Ruta de 'A Esmorga': Tras los pasos de Cibrán, Milhomes y Bocas
- Descubre el itinerario por los escenarios urbanos de la novela
- Disfruta de A Esmorga, la adaptación de la novela de Blanco Amor, en RTVE Play
La novela fue publicada en Buenos Aires (Argentina) ante la negativa del regimen franquista de permitir que circulase libremente las fechorías de Cibrán, o Bocas e o Milhomes en una noche de fiesta por los alrededores de Auria, la ciudad literaria con la que Eduardo Blanco Amor reelaboró desde la distancia su lugar natal, Ourense. “En una de sus novelas habla de que recrea el ambiente. Lo que pasa es que sabemos que además del ambiente, también recrea escenarios y lugares reales del libro”, explica José Ramón Gómez, técnico de turismo de la oficina de Ourense.
Una iniciativa del Club Alexandre Bóveda
Con el fin de fomentar y aumentar la lectura, de una de las obras cumbre de la literatura gallega, el Club Alexandre Bóveda en colaboración con el Concello de Ourense realizó un itinerario por los escenarios urbanos de la novela y las cerámicas de Manolo Figueras anuncian cada lugar emblemático. “Son ocho placas y una novena en la casa donde vivió Blanco Amor, placas que hacen referencia a lugares mencionados específicamente en A esmorga. Y Manolo Figuera recrea, con un pequeño elemento artístico, esa escena que aparece representada en esa placa”.
La taberna de la Tía Esquilacha
Aunque esta ruta se recrea sobre todo en la parte urbana de la ciudad, este paseo literario comienza en una antigua entrada de la ciudad, en concreto en la Taberna de La Tía Esquilacha. Cibrán, un peón, se dirige al trabajo cuando se encuentra al Bocas y al Milhomes, que ya vienen de parranda. Ellos quieren continuar la fiesta y van a hacer todo lo posible para convecerle. En principio se resiste, pero luego acepta. Y en ese lunes lluvioso, día de feria, comienza la esmorga.
As Burgas
Los tres amigos llegan al viejo lavadero para degustar y beber lo que había sido robado por Milhomes en la taberna. ¿Por qué sitúa Blanco Amor a los protagonistas en este lugar? En las páginas de A esmorga se recoge una tradición literaria comenzada por Valentín Lamas Carvajal, en su libro Os graxos da Burga, que consiste en “llevar a este lugar gente de baja condición o de un estrato social determinado”, argumenta el técnico.
Fuente de San Cosme
Tras abandonar las Burgas, Milhomes propone a sus amigos ir al Pazo de Castelo, en las afueras, a visitar a un familiar suyo que está fabricando aguardiente en el pazo. Una vez allí, en un estado de embriaguez comienzan a pelearse desencadenando un accidente fortuito que provoca el incendio de la edificación.
Huyen apresuradamente y llegan a Auria. En la ciudad buscan amparo en las distintas tabernas, sin embargo, se encuentran con la negativa de los dueños. Por lo que sacian su sed en San Cosme, la tercera parada del itinerario. No obstante, la fuente que hoy podemos contemplar “no es la misma que verían los esmorgantes cuando llegaron porque esta es una obra moderna”, indica José Ramón Gómez.
Callejón de Pena Vixía
“Como dice en la novela los esmorgantes deciden asoparar” en este espacio poco conocido del casco antiguo, que probablemente deba su nombre a “la presencia de un elemento rocoso y algún elemento de vigilancia”. Un enclave situado a medio camino entre la Casa de la Monfortina y la Casa de Nonó.
Plaza del Corregidor
“Al final ya se les acaban los lugares donde esconderse. Y optan por ir al hogar de uno de los esmorgantes que reside en una de las calles que contiguas a Corregidor, la Rúa de Grebacus”, resalta. Y teniendo en cuanta como iban los acontecimientos deciden que la mejor opción es desaparecer.
Fuente del Rey
Cibrán, Bocas y Milhomes optan por ir a un mesón de las afueras para seguir de fiesta, protegerse del frío y salvaguardarse de la lluvia. Mientras, los amigos se refugian en el confesionario de la Iglesia, que estaba abierta a causa de la Adoración nocturna. ¿Por qué ese lugar? Por la “presencia de un policía que podría descubrirlos”, ha indicado el técnico. Allí siguieron bebiendo el alcohol que anteriormente había sido robado.
“Esas botellas de aguardiente les animó el cuerpo” y además, les obligaba a soltar lo que habían ingerido por lo que recalaron en la Fuente del Rey. De esta obra solo se conserva el caño de una fuente de “la que ya no brota agua ni hay pía”.
Lamas Carvajal
Después de su paso por el Mesón do Roxo, los esmorgantes atraviesan la calle, que lleva el nombre del autor gallego, en dirección a la Alameda. Una placa colocada estratégicamente para explicar al lector la travesía de Cibrán, Milhomes y Bocas. “Ellos pasaron por la Plaza Mayor. Pero, no llegan a cruzarla, sino que se desvían por otro lugar”, resalta José Ramón Gómez.
La Alameda
Punto final de la ruta. Tras realizar su penúltima fechoría, los amigos se dirigen a la estación, destino al que nunca llegarán. Ellos quieren huir a Monforte o Asturias para trabajar en las minas, pero un conocido les avisa para que no vayan a la estación pues allí les busca la Guardia Civil. En consecuencia, optan por comprar las dos últimas botellas de aguardiente, y bebiendo, se dirigen al Campo das Bestas, el basurero de la ciudad donde les espera un trágico final.