Julio Iglesias: así vivió el secuestro de su padre por parte de ETA, del que se sintió culpable
Julio Iglesias e Isabel Preysler se separaron en 1978, tras siete años de matrimonio y con tres hijos en común. Las infidelidades del cantante cruzaron el Atlántico y ella no pudo más. Tras el divorcio, él se instaló en Miami y ella se quedó en Madrid con Chábeli, Julio José y Enrique. El cantante se centró entonces en la música y, como dice su hija, se olvidó de vivir. Durante años trabajó duro para lograr éxito en todo el mundo, logrando lo que pocos han logrado: una meteórica carrera sin precedentes.
Su leyenda dice que de 1979 a 1982 fue el artista que más discos vendió en Estados Unidos y que de su disco Hey! llegó a vender más de 20 millones de copias en todo el mundo. Julio Iglesias se forjó una sólida carrera como artista y amasó una fortuna sin precedentes. Para hacernos una idea: fue la primera estrella pop mundial y un pionero del branding que con la campaña que hizo con Coca-Cola cobró más que Michael Jordan o Michael Jackson. Era la viva imagen del éxito, el espejo en el que se miraban los que, como él, soñaban con una vida mejor, con una vida de millonarios.
La fortuna de Julio Iglesias
La prensa se hacía eco de sus logros y apostaba por suculentos titulares sobre su fortuna: se decía, entonces, que se había embolsado 3000 millones de pesetas solo con los royalties. En una entrevista en Televisión Española, Iñaki Gabilondo le preguntó si sabe cuánto dinero tiene. El cantante enmudeció, pero el periodista le dejó claro que no quería saber qué cantidad tenía en el banco, que tan solo quería preguntarle si sabía el dinero que tenía. Julio respondió con sinceridad. “No sé cuánto dinero tengo”.
La fortuna de Julio Iglesias le abrió la puerta a una vida inalcanzable para la mayoría de la gente, pero también se mostró su cara más amarga. El 29 de diciembre de 1981 su padre, el doctor Iglesias Puga, sale de casa en su Renault 5 azul metalizado. Se dirige a su despacho en la clínica, pero nunca llega. El coche aparece aparcado justo enfrente. Él desaparece. Las alarmas no tardan en saltar y es Isabel Preysler quien da la noticia a Julio, que está encerrado en su estudio de grabación, en Miami.
Su padre, secuestrado por ETA
ETA ha secuestrado a su padre y él se siente culpable. Adora a su padre, un hombre vitalista, alegre y feliz, un pilar en su vida que ahora puede perder. Emite un comunicado pidiendo a la banda terrorista que se ponga en contacto con él o con su hermano y la policía centra sus esfuerzos en liberar al retenido. Lo encuentran en Trasmoz, Zaragoza, y lo liberan el 19 de enero de 1982. "Gracias a la policía estoy vivo", dice al ver la luz.
El secuestro afecta a toda la familia. "Fue un trauma, nos pilló de sorpresa y nos cambió la vida", dice Chábeli sobre ella y sus hermanos. Tienen 10, 8 y 6 años y no terminan de comprender la dimensión de lo que está pasando. Éramos unos niños normales que iban al colegio andando y pasamos a llevar escolta". Y las cosas empeoraron. "Mi madre recibe una carta especificándole que pueden secuestrar a uno de nosotros".
Los niños, a Miami
Sus padres mueven ficha y deciden que los tres niños se instalen en Miami, con su padre. Ellos no lo viven de forma traumática, al contrario. "De un día para otro estábamos en Estados Unidos y la vida era increíble", dice Julio José. Normal que se lo pareciese. ¿Qué niño puede contar que en su casa se cruzaba cada día con Michael Jackson y Diana Ross?
Tras el secuestro, el doctor Iglesias Puga decide pegar un giro a su vida. Se separa de María del Rosario, tras cuarenta años de matrimonio y vida en común. Al poco presenta a su nueva novia, Begoña. una joven 39 años más joven que él. El romance no termina bien y cuando rompen conoce a Ronna Keith, su nuevo gran amor. Les separan 48 años, pero esto no es un impedimento para sus planes. Se casan y al poco nace James, su primer hijo. Su felicidad crece con el anuncio de la llegada de otro bebé. Será Ruth, pero Papuchi no podrá conocer a su hija. Murió poco antes de que la niña naciera, un 19 de diciembre de 2005. Tenía 90 años.