Cinco maneras de reducir el consumo de agua (y muchos trucos para cambiar tus hábitos)
- Celebramos la Semana Mundial de Agua de la mejor manera posible: ¡ahorrándola!
- ¿Sabes cuántos litros consume la producción de un vaquero o una camiseta de algodón?
La Semana Mundial del Agua se celebra desde el 20 hasta el 24 de agosto. Este año, el lema es "Semillas del Cambio", pues se pretende "sembrar" soluciones para un mundo más respetuoso con este elemento imprescindible para la vida que ocupa el 70% de la superficie terrestre y entre el 50 y el 60% de nuestro cuerpo, y que sin embargo se está convirtiendo en un bien escaso en cada vez más lugares del planeta. Desde 2010, está reconocido el derecho de todas las personas al agua y al saneamiento, con la ONU indicando que cada persona debería tener acceso a una cantidad de entre 50 y 100 litros de agua al día para uso doméstico. Sin embargo, según UNICEF y la OMS:
- 2,1 miles de millones de personas no tienen acceso a servicios de agua potable que estén gestionados de forma segura
- 4,5 miles de millones de personas carecen de servicios de saneamiento seguros
- Al menos 1.800 millones de personas beben agua que no está protegida contra la contaminación de las heces
- 340.000 niños menores de cinco años mueren cada año por enfermedades diarreicas relacionadas con el agua
En nuestro país, el 38% del territorio se encuentra en alerta por escasez de agua. En varias regiones de provincias como Málaga, se están produciendo cortes de agua este verano. Cuidar el agua es una labor que nos preocupa a todos, y sin embargo no siempre sabemos cómo reducir nuestra huella de forma significativa.
¿Cuáles son las formas más eficaces de contribuir con nuestro "granito de agua" para disminuir el consumo global de este elemento? Más allá de cerrar el grifo cuando nos lavamos los dientes, algunos cambios totales o parciales en nuestro estilo de vida pueden contribuir a disminuir nuestra huella hídrica. Estas son algunas de las posibilidades.
1. Repensar la ropa que compramos: ¿qué material gasta menos agua?
La producción textil emplea anualmente alrededor de 93.000 millones de metros cúbicos de agua, el equivalente a 37 millones de piscinas olímpicas, según datos de la Fundación Ellen MacArthur. Además, la industria textil es una gran contaminante de aguas por sus procesos de teñido y acabado, que podrían dar cuenta de hasta un 20% del gasto de agua mundial. El aumento de la fast fashion y el consumo acelerado de ropa contribuyen, por tanto, a aumentar nuestra huella hídrica. ¿Cuáles son algunas maneras de reducirla?
Para producir un par de vaqueros, se necesitan casi 11.000 litros de agua, así que este sería uno de los primeros materiales que deberíamos reducir. Hay compañías que empiezan a garantizar un menor gasto de agua en la producción de vaqueros: ¡búscalas! Otro gran gasto de agua es el que produce el algodón: el algodón tradicional requiere de casi 3.000 litros de agua para la producción de una sola camiseta. Pero, si compramos prendas de algodón orgánico, estaremos gastando un 91% menos de agua. El poliéster es otro gran problema, pues contamina las aguas con microplásticos y también genera vertidos químicos muy peligrosos. Y el cuero: unos zapatos de este material suponen un gasto de 8.000 litros de agua aproximadamente, y los químicos que se utilizan pueden contaminar el agua con sustancias tóxicas.
Otro factor a considerar es la procedencia de los materiales: fibras como la seda y la celulosa causarán menos daños si provienen de zonas húmedas que si lo hacen de en zonas secas, donde pueden tener mucho impacto local.
2. Lavar menos la ropa
¿Sabías que tenemos la costumbre de lavar la ropa mucho más de lo necesario? Cada lavado consume mucha agua, así que una forma fácil de disminuir el uso doméstico es no echar las prendas a lavar salvo que estén verdaderamente sucias. También es importante llenar bien la lavadora. Muchas de ellas traen de fábrica programas de ahorro de agua que podemos utilizar para este propósito.
