En verano los oídos se ven más afectados: sigue estos consejos para cuidarlos

• El 18 de julio se celebra el Día Mundial de la Escucha para reflexionar sobre cómo los sonidos pueden influirnos
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Sigue estos trucos para mantener tus oídos sanos

Cada 18 de julio se celebra el Día Mundial de la Escucha, una fecha que coincide con el nacimiento de Raymond Murray Schafer compositor y pedagogo musical que desarrolló la ecología acústica, es decir, el estudio de las interacciones de los seres vivos con su entorno sonoro. Este día sirve para hacernos reflexionar sobre cómo los sonidos pueden afectar a nuestra vida cotidiana. Y lo hacen más de lo que pensamos. ¡Lo analizamos en Ahora o Nunca, el programa de la 1 presentado por Mónica López!

¿Cuáles son los sonidos más desagradables para el ser humano?

Según un estudio de la Universidad de Newcastle elaborado en 2012, registró las reacciones del cerebro a distintos sonidos. Este determinó que los más desagradables eran la fricción de un cuchillo contra un cristal, el chirrido de una tiza,. o una uña, con una pizarra o la fricción de dos corchos de poliestireno expandido, entre otros.

Por lo contrario, los sonidos más agradables son: un aplauso, la risa de un bebé o un trueno.

En verano el oído se ve más afectado. ¿Cómo?

Sin embargo, los anteriores no son los únicos riesgos que acechan a este órgano. Durante el verano, por ejemplo, el oído suele sufrir más que el resto del año. ¿El motivo? Sometemos nuestro cuerpo a diversos factores, como los cambios de presión, y se puede sufrir lo que en ciencia se conoce como barotrauma (daño que sufrimos a raíz de ciertos cambios de presión).

Y, en verano, es muy común exponerse a ruidos como el despegue de un avión y actividades como el buceo, que aumentan el riesgo de sufrirlo. Pero, ¿hay alguna forma de protegerlos? Lo cierto es que sí, y sobre ello también han hablado en el espacio de La 1 de RTVE.

Consejos para proteger los oídos en verano:

Antes de conocer los consejos, primero hay que entender cómo funciona la trompa de Eustaquio. Esta última conecta el oído medio con la parte posterior de la nariz y ayuda a mantener una presión equivalente en ambos lados del tímpano.

Al montarnos en un avión nuestra presión interna es igual a la externa. Cuando el avión despega y sube, cada vez tenemos menos aire encima, o sea, la presión exterior baja. Nuestra presión interna sigue siendo alta con lo que nuestros oídos sufren una fuerza de dentro a fuera.

Para igualar la presión interior con la exterior basta con abrir ligeramente la boca y mover un poco la mandíbula para que la trompa de Eustaquio se abra. Al final de nuestro viaje, cuando el avión aterrice, volveremos a tener que actuar. A medida que el avión baja, la presión exterior vuelve a aumentar, nuestros oídos reciben fuerza de fuera a dentro. Entonces hay que hacer la maniobra de Valsalva: "Te tapas la nariz, cierras la boca e intentas echar aire suavemente y liberas la trompa de Eustaquio. Puede que debas repetir el gesto varias veces, hazlo siempre que sientas que el oído se tape", explica Mónica López.

Esto ocurre también al bucear, donde la trompa de Eustaquio puede obstruirse. Para evitarlo, repetimos el proceso. Debemos cerrar las fosas nasales y la boca y tratar de echar aire suavemente.

A parte de los cambios de presión, en verano es común que haya un mayor número de infecciones auditivas. Esto sucede por el calor y la humedad en el oído, que hace posible una proliferación de bacterias y gérmenes, infectando así el canal auditivo externo. Para evitar estas infecciones es importante secar los oídos después de cada baño y procurar que salga el agua inclinando la cabeza.

Tener más tiempo libre durante el verano, también nos hace disfrutar más en compañía no solo de amigos, también de música. Y, también hay que tener especial cuidado con la escucha de música muy alta, ya que puede provocar alteraciones en el oído. Además, es importante limpiar los auriculares u otros aparatos que van pegados a la oreja, ya que limpiarlos bien eliminará restos de sudor o bacterias.