El Conquistador: ¡Tremenda bronca a cuenta de las tarántulas!
- La polémica saltó en los últimos segundos de la prueba de las cacatas
- Así ha sido el programa 2: ¡Cuatro concursantes fuera de El Conquistador!
El Conquistador es salvaje y se convive con la naturaleza en estado puro. El programa 2 empezó fuerte. Los concursantes tenían que vencer el miedo a las cacatas, una especie de tarántula araña enorme. La tensión, el miedo y las ganas de permanecer en el programa una semana más y dormir en un colchón después de cenar, dispararon la competitividad y llegó la primera gran bronca entre equipos.
Cesc Escolà estalla
En plena cuenta atrás de la prueba de inmunidad de las Cacatas, el capitán de los Yocahu, intentaba introducir uno de los animales en el cesto, cuando Finito (Corocote) chocó con él. Cesc Escolà metió la última tarántula en el cesto, pero ya estaba fuera de tiempo.
Este incidente hizo que los ánimos se caldearan entre los Corocote (equipo mixto) y los Yocahu (el grupo de hombres) con acusaciones de placaje por parte del equipo rojo, que aseguraba que el empujón fue el motivo por el que Cesc metió la cacata fuera de tiempo. Por su parte Finito, que chocó con Cesc, aseguraba que se resbaló al no tener el calzado apropiado.
En la ceremonia tras el juego, se repitieron las acusaciones entre ambos equipos, sin embargo, la discusión se dio por finalizada cuando Raquel sentenció que la última tarántula de Cesc no computaba al estar fuera de tiempo.
Pero la tensión no remitió, y Cesc, el capitán Yocahu, aseguró que una de las cacatas de los Corocote estaba muerta, algo desmentido por los presentadores. Los Corocote consiguieron finalmente la victoria con 17 cacatas, una más que los Yocahu.
"Pichi Pichi", el soplido arácnido
Otra cuestión que levantó ampollas fue cuando hubo que desplazar a las cacatas para que avanzaran por un tramo. Raquel tuvo que vigilar atentamente a que los participantes no movieran a las cacatas con soplidos fuertes que les hicieran moverse. Euxebi y Montoya fueron llamados la atención y el andaluz alegó que hablaba a las cacatas diciéndoles "Pichi pichi" y no soplándolas. Algo que no convenció a Raquel que tuvo que advertir a varios participantes de actitudes no apropiadas.