De todos los tipos de nubes, solo uno provoca las tormentas: Aprende a identificarlas
- Hay hasta diez tipos de nubes y sólo uno de ellos, el cumulonimbus, es el responsable de la lluvia y el granizo
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No todas las nubes producen tormentas. De hecho, hasta principios del siglo XIX ni siquiera había una clasificación satisfactoria y aceptada de los tipos de nubes que existían. Fue el farmacéutico inglés Luke Howard, el primero en darse cuenta de que no había que verlas como objetos, sino como procesos físicos que tienen lugar en la atmósfera. De esta manera, pudo identificar cuatro formas básicas de nubes, cuya combinación nos permite llegar a los diez géneros nubosos que existen.
“El ‘Atlas Internacional de Nubes’ recoge y clasifica mediante fotografías los distintos tipos de nubes “
Como el meteorólogo José Miguel Viñas explica en Órbita Laika - programa disponible online en RTVE Play- , Howard identificó al ‘Cirrus’ (cabello o rizo), el ‘Stratus’ (extendida), el ‘Nimbus’, para identificar a las nubes que dejan lluvia y cuyo principal ejemplo es el nimbostrato, y el ‘Cumulus’ (montón, pila), con sus características formas redondeadas que se amontonan entre ellas.
Cuando los cúmulos alcanzan un gran tamaño se convierten en los cumulonimbos, que son las nubes de tormenta.
Las nubes se establecen en tres alturas diferentes en la atmósfera, por lo que podemos distinguir las nubes altas (Cirrus, Cirrocumulus y Cirrostratus), las medias (Altocumulus, Altostratus y Nimbostratus), las bajas (Stratus y Stratocumulus) y las de desarrollo vertical, como el Cumulus y el gigantesco Cumulonimbus (la nube de tormenta).
¿Por qué no todas las nubes forman tormentas?
La clave está en la convección. Cuando el aire cálido y húmedo se enfría al ascender por la atmósfera se forma la nube. Y la convección es el mecanismo natural que se encarga de transmitir el calor de abajo arriba en la atmósfera y de que se desarrollen las nubes de tormenta cuando se dan las condiciones necesarias para ello.
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