Kiko Rivera, ¿cura?: "Quiero consagrar mi vida a Dios"
- El DJ le pidió a su madre, Isabel Pantoja, ser sacerdote
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Kiko Rivera no ha querido perderse el programa más refrescante del verano. Visita Vamos a llevarnos bien formando equipo con Marta Torné y enfrentándose ambos a Manuel Díaz y Laura Sánchez. A lo largo del programa, descubrimos los secretos más ocultos del hijo de Isabel Pantoja: ¿Por qué quiso consagrar su vida a Dios? ¿Cómo le ha cambiado la vida tras el ictus que sufrió? ¿A qué le hubiera gustado dedicarse antes de adentrarse en el mundo de la música?
Sin ninguna duda, Kiko Rivera es uno de los grandes rostros públicos del panorama español. El hecho de ser hijo del gran torero español Francisco Rivera Pérez, más conocido como Paquirri, y de la tonadillera Isabel Pantoja, ha supuesto que conozcamos la vida del cantante y DJ desde su nacimiento. En Vamos a llevarnos bien ha querido dejar claro que él es DJ: “Lo que realmente me gusta es pinchar música, pero tuve que adaptarme a los cambios que estaba atravesando el sector y, por eso, comencé a cantar”.
La carrera profesional de Kiko Rivera sigue avanzando. En la actualidad, está grabando un disco con el que, tal y como nos ha contado, no podremos dejar de bailar: “Me había encasillado en temas más románticos, pero con este disco vais a volver a ver al Kiko más fiestero”.
Kiko Rivera quiso ser sacerdote
Kiko nunca dejará de sorprendernos y nos ha contado que, durante una época de su infancia, quiso consagrar su vida a Dios. ¿Por qué? Estudió en un colegio de Madrid católico. El profesor de Religión era cura y el DJ empezó a fijarse en su forma de vestir y de ser: “Era un cura muy moderno que iba con sus pantalones vaqueros rotos”. A partir de este momento, empezaron a entablar una gran amistad: “Le cogí tanto cariño, una especie de amor hacia él, que yo quería ser cómo él”. Por aquel entonces, Kiko tenía entre 11 y 12 años. Un día, cuando llegó a casa, se sentó con su madre y le dijo: “Mamá, quiero ser cura, quiero consagrar mi vida a Dios”. Otra gran anécdota que se suma a la vida de Kiko Rivera.
Esta no es la única vocación que tuvo el hijo de la tonadillera cuando era joven. Su pasión por la carne le hizo interesarse por este mundo: “Me hubiese gustado ser carnicero porque me encanta tocar la carne, su olor, su sabor…”. ¿Más aficiones que podamos añadir a la lista? La respuesta es sí. Intentó ser futbolista cuando era pequeño y, más tarde, entrenador. Lo que sí tuvo claro desde el principio fue que el mundo del toro no era para él: “Yo respeto mucho ese mundo, lo llevo en la sangre, pero yo no me he criado con eso porque en mi casa no se hablaba de ello”. A pesar de ello, nos ha confesado que todo podría ser diferente si su padre aún estuviera vivo: “Si mi padre viviera, estoy seguro de que yo ahora estaría metido en el mundo del toro”.
¿Cambio de vida tras el ictus?
El 21 de octubre del año 2022, Kiko Rivera sufrió un ictus por el que estuvo ingresado en el Hospital Virgen del Rocío en Sevilla. Tras este grave suceso, el DJ tiene que cumplir unas medidas concretas para una correcta recuperación. ¿Lo está cumpliendo? “Cuando me dio el ictus me entró mucho miedo y cumplí todo lo que me mandaron para una buena recuperación”. Kiko asegura que dejó de fumar, hacía deporte y comía sano. Ese cambio de vida solo duró un mes y medio. En la actualidad, nos ha confesado en Vamos a llevarnos bien que el deporte y la comida sana siguen presentes en sus vidas. Lo que no ha podido eliminar es el consumo de tabaco: “Ha cambiado mi vida, pero también ha vuelto el Kiko antiguo, el Kiko fumador y no estoy orgulloso de ello”. Tras recordar ese horrible momento de su vida, Kiko lo tiene claro: “He vuelto a nacer”.