'Historias del Kronen': Curiosidades de la película de culto de la Generación X (sexo, drogas y velocidad)
- Adaptación de la novela de José Angel Mañas que fue finalista del Premio Nadal
- Con Juan Diego Botto, Jordi Mollá y Eduardo Noriega, la película impactó en los 90
- Historias del Kronen (1995), gratis en RTVE Play
"El mañana no existe", es el lema grabado a fuego de los protagonistas de Historias del Kronen (1995). Una película en la que el sexo, las largas noches de farra y la velocidad se cuelan en cada plano. Dirigida por Montxo Armendáriz, presenta la vida llevada al extremo de unos “niños bien” de los 90. Un retrato desolador que avanza al ritmo de canciones de Australian Blonde, el existencialismo y el desprecio a las normas de unos chavales que intentan buscar algo en una sociedad que no tienen el menor interés en entender. Retan al mundo, no para cambiarlo, sino por el puro placer de romper las normas.
Su templo es El Kronen, un garito en el que los personajes interpretados por unos imberbes Juan Diego Botto, Jordi Mollá y Eduardo Noriega campan a sus anchas buscando marcha. Considerada una película de culto del cine español, con el sello indiscutible del productor Elías Querejeta, Historias del Kronen se llevó el Goya al Mejor guion, estuvo en competición en el Festival de Cannes y se convirtió en todo un símbolo de la Generación X de este país, catapultando la carrera de todos sus protagonistas.
Basado en una novela
El punto de partida de esta exitosa película, que logró muy buenos datos en taquilla, parte de la también exitosa novela de José Ángel Mañas, que llegó a ser finalista del Premio Nadal 1994 con ella. Tras acabar en manos del directo Armendáriz, transcurre muy poco tiempo desde su publicación hasta su adaptación a la gran pantalla. De hecho, pocos meses después de salir en las librerías y convertirse en un bestseller entre el público juvenil, la historia ya se había decidido hasta el reparto. Una adaptación que estuvo escrita al alimón por Mañas y Armendáriz.
La novela ya era muy visual y tenía un gran ritmo, lo que facilitó mucho su transición a la gran pantalla. Mañas se ocupó más de los diálogos, algunos completamente calcados de la novela y otros creados expresamente para la película. Lo cierto es que tradujeron muy bien el lenguaje gramatical a lenguaje cinematográfico. Un ejemplo se ve al final de la película, donde un monólogo se convierte en un video casero que muestra en primer plano a cada uno de los protagonistas.
¿Qué significa Kronen?
Tal y como explicó el director en varias ocasiones, el título de la película hace referencia al nombre de un bar en el que se juntaba siempre Carlos, el protagonista de la película, con sus amigos, para salir de fiesta y buscar dónde terminar la noche. Kronen, en realidad, es el diminutivo de Kronenburg, una marca de cerveza alemana y, según la película y la novela, estaba ubicado en la zona de Diego de León y no en Malasaña, como algunos creen.
La escena del puente, idea de Armendariz
Es una invención, una escena que no sale de la cabeza de Armendáriz, sino de su propia experiencia. El director se fue una noche de farra con los actores protagonistas de su película. La idea era tomar expresiones naturales y formas de actuar propias de sus personalidades. El resultado no pudo ser más fructífero, ya que terminaron haciendo aquella parafernalia de colgarse del puente, una gamberrada que asustó y fascinó a Armendáriz y que terminaría convirtiéndose en una de las escenas más mítica de la película.
¿Existían esos personajes?
El propio escritor de la novela dijo que Historias del Kronen era "un retrato de Madrid visto desde la ventanilla de un coche en la M-30". El Madrid de los 90, heredero deslabazado de aquella capital de La Movida en la que solo diez años antes su alcalde, Enrique Tierno Galván, lanzó aquello de “el que no esté colocado, ¡que se coloque!”, había una sensación de que todo estaba bien, o tan mal que no importaba. Era un limbo para muchos jóvenes, una epoca en la que el hedonismo y la lucha libertaria de los 80 había terminado por quedarse solo con la parte más festival. Algo que, sin duda, atraviesa también a los protagonistas de esta película, reflejo oscuro de la juventud del momento, parte de aquel realismo sucio.
Una banda sonora memorable
El tema No hay sitio para ti de la banda M. C. D. fue el tema principal de una banda sonora en el que además participaron Reincidentes, The Lox, Tribu X, Santa Fe, Inquilino comunista, Terrorvision o Hamlet. Aunque la canción que más ha trascendido, porque también nos acompañó como un artefacto de la nostalgia noventera, fueron los temas de Australian Blonde que sonaron en la película, especialmente "Chup, chup".
Lo que hoy nos chocaría
Al igual que ocurre en la novela, cuando Armendáriz traslada los personajes a la gran pantalla, el objetivo no es que sintamos demasiado cariño por sus protagonistas. Carlos (Juan Diego Botto) está retratado como una persona detestable, más que existencialismo, uno piensa, a veces, que es un auténtico sociópata. Se nos muestra esa virilidad dañina cada vez que dice eso de “pareces una nena”, “no seas maricón” o “venga, échale huevos”. Frases que lanza para ejercer su poder sobre sus amigos. Palabras que hoy día aún resuenan peor, pero que están totalmente justificadas en la recreación del personaje.
¿Qué pasó con el Kronen? Carlos 25 años después
José Ángel Mañas recuperó a su personaje más mítico en 2019 con la novela La última juerga, en la que continuaba la historia iniciada en 1994. En ella Carlos tiene 46 años. Es un agente literario de éxito y pareja de una conocida modelo. Enganchado a la heroína, los excesos le pasan factura en forma de cáncer de pulmón terminal.