'La primera sirena': Esther Williams estuvo en serio peligro. ¿Qué ocurrió exactamente?
- La actriz y nadadora pudo perder la vida o quedar parapléjica rodando la película
- Esther Williams: luces y sombras de la sirena más famosa de Hollywood
Esther Williams ya era una gran estrella cuando rodó Million Dollar Mermaid, que en España se tituló como La primera sirena. Llevaba una década rodando en Hollywood, con 18 películas a sus espaldas y dos grandes éxitos Escuela de sirenas y La hija de Neptuno. La película se estrenó el 4 de diciembre de 1952 en el famoso Radio City Music Hall de Nueva York y antes de terminar el año había estableció un récord: una recaudación bruta de 184 000 dólares en una única sala. Fue otro gran éxito para la actriz y un buen negocio para la MGM. Esto les empujó a hacer una secuela, pero el proyecto nunca se llevó a cabo.
Una historia pasada por agua
La primera sirena cuenta la vida de Annette Kellerman, la estrella australiana de la natación sincronizada. Para llevarla al cine se contó con el director Mervyn LeRoy, que había hecho Mujercitas y Quo Vadis? Los estudios apostaron por un equipo de grandes profesionales: el guionista Everett Freeman, el músico Adolph Deutsch, el coreógrafo Busby Berkeley y el director de fotografía George J. Folsey, que recibió una nominación al Oscar.
La película sigue la vida y las peripecias de Anntette, una niña australiana que está enferma y nada por recomendación médica. Su padre acepta un trabajo en Londres y en el viaje entra en escena James Sullivan, un promotor americano que anima a la pequeña a superar sus propios retos, revelándose como un prodigio de la natación. De Londres saltará a Estados Unidos, donde su carrera subirá como la espuma, aunque tendrá que lidiar con el escándalo, los problemas amorosos y el dolor, físico y emocional.
"Es demasiado glamurosa"
Esther Williams es Annette, ya de mayor, y se cuenta que la actriz Virginia Mayo también estuvo interesada. La auténtica Annette Kellerman no tenía un buen concepto de la MGM, pero cuando conoció a la nadadora se implicó de lleno. "Me di cuenta de que ella realmente quería hacer la historia de mi vida. Nunca hubiera pensado en ella para el papel. ¡Creo que es demasiado glamurosa para el papel! Creo que, de verdad, es demasiado hermosa. Preferiría haber visto a Metro-Goldwyn-Mayer elegir a una nueva actriz, tal vez una chica australiana, en el parte. No creas que me estoy quejando", dijo. Otro de los puntos rojos fue la elección del actor para interpretar a Jimmy. Anette quería a Glenn Ford. "Es lo más cercano que se me ocurre a mi querido esposo: no demasiado glamuroso". Pero no lo logró. La MGM apostó por Victor Mature, que estaba en la cima del éxito tras hacer Sansón y Dalila.
A punto de quedarse parapléjica
Hubo momentos muy tensos en el rodaje. En una de las secuencias Esther Williams se rompió el cuello tras hacer uno de sus famosos saltos. Años más tarde, la actriz escribió sus memorias y contó lo que pasó ese día. "Cuando estaba subida a la plataforma me sentí desorientada, porque había sufrido la rotura del tímpano hasta en siete ocasiones. Cuando entré en el agua noté la pesadez del tocado y supe que tendría problemas. Y así fue, al caer al agua noté cómo mi cuello crujía. Cuando logré emerger a la superficie podía mover las piernas, pero la parte superior de mi cuerpo estaba paralizado y tuvieron que ayudarme para salir del agua. Horas más tarde me hicieron una radiografía y esta reveló que tenía tres vértebras rotas. ¡Pude haberme quedado parapléjica!". Curiosamente, el libro de memorias se titula Million Dollar Mermaid, que era el apodo que Esther Williams tenía en Hollywood. No cabe duda: a pesar del susto, era su película favorita.
Esther Williams, la sirena inmortal
En la última etapa de su carrera profesional, Esther Williams intentó cambiar de registro rodando películas de corte dramático. Pero el público no valoró ese gesto y su fama se trasladó a la prensa del corazón, sobre todo tras su boda con Fernando Lamas. Como ella misma contó, fue el actor quien la empujó a dejar el cine. Durante años su nombre fue un reclamo comercial para vender bañadores y otros productos relacionados como la natación, deporte que practicó hasta los últimos años de su vida. Tras la muerte de Lamas estuvo unos años viviendo sola, cuidada por sus tres hijos, y en 1994 celebró su cuarta boda, fue con Edward Bell. Murió en junio de 2013, cuando tenía 91 años.