La defensa de la naturaleza en clave poética de Juan Zamora, en Metrópolis
- El programa traza un recorrido desde sus primeras animaciones expandidas hasta sus recientes proyectos inspirados en los avances en bioingeniería
- Su exposición introspectiva La vida en emergencia se puede ver hasta el 17 de diciembre en la Fundació Sorigué de Lleida
- Juan Zamora, se emite el martes 31 de octubre, a las 00.55h en La 2
Metrópolis dedica un programa monográfico a Juan Zamora (Madrid, 1982), polifacético artista que, ya antes de terminar la carrera de Bellas Artes, llamó la atención con una serie de animaciones expandidas protagonizadas por seres híbridos, por las que fue galardonado con el Premio ABC en 2009.
Artista nómada desde 2011, su interés se fue centrando cada vez más en la naturaleza y los seres que la habitan, desembocando en una práctica interdisciplinar, donde, del cruce entre las artes visuales y la biología, emergen delicadas piezas de enorme carga poética, atentas tanto a la belleza como a la fragilidad de la vida.
En 2017 su trabajo fue reconocido con el Premio Fundación Princesa de Girona Artes y Letras por “su apuesta estética que tiene en la intervención social uno de sus valores más estimables”, y el 18 de febrero de 2023 la Fundació Sorigué inauguró su mayor exposición individual hasta la fecha. Partiendo de la pieza Soplando una flor, que forma parte de la colección de la Fundación desde 2009, el artista comparte con el público su visión de la vida y la naturaleza.
Dibujar desde dentro y sin filtro
Soplando una flor forma parte de la serie Animaliyos (2005-2011), un conjunto de dibujos y animaciones expandidas, con las que Juan Zamora se dio a conocer en el mundo del arte. Trazados con estética infantil y de forma espontánea, representan a seres humanos ambiguos, si no híbridos, en situaciones e interacciones entre tiernas, risibles, absurdas, grotescas y chocantes, reflejo del mundo interior del artista.
Varios trabajos de esta serie se reunieron, bajo el título Cuando aire y nubes, en la madrileña Galería Moriarty en 2009, el mismo año en que la exposición Donde un sol en del DA2 de Salamanca presentó también las primeras piezas de la incipiente serie Shadowplay (2009-2013), en la que experimenta con las posibilidades y efectos de la proyección de la sombra de sus figuras. Estas primeras series ya fueron definidas por el artista como un “estudio de la vida y sus procesos”, investigación en la que irá profundizando con nuevas metodologías y formatos al dirigir su mirada hacia problemáticas que trascienden el ámbito personal.
Aprender caminando y observando
En 2010, Juan Zamora participó en las actividades paralelas de Manifesta 8, celebrada en Murcia y enfocada en la relación entre ambos lados del Mediterráneo, con el proyecto 14,4 km/The Race, convocando una carrera popular que igualaba la distancia entre África y Europa en el Estrecho de Gibraltar, convertido, desde los años 90, en corredor de la muerte para miles de migrantes.
En 2011, su traslado a Nueva York con motivo de una residencia artística marca el inició de su recorrido por el planeta: tras una estancia en China mostró, en la bienal Art Sanya de Hainan, The Sky Is Blue (2013), parte de una serie de acciones destinadas a llamar la atención sobre la polución aérea en Pekín; un año más tarde, su interés por el origen del lenguaje le llevó, a través de una residencia en la NIROX Foundation, a la cuna de la humanidad en Sudáfrica, estancia que inspira la serie Ora (Bajo el cielo de la boca) realizada a partir de 2014; y su posterior investigación sobre el culto rendido al agua por los pueblos originarios de Colombia se materializó en la instalación Cuerpos de Agua (2016). Este enfoque site-specific caracterizará, en adelante, la mayoría de los proyectos del artista.
Conectar con el planeta y los seres que lo habitan
Paulatinamente, en los proyectos de Juan Zamora el ser humano se verá relegado a los márgenes por otros seres. A partir de una residencia artística en Ámsterdam, arranca una serie de trabajos relacionados con enfermedades de plantas, en los que traduce en notas musicales los agujeros producidos por insectos en sus hojas: en Honger (2018), diversos músicos interpretan la partitura resultante, y en la pieza Grafiosis (2022) las hojas dañadas de los olmos son enlazados e introducidos en cajas de música que pueden ser activadas por el público.
En la misma época, el artista empieza a colaborar con expertos en bioingeniería: para Transplant I (2021), trasplantó células de su corazón en el sistema vascular de hojas de espinaca para evidenciar nuestro parentesco, y en la instalación A veces el océano bascula entre las hojas (2021), estrenada en la 15ª Bienal de Cuenca, una serie de plantas descelularizadas se vieron convertidas en fuentes de iluminación biológicas mediante la inserción de algas bioluminiscentes.
La vida en emergencia
En su exposición introspectiva, Juan Zamora revisita y ramifica varios proyectos anteriores, brindando al visitante una ocasión única de seguir el camino recorrido en su estudio de la vida y sus procesos. El título alude tanto a la teoría de la emergencia que explica el surgimiento de la vida a partir de la colectividad y de la interacción entre las partes, como al peligro al que actualmente se ve expuesta por la acción del hombre.
El recorrido por la exposición empieza con la video-instalación Un árbol y su sombra (2012), antesala de una pequeña muestra retrospectiva titulada Cuando aires y nubes, que incluye la pieza Soplando una flor. El aire que, en la imaginación del espectador, fluye entre sus dos personajes animados, ha inspirado la impresionante instalación Cultivar el aire, compuesta de cajas Petri en las que el artista ha recogido muestras del aire de Lleida y del espacio expositivo para capturar esos momentos específicos y hacer visible la belleza de los microorganismos que nos rodean.
Los grupos de obras titulados Every Missing Flower y Emerger la luz son los más evidentemente relacionados con la crisis climática: la primera da testimonio de la pérdida de biodiversidad a través de los meticulosos dibujos protagonizados por las 109 plantas que se encuentran en peligro de extinción en Catalunya, y otras cuatro consideradas ya extintas.
La segunda obra muestra un paisaje desértico, en el que plantas bioluminiscentes brotan de trozos de árboles quemados en incendios forestales – esta nota de optimismo, sobre la que artista quiere incidir, se encuentra también en el conjunto anterior que incluye, al final del recorrido por la sala, una planta que ha vuelto a aparecer en la región.
En otros espacios se pueden ver la instalación The Wormholes, donde las cajas de música nutridas por hojas dañadas se exponen junto a preciosos dibujos de los insectos cuya vida depende de esta fuente de alimentación; o The Emergence of Life, que refleja la teoría de la emergencia en una serie de dibujos de entidades bicelulares y un mural compuesto de fósiles de estromatolitos.
Finalmente, con Tierra y Agua, el artista introduce, a través de cinco videos del reflejo del sol en el agua grabados en distintos continentes y proyectados en círculos formados por tierra, elementos sin los que sería inconcebible la vida tal como la conocemos.
Con Juan Zamora. La vida en emergencia, la Fundació Sorigué prosigue su labor de reflexión en torno a las problemáticas medioambientales y sociales actuales a través del arte contemporáneo.