Día mundial del dolor: ¿sabías que hay quien no padece dolor de ningún tipo? Descubre esta y más curiosidades
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El 17 de octubre tiene lugar el Día Mundial del Dolor una fecha que pretender recordar la importancia de entender el dolor y de qué manera afecta a cada persona según su tipología. ¿Por qué sentimos dolor? ¿Sabías que hay gente que no siente dolor ninguno? Nos cuenta esto y más en Ahora o Nunca, el magacín de La 1 presentado por Mónica López.
¿Cómo llega el dolor a nuestro cerebro?
El dolor es una señal del sistema nervioso que indica que algo no va bien. En nuestros tejidos, ya sean músculos, ligamentos, tendones, huesos y discos, existen una serie de sensores que actúan como “vigilantes”. Estos dan la alarma cuando los tejidos tienen modificaciones en la carga y lo hacen con mayor rapidez cuando la carga es más alta.
Una vez detectado un cambio, esa información se transmite por los nervios hasta la médula que, como explica López, sería el primer centro de “correos” donde se reordena la información. Una vez que se ha clasificado, el mensaje llega al cerebro, al tálamo, y se produce una respuesta de las neuronas.
Umbral del dolor
Muchas veces, sufriendo exactamente la misma caída, rotura u otro tipo de “accidente” igual que un sujeto, el dolor que siente uno en comparación otro puede ser totalmente diferente, ya que hay personas que muestran una mayor sensación de dolor y otras menos. Esto es lo que se conoce como el umbral del dolor, y es la intensidad mínima a partir de la cual un estímulo se considera doloroso y es subjetivo: “La tolerancia al dolor, es la intensidad máxima de dolor que somos capaces de soportar”, explica la presentadora.
También hay quienes no soportan en absoluto el dolor, es la máxima intolerancia al dolor. Ocurre cuando el nivel de tolerancia al dolor coincide con el umbral del dolor. En el momento en que se empieza a sentir el dolor se convierte en algo casi insoportable.
Insensibilidad congénita: no percibes el dolor
En cambio, hay quienes no sienten ningún dolor, esta enfermedad se llama insensibilidad congénita al dolor y es poco frecuente. Las neuronas encargadas de transmitir el dolor, los llamados nociceptores, no funcionan de manera adecuada y no son capaces de transmitir el impulso nervioso con normalidad. Es una enfermedad peligrosa porque el dolor es un mecanismo de defensa del organismo que nos pone en situación de alerta ante una amenaza.