MasterChef Celebrity 8 | Esto es lo que llegó a cobrar Blanca Romero en Japón por ser modelo
- El país nipón le gustó tanto a la actriz que llegó a renovar su contrato
- ¿Quién ha sido el último expulsado del programa?
Sabemos que los idiomas y Jesulín de Ubrique no se llevan muy bien. Tanto es así que durante el programa 5 de MasterChef Celebrity, Samantha Vallejo intenta que el torero diga unas palabras en francés, pero a éste se le resiste. Aunque, ya desde la galería, el andaluz confiesa que de pequeño estudió el idioma galo en la escuela aunque solo recuerda lo básico. No obstante, Pepe Dominguez se lanza a preguntarle a Blanca Romero que si a ella se le dan bien los idiomas.
Como el talent culinario la está puliendo y ayudando a florecer como contó hace unas semanas, la actriz no ha dudado en contestarle al juez en la lengua nipona: "Yo de idiomas voy bien. Hablé japonés cuando viví en Japón". Resulta que la asturiana hizo las maletas para trabajar de modelo durante un mes en el país asiático y le gustó tanto que decidió renovar su contrato para quedarse tres meses más.
"Yo estaba recién salida de Asturias. Recuerdo que todo el dinero que gané, me lo dieron de golpe al final de todo. Cogí todo el taco de yenes que era lo más gordo que había ganado yo en mi vida, de aquella", expresó Romero. Traducido a euros, la asturiana se llegó a embolsar una cantidad alrededor de 10.000 euros.
¿Qué hizo Blanca Romero con el dinero?
La historia no se quedó ahi. Tras finalizar su contrato en Japón, Blanca cogió los 10.000 euros y se fue a Tenerife. La actriz le cuenta a los jefes que ella utilizó las tradiciones de antaño: meter el dinero debajo del colchón para evitar un robo. Es evidente, que al ser uno de sus primeros pasos en el mundo del modelaje, ella era joven y "no tenía cuenta bancaria ni nada".
Sin embargo, Romero no pudo a llegar a gastarse tanto dinero. Resulta que al meterlo debajo de la cama, la actriz se lo olvidó en el hotel donde se hospedó en la isla. Ilusa, decidió llamar al hotel: "Les dije que me dejé una riñonera con 10.000 euros debajo del colchón y claro, no estaban", finalizó la anécdota con el gesto de robo con la mano.