La artista nigeriana Otobong Nkanga reflexiona sobre la tierra como lugar de vida, en Metrópolis
- La exposición ‘Anhelo de luz del sur’ puede verse en el IVAM de Valencia hasta el 7 de enero de 2024
- Los dibujos de Otobong Nkanga exploran temas como el trabajo, el hogar o la casa.
- “Otobong Nkanga” se emite en Metrópolis el 17 de octubre a partir de las 00.50h en La 2
Metrópolis ha viajado al Institut València d’Art Modern (IVAM) de Valencia, para visitar la primera exposición en España de la artista nigeriana, Otobong Nkanga (Kano, Nigeria, 1974). La muestra “Craving for Southern Light” (Anhelo de luz del sur) reúne dibujos, textiles, poemas, esculturas, objetos y performances en los que la creadora reflexiona sobre la tierra como lugar de vida y como fuente de recursos, al tiempo que cuestiona el extractivismo y los sistemas de producción.
En palabras de la artista, “el proyecto habla de la importancia del lugar de procedencia, sobre qué significa la luz en esta geografía”, en referencia al título de la exposición que cobra sentido “cuando reflexionamos sobre lo efímero”.
En este capítulo de Metrópolis, de la mano de la artista y de la comisaria y directora del IVAM, Nuria Enguita, nos adentramos en los intereses creativos de la artista nigeriana, y en concreto, en algunas de las líneas que Otobong ha ido desarrollando en la última década, momento en el que artista y comisaria se conocieron, durante la Bienal de Sao Paulo de 2013.
“Anhelo de luz del sur” podrá verse en la galería 1 del IVAM hasta el 14 de enero de 2024, y está dividida en tres salas, planteando un recorrido orgánico y emocional entre las obras.
Un recorrido emocional
La exposición “Anhelo de luz del sur” reúne una importante selección de su trabajo realizado en las últimas dos décadas e incluye dibujos, textiles, poemas, esculturas, objetos y performances, así como una instalación específica para el IVAM.
En la primera sala, varias series de dibujos y un tapiz de grandes dimensiones definen una iconografía poética y política que ha acompañado siempre a la artista y muestran su potencial ficcional a través de imágenes portadoras de las memorias de cuerpos, espacios y movimientos interconectados. Sus figuras dan protagonismo a la acción e invocan una memoria que habla de trabajo, pertenencia, propiedad, y representan escenas domésticas y familiares, pero también conflictos. Dibujos diagramáticos se organizan en series e incluyen su paleta de color, que funciona como origen de nuevas escenas.
La sala central alberga un trabajo específico que es resultado de los viajes, la investigación y las relaciones que la artista ha establecido en la ciudad y con el museo. Un paisaje alterado, oscuro, que actúa como espacio emocional entre la oscuridad y la luz; hecho de formas frágiles y precarias, como la arcilla modelada en formas abstractas, reminiscencias de mundos naturales que remiten a la fragilidad ecológica, económica y política.
Frente a ese paisaje, se presentan distintos objetos que tienen que ver con la regeneración y la reparación de diversos ecosistemas: recipientes que albergan vida o alfombras que nos permiten pensar en la comodidad de las fibras naturales protectoras y, a la vez, transmisoras de energía.
Asimismo, una serie de cuerdas se deslizan por el espacio, atraviesan bolas de gran tamaño o suben hasta el techo, evocando encrucijadas de narrativas o historias itinerantes. En este entorno se instala “Carved to Flow” (Tallado para fluir, 2017), un proyecto de economía circular y de estructuras de producción transformadoras realizado en tres fases. Se presentó primero en 2017 en Atenas, durante la documenta 14, como laboratorio para fabricar jabón y posteriormente en Kassel, donde se vendía. Actualmente continúa activo y sus ingresos se destinan a financiar un espacio artístico en Atenas, así como la Fundación Carved To Flow, una organización sin ánimo de lucro ubicada en Nigeria.
En la última sala se presentan una serie de tapices, un suelo de roca volcánica y la instalación “Solid Maneuvers” (Maniobras sólidas, 2015), una representación poética de una colina invertida, una topografía excavada que contiene minerales y sal. La escultura hace referencia a una excavación abandonada, un pliegue que deja una herida en el paisaje, pero también en nuestra relación con él.
Los dibujos diagramáticos
Los dibujos de Otobong exploran temas como el trabajo, el hogar o la casa y analizan conceptos como la pertenencia y la propiedad.
Estas obras tienen un aire surrealista y contienen objetos reconocibles y violentos, como armas y proyectiles, pero también muestran reuniones sociales y situaciones domésticas.
Un rasgo distintivo del arte de Nkanga es la forma en la que une motivos diagramáticos, a menudo utilizando parte de la imagen como paleta de color e incluyéndola en la obra terminada, como puede apreciarse en varias obras de la serie “Consecuencias sociales”, donde las paletas conducen a imágenes posteriores.
Por su parte, “Memorias filtradas” es una serie de obras basadas en recuerdos de la infancia y la adolescencia de Nkanga, que han tenido especial relevancia en su vida.
Performances que activan la muestra
A lo largo del programa también podrán verse una serie de performances de la artista. La primera, plena de poesía, consistió en una acción en el mar, realizada por la artista y un grupo de mujeres en la playa del Saler a las seis de la mañana. Otra de las más señaladas fue aquella en la que activó la instalación “Maniobras sólidas” (2015), donde Nkanga considera hasta qué punto la maquinaria utilizada para extraer estos paisajes se nutre de los gestos físicos del cuerpo humano.
En palabras de la comisaria: “el trabajo de Otobong reconecta a las personas con su entorno material, espiritual y cultural”.
El trabajo de Otobong Nkanga constituye una de las expresiones artísticas más sólidas del arte contemporáneo, al fundir una imaginación crítica con una forma artística de enorme talento.