Hay más tipos de sal de los que crees: Ojo, no todas sirven para lo mismo
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Aunque a veces nos convenga vigilar la cantidad de sal que utilizamos en nuestras comidas, lo cierto es que a ella sola le debemos buena parte del disfrute que extraemos de los alimentos: el puntito "salado" es una de las bases del sabor, y conocer bien este elemento puede mejorar todos nuestros platos. En la vida, ¡hay que tener salero!
Pero hay muchos tipos diferentes de sal, y distintas clasificaciones que conviene conocer para saber cuál va a ser nuestra aliada en las diferentes elaboraciones.Te contamos todo lo que tienes que saber sobre este elemento tan socorrido que lo mismo te adereza una ensalada que te cocina una dorada como más rica está: a la sal.
Tipos de sal según el color
- Pétalos de sal negra. Tenemos la sal negra viene de la India y tiene este color gracias a que en las salinas hay rocas volcánicas. Es crujiente, delicada y muy fina: se disuelve muy fácilmente y decora nuestros platos con su color particular. Se le atribuyen efectos antioxidantes y es rica en hierro, calcio y magnesio, minerales que son muy buenos para la salud. Pruébala en unas flores de alcachofa a la plancha, en unos huevos fritos o en el queso de nuestra ensalada.
- Sal roja de Hawái. La llaman Alaea, y proviene de la isla de Molokai. Recibe su nombre de un mineral natural que se emplea para enriquecerla en óxido de hierro: una arcilla volcánica de color rojo que le aporta este color tan característico. En cuanto a sales se refiere, es un alimento de lujo. Se emplea para sazonar alimentos, y es ideal para dar sabor a la carne a la barbacoa. ¡Aunque en su lugar de origen también cumple un papel ritual! Se cree que tiene el poder de purificar.
- Sal rosa del Himalaya. Tal vez la conozcas, porque últimamente es fácil encontrarla en los supermercados de nuestro país. En realidad, viene desde las montañas de Pakistán, y su éxito no se debe solo al puntito amargo que aporta a nuestras comidas: se le atribuyen varias cualidades beneficiosas para la salud, pues contiene trazas de muchos minerales diferentes. Se ha comercializado alegando que combiene la retención de líquidos, regula el pH, calma los calambres musculares e incluso ayuda a dormir... Eso sí, los expertos han desmentido la mayoría de estas afirmaciones. Mejor ceñirse a lo que sí sabemos: que aporta un sabor estupendo, sobre todo a carnes y mariscos.
La forma de la sal importa
- Sal cristalizada en grano. Es la sal gruesa que todos conocemos y queremos, aunque también encontramos la sal marina en piedra. Son muy adecuadas para carnes, pescados o mariscos a la plancha.
- Sal en bloque. Procede de Persia y es ideal por sus usos en la cocina: si lo precalentamos a la parrilla, el bloque de sal nos permite asar los alimentos que queramos sobre él... mientras al tiempo los condimentamos, claro.
Según su procedencia, podemos encontrar...
- Sal de manantial. La sal puede extraerse de los manantiales. Un ejemplo en nuestro país son los ríos subterráneos de Villena, en Alicante, de donde viene este condimento ideal para sazonar carnes si lo combinamos con otras especias.
- Sal del mar del Eoceno. Procede del mar... aunque no exactamente. Esta se extrae de la cordillera ibérica, que estaba cubierta por el mar hace más de 40 millones de años. Es una sal muy poco refinada que se extrae de los restos de ese mar.
- Flor de sal de Cabo de Gata. De las salinas de Cabo de Gata, en Almería, se extrae esta flor de sal. Es una capa delgada de sales que se cristaliza en la superficie del agua de mar.
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