3. Reducir el consumo de carne y productos de origen animal
El Gobierno de España ya recomienda reducir el consumo de carne bajo la premisa de que cada kilo requiere de media 15.000 litros de agua para su producción. Cada vez más estudios señalan que la población española estaría consumiendo entre dos y cinco veces la cantidad recomendable de carne, habiendo incrementado el consumo de productos de origen animal (responsables, también, del 80% de emisiones asociadas a nuestra alimentación). La Water Footprint Network aporta datos en su página web que nos pueden ayudar a discernir qué tipos de carne consumen menos agua para orientar nuestro consumo y saber lo que podemos reducir: para producir 1 kilo de carne son necesarios 15.400 litros de agua si es de ternera, 10.400 si es de cordero, 6.000 si es de cerdo y 4.300 si es de pollo.
¿Y los lácteos? Cada kilo de mantequilla requiere 5.500 litros de agua, el queso 3.200 litros y la leche 1.000 litros. Para orientarnos con otros datos alimentarios: 1 kilo de pan de trigo requiere 1.600 litros de agua, 1 kilo de patatas, 300 litros de agua y 1 kilo de tomates, 200 litros.
4. Cambios en el mobiliario doméstico
Si toca cambiar algún electrodoméstico, esta es la etiqueta que tienes que recordar: A+++, que indica la máxima eficiencia energética. Y si vas a hacer reformas en casa, es el momento de volverla más eficiente: mejor tener ducha que bañera, arreglar las fugas de agua (algo que deberíamos revisar con un profesional al menos una vez al año)... En el jardín, sustituye la manguera por el riego a goteo o por la regadera de toda la vida. Y, si tienes piscina, usa limpiafondos automáticos y un clorador salino, sustituye el cloro por oxígeno activo y tápala con una lona cuando no la estés usando: el objetivo es que el agua dure lo máximo posible, no se ensucie más de la cuenta y no se evapore, pues la cantidad de litros de agua que se requieren para llenarla es muy grande.
También existen dispositivos que puedes instalar para ahorrar agua: reductores de caudal (que se instalan en las tuberías de las duchas, las cocinas o los lavabos), aireadores de grifos (que mezclan el agua con aire para reducir el consumo total), grifos termostáticos (que además de permitirnos regular la temperatura del agua nos facilitan regular la cantidad) y dobles pulsadores de cisterna, para poder tirar menos agua.
5. Otros pequeños cambios en las tareas del hogar
Por último, y aunque el mayor gasto de agua se produce en procesos como los anteriores, te damos algunos consejos para terminar de reducir tu uso de agua doméstico prestando atención a las tareas del hogar, algo que sobre todo puede repercutir en tu factura mensual. Por ejemplo, tratar de aprovechar todo el agua posible empleando un cubo o una palangana para recoger los sobrantes de la ducha o, incluso, de la lluvia (aunque, esta, ten cuidado de no beberla y utilizarla solo para regar, limpiar el coche o tirar de la cadena). También puedes aprovechar el bidón del aire acondicionado para estas tareas, o el agua de la bañera de los niños.
El grifo, ábrelo sólo cuando vayas a utilizarlo. Para lavarte los dientes, mejor llenar un baso de agua. Presta atención a llenar la lavadora y el lavavajillas. Sustituye el baño por una ducha ligera y, si ya estás limpio y sólo te aseas por el calor, puedes, incluso, utilizar un vaso. Si no tienes doble pulsador de cisterna, puedes dejar una botella de agua reciclada de lluvia o de otras tareas cerca del baño y utilizarla para tirar de la cadena.
Para lavar la fruta y la verdura, mejor utilizar un bol para quitar "lo gordo" antes de enjuagar de forma rápida y ligera bajo el grifo. Y, si tienes plantas, mejor regarlas al amanecer o al atardecer: así el agua no se evapora y se aprovecha en su totalidad. Esto también es importante en el caso del césped, que consume mucha agua.