La buena estrella, la película que cambió el cine español
- Antonio Resines, Maribel Verdú y Jordi Mollà hicieron historia con esta película
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La película La buena estrella marcó un punto de inflexión en el cine español, que comenzó a interesarse por historias muy emotivas, sinceras, por mostrar la verdad, aunque fuera dolorosa: los siguientes años arrasaron títulos como Los amantes del círculo polar, Solas, El bola. Antonio Resines, Maribel Verdú y Jordi Mollà convencieron a la crítica y al público, y los tres lograron nominaciones a los Premios Goya, aunque tan solo uno se lo llevó. La película se estrenó en 1997 y fue el penúltimo trabajo de Ricardo Franco. Tuvo tanto éxito que todos los actores, fascinados con la historia de la tuerta, el guapo de cara y el manso (Marina, Daniel y Rafael) querían trabajar con él.
La historia de la película
La buena estrella está inspirada en un hecho real, la de un hombre castrado que, tras descubrir que su mujer le es infiel, mata al amante. Pedro Costa se embargó en el proyecto de hacer la película y se la ofreció a Juanma Bajo Ulloa. El vasco ideó una historia oscura y violenta, que no llega a rodarse por las discrepancias entre productor y director. Es entonces cuando se recurre a Ricardo Franco, que se entrega al proyecto con libertad y pasión, dando forma a una película muy distinta a la de Juanma Bajo Ulloa. "Es una película muy romántica sobre historias muy prosaicas", decía.
Lo que cuenta la película
Rafael, un carnicero que quedó castrado tras tener un accidente, es un hombre tranquilo de vida solitaria. Pero todo cambia cuando conoce a Marina, una joven tuerta maltratada por su amante, Daniel, del que está embarazada. Rafael la acoge en su casa, cuida de ella y del bebé, una niña a la que llaman Estrella. Los tres viven felices durante tres años, hasta que Daniel aparece en su casa y rompe la tranquilidad de sus vidas. Está herido y enfermo y Rafael accede a que viva con ellos para no perder a Marina. Su presencia pone en riesgo las vidas de la pareja, que no pueden detener la caída al abismo.
El 'baile' de personajes
Se dice que los actores buscan a los personajes y eso fue lo que hizo Maribel Verdú. Entusiasmada con la historia de la tuerta, persiguió al director hasta lograr el papel, y eso que Ricardo Franco no lo tenía claro. "Me dejé llevar por ese personaje, me parecía tan auténtico, tan noble", decía a RTVE. El papel de El manso lo borda Antonio Resines y resulta casi imposible pensar en que pudo interpretarlo Jordi Mollà, ya que primero se lo ofrecieron a él. "A mí me gustó mucho más el quinqui. Defender este personaje es muy fácil, si lloras por él es porque en el fondo tiene un buen corazón", decía al actor. La risa que le 'regala' a Daniel es una de las características más especiales del personaje.
El manso marca un antes y un después en la vida de Antonio Resines, que pudo mostrar un registro muy distinto del que nos tenía acostumbrados, saltando de la comedia al drama. "Me gustó la historia, que es un tío que es buena persona", dijo. Elvira Mínguez, Ramón Barea, Clara Sanchís y Paco Marsó, que hace un cameo, completan el reparto.
La película se rodó casi entera en Madrid, en lugares de la Arganzuela, el Retiro, el barrio de Salamanca y el barrio de Tetuán. Tan solo algunas escenas se rodaron en Villalengua de la Sagra, Toledo.
Premios y reconociemientos
Antonio Resines ganó el Goya a mejor actor, categoría en la que también estaba nominado Jordi Mollà. Maribel Verdú también estaba nominada, pero no se lo llevó: se lo arrebató Cecilia Roth por Martin (Hache). De las siete nominaciones que recibió la película, todas principales, ganó en cinco categorías: a la de Resines se sumaron las de mejor película, mejor director, mejor música y mejor guion. El Goya 'musical' fue para Eva Gancedo, que volvería a trabajar con Ricardo Franco en su siguiente película, Lágrimas negras. El guion de la película lo escribió Ricardo Franco en colaboración con Ángeles González-Sinde.
Frases más impactantes de la película
Rafael: Yo no quiero que te vayas, Marina, y la idea de perder a Estrella me parte por dentro. Pero, ¿qué quieres que haga? Vosotras dos sois lo único que me importa en el mundo, pero no sé qué hacer. Tengo un nudo aquí que no sé qué hacer. Yo soy un hombre. Un hombre herido, mutilado. Pero soy un hombre.
Marina: Estos años contigo han sido lo mejor de mi vida. Pero el día que quieras que me vaya seguiré pensando que has sido el hombre más bueno del mundo.
Hay momentos muy emotivos, otros muy crudos y otros terroríficos. Rafael tiene una escopeta en las manos cuando mira fíjamente a Daniel y le apunta. "Estaba pensando lo fácil que sería pegarte un tiro y enterrarte por aquí. Nadie te encontraría, porque entre otras cosas, nadie te iba a echar de menos", le dice. El guion es sobresaliente, las interpretaciones son sensacionales y el conjunto es soberbio. Las decisiones que toman los personajes los llevan hasta el extremo, emocional y físico. El desenlace de la película, cargado de dramatismo, es difícil de superar. La música de Eva Gancedo potencia el dramatismo y carga las imágenes de emoción.
Ricardo Franco
Una de las razones por la que Pedro Costa le encargó la película a Ricardo Franco, que era primo del escritor Javier Marías, fue por el trabajo que este hizo en varios capítulos de la serie La huella del crimen. Para el productor pesó, y mucho, la soltura y acierto que el director tuvo con la crónica negra y el true crime. Tras rodar y arrasar con La buena estrella, Franco se lanzó al que sería su último trabajo, Lágrimas negras, con Fele Martínez, Ariadna Gil y Elena Anaya. Franco murió antes de terminar la película y Fernando Bauluz fue quien la remató. En RTVE puedes disfrutar gratis de una colección de contenidos de Maribel Verdú.