Rosa Montero: "Hay que normalizar la rareza. Todos somos raros"
- "Te odian con la misma arbitrariedad con la que te aman"
- La escritora habla de sus inicios, el éxito y la salud mental
Rosa Montero es autora de La hija del caníbal, Historia del rey transparente o La ridícula idea de no volver a verte. Ha sido premiada recientemente con la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes y con el Premio Especial de Ojo Crítico de Radio Nacional de España a su trayectoria.
En una de sus últimas columnas para el diario El País escribe "Creo que sólo hay tres temas fundamentales de los que hablar: la muerte, el sentido de la vida, si es que tiene alguno, y el porqué del mal y del dolor". Sobre la muerte, aclara que hace unas semanas se vio metida en el compromiso de desmentir su propio fallecimiento, que había sido falsamente publicado por un periodista italiano y asegura que "en esto de las redes estamos muy indefensos", ya que no pudo denunciar este acto.
Sus comienzos
Antes de su primera aparición televisiva en 1979 en TVE (que se conserva en el Archivo de Radio Televisión), trabajó durante el franquismo en las llamadas "tele revistas". Allí se encargaba de hacer reportajes cortos durante la temporada de verano del año 74, y recuerda divertida una de sus primeras entrevistas metida en una piscina. "Eran reportajes estúpidos completamente", confiesa.
Sus inicios como periodista no fueron fáciles, pues tuvo que lidiar con situaciones sexistas e "hirientes" a las que trataba de hacer frente poniendo límites a los publicistas. "O te revolvías o te pisaban", sentencia al referirse a su manera de afrontar el paternalismo que recibía.
"Te preguntaban cosas alucinantes, de machistas. Era una época muy asfixiante para ser mujer. Yo nací en el franquismo, era lo que conocía. Ese mundo tan estrecho, tan sexista, tan limitador. Lo vas viviendo como algo que conoces desde la infancia y como algo casi normal", comenta.
Pero ella ha insistido en "romper" con esa "normalidad" a pesar de que a día de hoy todavía tengamos que seguir agrandando esos límites. "Lo estamos viendo ahora con el caso Rubiales, ¿no? Algunos dicen que no es para tanto, pero es que eso no es normal", subraya Montero.
Poniendo la salud mental sobre la mesa
En 2021 escribió un artículo de fin de año en El País, que titulaba "Saliendo poco a poco del armario", refiriendose a la salud mental. Esa que con la pandemia se vio aun más debilitada en muchos, y a la vez más visibilizada. De aquel momento malo, de sufrimiento, salió algo muy bueno, aunque Montero dice temer por si la sociedad termina retrocediendo sin haber normalizado lo suficiente la importancia de cuidar la mente.
"Los desequilibrios de salud mental forman parte esencial de lo que es el ser humano. No, la normalidad no existe. Nos dicen que lo normal es equivalente a lo más habitual, a lo que todos hacen. Pero es mentira esa palabra. La normalidad no es más que un marco de referencia que es cultural, un marco normativo y no debe de haber ni una sola persona que lo cumpla plenamente", aclara apoyándose en un estudio de la Universidad de Jaén de 2018 en el que decían que la normalidad no es más que la media estadística de un montón de posiciones distintas frente a un fenómeno o circunstancia.
"Hay que normalizar la rareza. Somos todos raros y eso es lo normal, ser raro en diferentes cantidades y condiciones", declara Rosa, mientras cuenta que ella padeció durante 15 años trastornos de pánico y lo justifica con un anuncio de la OMS previo a la época de la pandemia que decía que "Una de cada cuatro personas tendrá problemas psicológicos en algún momento de su vida".
No solo es importante visibilizar los problemas de salud mental, sino también aprender a cuidarse y hacerles frente. Así, la periodista comenta que "Una de las cosas que tienes que aprender como escritora o como escritor, es a hacer una especie de gimnasia mental saludable. Lo mismo que hacer una gimnasia para que no se caigan los glúteos, pues tienes que hacer gimnasia para que no se te caiga el ánimo, para reírte y para no perder el camino. Puedes hacer cosas que te pueden ser muy útiles. Yo por ejemplo, no leo las críticas, ni las buenas ni las malas".
Cada vez que publica un libro o una columna recibe muchas opiniones al respecto. Un terreno que a veces puede ser pantanoso a la hora de digerir, para lo que aconseja tener un buen tejido afectivo, de amistades, que te cubra.
La ambigüedad del éxito
Tenía solo 26 años cuando el periódico El País la lanzó al estrellato. Rosa Montero se puso de moda junto a otros jóvenes periodistas y recibió una ola de amor a la que siguió otra de odio. "Al ser un personaje público también te odian y te detestan con la misma arbitrariedad con que te aman", comenta. Y esa ambigüedad le produjo, además de ataques de pánico, plantearse la decisión de aparcar el periódico un tiempo para que la gente se olvidase de ella.
Fue entonces cuando asumió la dirección del suplemento dominical de dicho periódico, aun con miedo, por tratar de romper el techo de cristal que en aquel entonces amenazaba a las mujeres.