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Amelia Earhart, la primera piloto que sobrevoló el Atlántico

Noticia Saber y Ganar 

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Amelia Earhart, la primera mujer piloto en cruzar el Atlántico
Amelia Earhart, la primera mujer piloto en cruzar el Atlántico

‘Saber y ganar’ siempre quiere recordar a personajes históricos que, con su vida y sus acciones, marcaron un antes y un después. Hoy posamos la mirada sobre Amelia Earhart, la primera mujer piloto que sobrevoló el Océano Atlántico en solitario y sin escalas. Lo hizo en 1932, después de trabajar como enfermera para la Cruz Roja durante la I Guerra Mundial y quedar enamorada de la aviación. Cuando quiso dar la vuelta al mundo con su aeroplano, desapareció y nunca se supo sobre lo que le ocurrió. Esta es su historia.

Una niña inquieta que se enamoró de los aviones

El 24 de julio de 1897 nacía en Kansas la joven Amelia Mary Earhart en el seno de una familia acomodada. Ya de pequeña mostró ser muy diferente a las otras chicas: le gustaba subirse a los árboles y realizar actividades físicas que eran más propias, en la época, de chicos. Tras pasar una infancia un tanto complicada debido a los cambios de hogar constantes y al alcoholismo de su padre, Amelia decidió enrolarse como voluntaria para la Cruz Roja en Toronto durante la Primera Guerra Mundial. Junto a su hermana, llevó labores de enfermería y descubrió la que sería la pasión de su vida.

Un día fue de visita al campo del Cuerpo Aéreo Real y allí fue donde quedó prendada del mundo de la aviación. Un tiempo después, en 1920, asistió a un espectáculo aéreo en Long Beach (California), y allí fue cuando tuvo claro que quería dedicarse a volar. Tal y como ella dijo tras un vuelo de diez minutos en un biplaza por encima de Los Ángeles, “Tan pronto como despegamos sabía que tendría que volar de ahora en adelante”.

Retrato de la aviadora estadounidense Amelia Earhart.

Retrato de la aviadora estadounidense Amelia Earhart. EFE

Una estrella de la aviación

Amelia comenzó a instruirse en el mundo de la aviación y en 1922 consiguió su primer récord al altitud: voló a 4267 metros de altura. Poco a poco, comenzó a hacerse un nombre dentro del sector y promovió que las mujeres participasen, pero fue en 1928 cuando se convirtió en toda una estrella mediática al convertirse en la primera mujer en cruzar el Atlántico como piloto de una aeronave.

En 1932 consiguió otro hito: ser la primera mujer en cruzar el Atlántico sola. Con aquel trayecto consiguió, además, ser realizar la distancia más larga volada por una mujer sin parar, ser la que lo hacía en menor tiempo y ser la única persona en hacerlo dos veces.

A esta aventura le siguió la de cruzar el Pacífico, algo que ya habían intentado 10 pilotos y que murieron sin conseguirlo. Amelia Earhart no solo lo logró sino que se llevó las felicitaciones del presidente Roosevelt. Su nombre estaba en lo más alto en el mundo de la aviación y los medios de comunicación no dejaban de prestarle atención.

Amelia Earhart a los mandos de uno de los aviones que pilotó durante su vida

Amelia Earhart a los mandos de uno de los aviones que pilotó durante su vida AFP PHOTO / FILES

Una desaparición que sigue siendo un misterio

Ávida de seguir manteniéndose en la cúspide de su carrera, Amelia planeó un nuevo viaje aún más ambicioso: una travesía alrededor del mundo. Despegó junto a Fred Noonan en 1937 desde Miami y se dirigió a Puerto Rico; tras bordear Latinoamérica se dirigió a África y de allí al Mar Rojo, Pakistán, Singapur y Bandung. Su siguiente objetivo era Australia pero nunca llegó.

Cuando sobrevolaba la isla de Howland, hizo su último contacto por radio reportando que no veía por donde volaban y que la gasolina se le estaba acabando. Después se perdió el contacto con la aeronave. La desaparición del avión fue un tema que copó los titulares y llevó a una búsqueda intensiva de más de 15 días, pero no se encontró nada. Un año después, Amelia Earhart fue dada por muerta de forma oficial.

Sin embargo, hay muchas teorías sobre qué fue de ella y una de las que toma más fuerza es la de que sobrevivió al accidente y que vivió como náufraga, junto a su compañero, en la isla Nikumaroro. Los restos óseos encontrados en el lugar, así como pedazos del fuselaje del avión, ropa de aviación y otros enseres dan base a esta versión del final de sus días. Sea lo que fuere lo que le pasó, de lo que no hay duda es de que Amelia pasó a la historia por los logros conseguidos y que a día de hoy es toda una leyenda.