más estable, con el que estuvo hasta que el actor murió. El actor argentino y la estadounidense formaron una de las parejas más envidiables de la época, a pesar de ser protagonistas de determinados rumores sobre infidelidad. A los seis años de fallecer se casó con Edward Bell, un profesor de literatura francesa. Fue su último amor.

Esther Williams posa junto a su tercer marido, el actor y director Lorenzo Lamas cropper

Una vida longeva

Se acaban de cumplir 10 años de la muerte de la actriz. El 6 de junio de 2013, cuando tenía 91 años, Esther Williams falleció en su casa de Beverly Hills por causas naturales. Ese día se apagó la vida de la estrella que dedicó su vida al mundo del cine y la natación, dentro y fuera del agua: llegó a ser comentarista en el debut de la natación sincronizada en los Juegos Olímpicos de 1984.