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El Conquistador | Andrea se desploma ante la prueba caníbal

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El conquistador - Andrea se desploma ante la prueba caníbal

Los días pesan como semanas, meses en El Conquistador. El equipo azul amanecía un día más en el campamento infernal entre barro y mosquitos tras perder en el tronkoala. Cabizbajos atendían a la explicación de otro de los juegos más extremos: el caníbal. De pie, a la orilla del mar, entre palmeras escuchaban los detalles de Julian Iantzi y Raquel Sánchez Silva cuando, de repente y sin avisar, Andrea se desploma.

Cae al suelo como un saco, sin conocimiento, junto a los baldes de carne y sangre de la siguiente prueba y la mirada aterradora del resto de compañeros, los de su equipo y del resto. "¡Un médico! Joe, rápido", grita un desesperado Patxi Salinas, mientras el resto se agacha para atenderla. Chase levanta sus piernas, Nai le retira el pelo de la cara. Y aparece el médico con oxígeno y un amplio botiquín.

Las caras de terror se contagian. Son cinco programas ya, cinco pruebas de equipo, cinco desafíos de eliminación. Muchas noches sobre barro y demasiados días sin comer para muchos, más el calor, la humedad y los mosquitos. Julian y Raquel continúan con los detalles de la prueba. "Chicos, apartaos que está el equipo médico trabajando", insiste Raquel. Andrea Llorca, 25 años, amante del remo y el crossfit, es retirada en camilla para seguir atendiéndola a la sombra.

Terminan las explicaciones. Cada equipo carga de nuevo sus mochilas y acuden todavía más serios al lugar que les corresponde para prepararse. Los azules con la tensión añadida de no saber cómo estará Andrea. Hasta que reaparece caminando y sonriendo: "Estoy bien, tan solo ha sido el calor". Todos se acercan a abrazarla. Así es El Conquistador, los días parecen meses, los segundos pueden ser años. Lo mismo caes que te levantas con más fuerza.

"Es nuestro momento, Corocotes"

Patxi Salinas respira aliviado. Ya están todos. "Es nuestro momento, Corocotes. Hoy podemos terminar con las verdes". Y así afronta la prueba ajenos al desgaste de los días y de las tensiones internas. Hasta Finito se contagia de la energía de Patxi y pide a su hermano que se centre: "Ahora toca pensar solo en la prueba, callar y competir". La jornada que arrancaba de la peor manera posible, no podrá terminar mejor para los Corocotes, para Andrea y para Patxi. Lejos del barro, aseados y a mesa puesta. Todo es posible en El Conquistador a lo largo de una jornada.