'Carreteras secundarias': Curiosidades del "coming of age" más emotivo del cine español
- Maribel Verdú, Antonio Resines, Jorge Sanz protagonizan esta película
- Es una de las primeras interpretaciones de Fernando Ramallo, nominado a Mejor actor revelación
- Carreteras secundarias (1997), disponible gratis en RTVE Play
Carreteras secundarias es una de las películas más representativas del buen hacer del cine español en los años 90. Tres grandes de la gran pantalla lucen su talento en ella: Maribel Verdú, Antonio Resines y Jorge Sanz. Lo hacen bajo las órdenes de Emilio Martínez Lázaro (El otro lado de la cama, Ocho apellidos vascos), uno de nuestros grandes directores y el hombre que mejor contó las amarguras de la adolescencia y la juventud. En esta cinta, lo hace a través del personaje de Felipe, que luce con un brillante Fernando Ramallo, el actor que más despuntaba en aquellos años y por cuyo trabajó logró su primera nominación al Goya.
Ambientada en los últimos años de la dictadura de Franco, Carreteras Secundarias ofrece una particular visión de la situación social de España. Felipe es un adolescente quinceañero que viaja con su padre en un Citroën DS, más conocido como Tiburón, es la única posesión de la familia. Nunca llegó a conocer a su madre, que falleció a los años de su nacimiento, y su vida ha sido una continua mudanza, siempre en la carretera junto a su padre. A continuación, repasamos algunos datos y curiosidades de la película:
Una playa de cine: dónde está y qué simboliza
La película comienza en una playa y termina en una playa, con nuestros dos protagonistas. Al principio, la imagen es mucho más aciaga. Un día gris, en una playa solitaria, donde un adolescente camina sobre la arena, cabizbajo y sumido en sus reflexiones, y la voz de su padre le llama. Pero en la escena final, cuando ambos regresan al mismo punto, algo ha cambiado. Ahora el sol resplandece, y sus arenas están llenas de veraneantes. Dos planos subjetivos y diferentes, el primero de color gris y el último con todos los colores del estío que simbolizan el paso a la madurez de nuestro protagonista, la superación de una perdida y la conexión definitiva con su padre. La playa en cuestión es la playa de La Figueresa. La película también se rodó en diferentes puntos de la Costa Brava, como El Port de la Selva, Cap de Creus -por dónde transitan los viajes en carretera-, Roses, Sa Tuna (Begur) y Figueres.
Basada en una novela
Carreteras secundarias está basada en la novela homónimo del escritor zaragozano Ignacio Martínez de Pisón. Ganador del Premio Nacional de Narrativa de 2015 por su novela La buena reputación y tremendamente cinéfilo, esta adaptación le hizo especial ilusión. En 2003 el realizador francés Manuel Poirier volvió a llevar esta novela a la pantalla grande bajo el título de Caminos cruzados (Chemins de traverse), en este caso tuvo la presencia española del actor Sergi López. Escribió también junto a Emilio Martínez Lázaro el guion de Las trece rosas, por la que fue candidato a mejor guion original de los premios Goya y es igualmente coautor junto a Fernando Trueba del guion de Chico & Rita, la película de animación dirigida por Fernando Trueba, Javier Mariscal y Tono Errando.
Música del gran Nino Rota
Como en cualquier buen viaje en carretera, la música es esencial. El premidísimo compositor Roque Baños fue el encargado de la banda sonora de la película -el primer trabajo de su carrera-, pero la película también contó con otros temas populares, a destacar el del clásico de la música italiana Nino Rota, de quien suena el tema Speak Softly Love, tema popularmente conocido por la película El padrino, pero que los protagonistas reconvienten en su particular versión de Estoy sintiendo tu perfume embriagador de Andy William.
Con dos actrices explosivas
A destacar, también, la presencia y el trabajo de Maribel Verdú y Miriam Díaz Aroca, sorprendente esta última en ese papel de cantante de zarzuela algo atolondrada a la que el hijo odia con toda su alma, pero a la que la actriz sabe dotar de cierta ternura y comicidad.
Una road-movie de "Quijotes negativos"
Mucha ironía, comedia y amargura. Una especie de huida hacía no se sabe dónde. Tiene un halo de ensoñación reveladora. Un coming of age, una película de iniciación en la que el peso del joven Ramallo es total. La relación entre padre e hijo es muy especial, con los primeros aires de la España de la Transición como telón de fondo le dan la crudeza, así como la perdida de una madre y el sentimiento, a veces, de desamparo de los personajes. Unos “quijotes negativos”, como les definía su director, unos personajes picarescos, bucólicos, soñadores.