Libros con mucho arte: pintura, ilustración y miradas en Página Dos
- El profesor y escritor Óscar Martínez nos habla de los cuadros que hay dentro de los cuadros en El eco pintado
- Para su 50º aniversario, la editorial Anagrama encargó a varios ilustradores el rediseño de cubiertas icónicas
Es una realidad: un libro bellamente maquetado entra mejor por los ojos. De ahí la expresión "juzgar un libro por su portada", que puede parecer frívola pero que confirma una verdad: la harmonía y el equilibrio visual nos atraen de modo inmediato. La dirección de arte en la edición de libros siempre ha tenido un peso considerable, y hoy resulta un imprescindible para comunicar y vender un título.
Para su 50º aniversario, la editorial Anagrama encargó a varios ilustradores rediseños de títulos icónicos de la colección. Camille Vannier, Violeta Lópiz o Maria Corte (en la foto) imaginaron nuevas versiones de la Lolita de Nabokov o el Wilt de Tom Sharpe. Blackie Books ha encargado cubiertas al artista barcelonés Guim Tió, y Cabaret Voltaire ha distinguido los libros de Annie Ernaux con pinturas muy identificativas del artista Gerhard Richter.
Nos citamos con el escritor y profesor de arte Óscar Martínez para que nos hable de su más reciente libro, El eco pintado (Siruela), un ensayo 'meta' ya que habla de los cuadros que hay dentro de los cuadros, las pinturas que contienen espejos y los reflejos inconscientes o literales que hay en una obra.
Por las páginas del libro desfilan maestros como Gauguin, Picasso, Sofonisba Anguissola, Van Eyck, el Greco, Van Gogh, Vermeer o Velázquez, en un interesante discurso que se trenza con la actualidad: los peligros de la vanidad, los extremismos, la emergencia climática, el feminismo.
«Para un amante de la pintura», cuenta Martínez al inicio de su libro «hay un tipo especial de imágenes que suponen un verdadero festín óptico, una fiesta de la mirada, una celebración visual. Son como cajas llenas de sorpresas o joyeros repletos de alhajas, a la espera de que nuestra mirada actúe como una llave que saque a la luz sus tesoros. Cada obra de arte, en este caso cada cuadro, es también una invitación a adentrarnos en una nueva realidad.»