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Aretha Franklin, desde la iglesia a la música disco

  • Un repaso por la vida y obra de la cantante a través del archivo sonoro de RNE
  • Toma uno, Efecto Doppler o Sonideros le han dedicado programas monográficos

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Hoy Empieza Todo con Ángel Carmona - Homenaje a Aretha Franklin - 17/08/18

Aretha Franklin fue una artista que estuvo en “la misma esencia del soul” desde el principio, a los finales de los 50. Ella “provenía del gospel” y creó el género “a partir de sus raíces en la música espiritual negra”, contaba Luis Lapuente, conocido como Dr. Soul y crítico musical en Sonideros de Radio 3, en Hoy empieza todo, también de la radio cultural de RNE, el día después de su fallecimiento, el 16 de agosto de 2018, hace hoy cinco años.

Nació el 25 de marzo de 1942 en Memphis, estado de Tennessee. Hija de un predicador y una pianista que se separaron muy pronto, se trasladó con su padre a Detroit, estado de Michigan, donde situó su iglesia baptista, que llegó a ser importantísima: por allí transitaron los grandes predicadores, líderes de los derechos civiles como Marthin Luther King.

Su voz “se fue forjando desde pequeñita, en esas raíces de la música espiritual americana, en el gospel que aprendió en la iglesia de su padre y con todos los grandes artistas que le acompañaron desde el principio”, explicaba Lapuente. Por allí pasaron todos los músicos de blues, soul y jazz importantes. Se codeó y aprendió de cantantes como Sam Cooke, que le influyó “en la manera de cantar”, o con Ella Fitzgerald, ya estando “consagrada como la gran diva del jazz y con la que tuvo la oportunidad de conocer los secretos de su manera de cantar”.

“Hizo su primera grabación con 14 años, edad en la que tuvo su primer hijo. Ya con 18 decidió viajar a Nueva York a tomar clases de técnica vocal y danza, algo que le sirvió para mandar diferentes demos a las compañías discográficas. John Hammons, dueño de Columbia Records, le fichó sin pensarlo”, contaba Miguel Caamaño en el espacio Afroamérica de Radio 5.

Este primer contrato generó una de las tantas confrontaciones que tuvieron entre padre e hija: “No quería que fichara por la Motown, sino por Columbia porque a su juicio esa era la compañía más grande e importante del mundo después de haber editado a Duke Ellignton, Tony Bennet o Doris Dale. A priori tenía fácil el vínculo con la Tamla Motown porque su padre era muy amigo de la hermana de Berry Gordy, el fundador de la factoría de Detroit, pero él pensaba que Aretha solo podía despegar si su carrera se iniciaba fuera de la ciudad de los automóviles”, explicaba Nacho Álvaro en Efecto Doppler sobre unas palabras que recoge la biografía no autorizada escrita por David Ritz, Aretha Franklin. Apología y martirologio de la Reina del soul, de su hermano, Cecil Franklin.

“Enamoraba por su talento a productores, arreglistas y músicos. Leemos que querían encauzarla hacia el rithym and blues, aunque ella era puro blues y jazz. Eso no importó para que los grandes sellos se fijarán en esta adolescente, por ejemplo la RCA ya le había echado el ojo recomendada por Sam Cooke, pero Columbia se anotó el tanto”, cuenta Álvaro, Patillas DJ, sobre este libro. “En ese momento, tenía el objetivo centrado en el público afroamericano y quizás podían aprovechar este fichaje para hacerse con este target, sin descuidar, eso sí, el mercado mayoritario por lo que le recomendaron interpretar canciones como “The over rainbow” y de paso rendir homenaje a Judith Garland”.

El respeto de Redding

Aretha Franklin cambió totalmente el sentido de la canción “Respect” que había escrito e interpretado Otis Redding y la convirtió en un himno femenista. Si en la original, el cantante exigía “a su mujer un poco de respeto al volver a casa”, la reina del soul cambió los roles de los personajes y pasó a ser “un tirón de orejas al machito dominante. Lo nunca visto en el terreno del soul. Su versión tuvo más éxito que la Reading, prácticamente la eclipsó y a Otis no debió hacerle gracia el asunto porque desde entonces siempre se refería a Aretha como esa chica que me robó la canción”, explicaban Ricardo Aguilera y Elena Gómez en Música con subtítulos de Radio 3.

