Seis secretos de la ciudad de Nueva York: ¿Por qué ya no se puede subir a la antorcha de la Estatua de la Libertad?
- La ciudad de Nueva York esconde secretos por todas partes, sólo hay que saber dónde buscar
- En la serie documental En busca de secretos -disponible en RTVE Play- nos desvela los secretos de la Gran Manzana
La serie documental En busca de secretos -ya disponible en RTVE Play- nos demuestra que Nueva York es más de lo que se ve a simple vista. Seis expertos nos desvelan algunas de las historias ocultas más notables de la ciudad. Desde el atentado terrorista de 1916 que dejó un legado duradero en la Estatua de la Libertad hasta un secreto en el sótano del famoso Club 21, pasando por la sorprendente historia de una isla desierta en el East River.
Un segundo mirador en la Estatua de la Libertad
¿Por qué ya no se puede subir a la antorcha de la Estatua de la Libertad? En su día era un segundo mirador que ofrecía vistas memorables.
Encontramos una pista observando la costa de la ciudad en un antiguo mapa. Al norte está la isla de Ellis, en el extremo sur de lo que hoy es el parque Libertad, había una isla, llamada Black Tom. Durante la 1ª Guerra Mundial, la noche del 29 de julio de 1916, voló por los aires el depósito de armas de la isla de Black Tom. La explosión fue tan colosal que alcanzó 5,5 en la escala de Richter.
Al estallar la bomba, la metralla golpeó la parte trasera de la Estatua de la Libertad afectando al brazo, que se dobla hacia atrás hasta la corona. Aunque fue reparado, la estructura se cerró al público por motivos de seguridad. Por eso ningún turista ha subido a la antorcha desde 1916. Otra consecuencia de aquel ataque, fue la creación del FBI, la principal agencia de inteligencia, para prevenir e investigar actos terroristas.
Puertas secretas para burlar la ley
Sophia Loren, Frank Sinatra, Marilyn Monroe…todos pasaron por una de las salas de fiestas más exclusivas de Manhattan, el Club 21 de la calle 52 de Nueva York. Un lugar que guarda un secreto fascinante en el sótano. Solo hay que bajar las escaleras para encontrar una puerta secreta de 2000 kilos. ¿Por qué hay una puerta oculta en el sótano de este famoso y antiguo restaurante?
En los años 20, la ley Volstead, también llamada Ley Seca, declara ilegal la fabricación, venta o transporte de alcohol. Una ley muy cuestionada que la gente ignoraba para seguir bebiendo en bares ilegales. Para que la policía de Nueva York no cerrara esos locales clandestinos, sus propietarios tiraron de ingenio. Jack Kriendler y Charlie Berns, propietarios de el Club 21, instalan en 1930 una puerta secreta de dos toneladas que daba acceso al local de al lado, en el 19 de la calle 52.
También colocan estanterías plegables detrás de la barra, para esconder las botellas de alcohol al instante. Consiguieron ofrecer un lugar seguro para la flor y nata de la sociedad neoyorquina, donde pudieron beber con seguridad.
Un pedazo de roca gigante donde debería haber una casa
Cuando paseas por los barrios del norte de Nueva York puedes encontrarte con una roca enorme encajada entre dos edificios, como ocurre la 181 con la avenida Bennet. En 1807, a medida que crecía la ciudad y la población, se quiso poner orden y crearon el plan urbanístico de 1811. “2000 manzanas desde la calle Houston a la 155. Desde el East River al río Hudson. La idea general era implantar un poco de lógica y que moverse por la ciudad resultara algo más racional”, detalla la historiadora Cynthia R. Copeland.
A medida que se fue avanzando hacia el norte, John Randall, el topógrafo encargado de marcar las futuras intersecciones de las calles se topa con un problema: el esquisto de Manhattan. Unas densas rocas que se formaron hace más de 400 millones de años y son parte del lecho rocoso de Manhattan. John no fue capaz de insertar la marca de mármol en estas rocas y usó una barra de hierro para marcar el lugar donde quería que estuviera la siguiente intersección. Este hito de la medición usado en 1811 se puede ver hoy en día en Central Park.
A día de hoy, aún encontramos mucho esquisto de Manhattan al descubierto e integrado en el paisaje.
¿Por qué sale vapor de las alcantarillas de Nueva York?
Hace 140 años en la calle Pearl, en el distrito financiero de la Gran Manzana, no había un banco, ni un edificio de oficinas, sino una central eléctrica. La primera que construyó en Estados Unidos en 1882 el famoso inventor Thomas Edison, una maravilla de la ingeniería moderna que utilizaba gigantescos hornos de carbón para producir vapor a alta presión y mover así las turbinas que generaban electricidad.
En lugar de dejar que el vapor de la central se desperdiciase en el aire, Edison se dio cuenta de que se podía rentabilizar como calefacción para viviendas. Aprovechando la reconstrucción de la ciudad tras un devastador temporal se enterraron todas las líneas eléctricas y de comunicación, oportunidad que aprovechó Thomas Edison instaló sus tuberías de vapor bajo tierra a un coste mucho menor. Con 350 clientes iniciales, la red de vapor e Nueva York se expande rápidamente. En los años 30, provee a más de 100.000 hogares y empresas.
Casi un siglo después, este sistema neoyorquino todavía funciona y lleva casi 11 millones de toneladas de vapor al año a algunos de los edificios más representativos de la ciudad. Más de 150 kilómetros de tuberías subterráneas se extienden bajo las calles de la ciudad.
Vaqueros cabalgando delante del tren en la Décima avenida
En la Décima avenida, en el cruce con la calle 26, hace unos cien años un tren de mercancías cruzaba por mitad de la calle. En 1846 se abrió una nueva línea de ferrocarril en la parte oeste de Manhattan para dar servicio a los numerosos mataderos que había por la Décima Avenida. Era una avenida tan concurrida que los trenes atropellaban a peatones y chocaban con los coches. Hubo tantas víctimas, que los ciudadanos la empezaron a llamar a la avenida de la Muerte.
Para tratar de solucionar el problema, en la década de 1850, el ayuntamiento contrató a decenas de vaqueros de ranchos ganaderos del oeste para cabalgar delante de los trenes. Se les conocía como los vaqueros del West Side. Como los accidentes no cesaron y llegaron a superar la cifra de 400 muertos, en 1929 se decidió elevar toda la vía férrea nueve metros por encima del suelo. En 1980 la vía elevada cierra para siempre y resucita 30 años después como parque y atracción turística donde se han instalado artistas y diseñadores de moda en las antiguas fábricas y almacenes.
El Empire State: ¿Cuánto mide?
Según Google, el Empire State, emblema de Nueva York, tiene 102 pisos. Pero el dato no es correcto, porque hay otro piso justo encima… el 103. En los años 30, muchos creen que los dirigibles son el futuro de los vuelos transatlánticos. Entre ellos, el exgobernador de Nueva York y presidente de Empire State S.A., Al Smith Junior.
Su sueño fue que el Empire State fuera una base a la que pudieran llegar los pasajeros de Europa por una entrada exclusiva en el piso 103. En busca de apoyos para su idea, Smith organiza que un dirigible con ejemplares del Evening Journal atraque en la torre y entregue su mercancía. Los fuertes vientos hicieron imposible que el piloto colocara su nave y tuvieron que bajar los periódicos con cuerdas. Smith, decepcionado, renuncia a sus planes y el piso 103 es cerrado al público.
Descubre más curiosidades y anécdotas sobre la ciudad de Nueva York en la serie documental En busca de secretos -disponible gratis y online en RTVE Play-.