De Alabama a Nueva York

Corría el año 1967, cuando Aretha Franklin fue a grabar “I’ve never loved a man (The way I love you)” en los estudios de Muscle Shoals en Alabama “bajo la atenta mirada de su marido, el iracundo Ted White, que no soportó que aquel estudio lleno estuviera lleno de músicos blancos, también había algun negro como Bobby Womack”, contaba el Dr. Soul en un programa especial dedicado a repasar la trayectoria de la reina del soul en Atlantic Records en Sonideros de Radio 3.

Su marido no soportó que uno de los músicos blancos ofreciera cerveza de su botella a Aretha y él montó en cólera. “White, que era un negro ilustrado del norte, no comprendía que esos blancos paletos, que eran los sureños, que confraternizaron de esa manera tan directa con el séquito que acompañaba a Aretha”, explicaba Lapuente.

White le dijo a “Jerry Wexler (el productor) que se llevaba a su mujer a Nueva York y dejaron de grabar en Muscle Shoals”, añadía el crítico musical en Sonideros. Tenían previsto grabar un álbum completo y “Wexler no tuvo más remedio que aceptarlo y se llevó a todos los músicos de Alabama a Nueva York a los estudios de Atlantic, para grabar al menos alguna otra canción” como “Do Right Woman, Do Right Man”.

De la cara B, a la cara A

“I say a little prayer” se trata de una canción compuesta por “el tándem Burt Bacharach y Hal David. Hecha específicamente para Dionne Warwick, aunque se conoce mucho más la versión realizada por Aretha Franklin en 1968 que apareció al principio como cara B del sencillo The House That Jack Built, pero a los DJs les gustó tanto la versión de Aretha que dieron la vuelta al single y vendió pues un millón de copias pasando a ser uno de los temas de referencia”, contaba Manolo Fernández en Toma uno de Radio 3 en el programa homenaje unos días después del fallecimiento de la reina del soul.

Los álbumes escondidos

La diva (1979), Almighty Fire (1978) y Most Beautiful Songs (1977) son los tres últimos discos que Franklin publicó con Atlantic Records. “Son probablemente uno de los secretos mejor guardados de la historia del soul, discos descatalogados, imposibles de encontrar en formato digital, que ni siquiera se han reeditado en la caja de 19 CD The Atlantic Album Collection, que supuestamente recopila toda su discografía en el sello de los hermanos Ertegun: parece ser que la propia Aretha era la depositaria de los derechos sobre estos trabajos y, tras su muerte, será decisión de sus herederos el destino inmediato de esas grabaciones que muy pocos aficionados conocen y valoran como se merece”, reflexionaba Luis Lapuente en el espacio Píntalo de negro de Radio 5, donde el crítico musical recoge historias del soul.

Dr. Soul destaca las canciones “It's Gonna Get A Bit Better” del LP La diva que la define como “gospel disco de la mejor escuela que podría haber interpretado la mismísima Gloria Gaynor y hoy sería indiscutible en el canon de la música disco, por desgracia, Van McCoy (el productor) murió antes de haber publicado este álbum hermoso de Aretha Franklin”.

Este es unos de los álbumes que están “injustamente infravalorados”, señala Lapuente. “Producido por Van McCoy que había firmado antes el instrumental “The Hustle”, uno de los himnos inmortales de la era disco. La asociación de ambas estrellas funcionó a la perfección y la diva se 'padalea' de principio a fin como uno de esos tesoros que sorprenden en cada esquina a los buenos aficionados a la música negra”.

Queen of soul, la última recopilación

El Sótano de Radio 3 homenajeaba a Aretha Franklin en las navidades de 2018 a través de un repaso a su última compilación Queen of soul. Se trata de un doble álbum que recoge sus grandes éxitos de la etapa de Atlantic junto a pieza inédita y por el otro el último trabajo de Aretha, “A brand new me”, grabado con la Royal Philarmonic Orchestra y editado en 2017. Diego R. J. rememoró a la reina del soul con algunas de sus canciones más conocidas como “I say a little prayer” o “Baby I love you”, sobre esta última recordó que fue inmortalizada “en el cine cuando Scorsese la incluyó en la banda sonora de su clásico Goodfellas